En un clima fraterno y alegre, durante la mañana de este sábado 31 de mayo, fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel, se llevó a cabo la Asamblea y Peregrinación Jubilar del Decanato Capital, que culminó con la Santa Misa en la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle.
La convocatoria tuvo como
escenario el Salón Beato Mamerto Esquiú del Centro Educativo y Cultural
Diocesano Virgen del Valle (antiguo Seminario), donde se dieron cita sacerdotes,
religiosas y laicos de las comunidades parroquiales, miembros de movimientos,
instituciones y áreas pastorales, acompañados por el obispo diocesano, Mons.
Luis Urbanč, quien en sus palabras iniciales animó a los presentes a vivir esta
propuesta pastoral con esperanza, eje de este Año Jubilar, y trabajando por una
Iglesia en salida, tal como lo pidió el Papa Francisco.
Luego de un momento de
oración, el padre Julio Murúa, vicario de Pastoral, explicó el sentido de la Asamblea,
“una reunión con una participación bien amplia, donde se expresa el deseo de
participar, aportar con la presencia y la palabra. Y está acompañada de un
clima festivo que nos ayuda a renovar nuestra vida de bautizados, de creyentes,
de evangelizadores y misioneros”.
También se refirió al camino iniciado
en nuestra diócesis a partir de la Gran Asamblea del año 2022, a partir de la
cual “se proyectó, se miró hacia delante, considerando los desafíos y
situaciones que tenemos que enfrentar y tratar de dar una respuesta. Todo esto
como preparación para celebrar el Jubileo de la Evangelización y los 400 años
de la Virgen de Luján”, manifestó. En torno a ello apuntó que para “todos estos
años se decidió ir haciendo convocatorias, asambleas, reuniones que nos ayuden a
concretar las diez líneas pastorales que surgieron en aquella Asamblea del 2022”.
Asimismo, mencionó que “haciendo
este camino surgió la propuesta de la Iglesia Universal de avanzar en el estilo
sinodal, caminar juntos”, que “se refiere sobre todo a una actitud de escucha,
de diálogo y de discernimiento comunitario”, donde cobran importancia “la participación
y la corresponsabilidad de todos los bautizados”.
Este repaso realizado por el vicario
de Pastoral fue complementado posteriormente con un video sobre las líneas
pastorales definidas para la Iglesia Diocesana de Catamarca.
Año
Esquiudense
A su tiempo, el padre Oscar
Tapia, párroco de la Sagrada Familia, tuvo a su cargo la presentación del año dedicado
al Beato Mamerto Esquiú con motivo de los 200 años de su natalicio, que
celebraremos en 2026.
En este sentido, resaltó la
identidad mariana de nuestra Iglesia Diocesana con la presencia de Nuestra
Madre del Valle, y también “tenemos otra marca de identidad que es el Padre Esquiú,
un modo de ser cristiano catamarqueño íntegro, y esta marca de identidad la
tenemos que recuperar”, enfatizó.
Además, llamó a “valorar que Dios
nos ha dado un beato que también es un prócer de la Patria. Entonces, tenemos
que conocerlo para amarlo, y por eso el Obispo quiere que 2026 sea un Año Esquiudense,
el cual se lanzará el 10 de enero de 2026 hasta el 11 de mayo de 2027, un año
largo que nos permita conocer la persona, la obra y la enseñanza de Esquiú, y
rezar por su pronta canonización”.
Continuando con el desarrollo
de esta jornada, se concretó el trabajo en grupos y seguidamente el plenario
donde se puso en común lo dialogado y elaborado, concluyendo así la primera
parte de la jornada.
Peregrinación
Jubilar
Con la animación del grupo
Yanai, se puso en marcha la Peregrinación Jubilar a la Catedral Basílica y
Santuario de la Virgen del Valle, para atravesar la Puerta Santa y alcanzar la
indulgencia plenaria de este Jubileo 2025.
La columna de peregrinos se
desplazó por las calles céntricas rezando, reflexionando y cantando, mientras
los ocasionales transeúntes se sumaban con gestos de cercanía a los peregrinos
de la esperanza.
“Que
seamos artífices de paz”
A su arribo al Santuario, en
horas del mediodía, se celebró la Santa Misa presidida por el Obispo y
concelebrada por sacerdotes del Decanato Capital.
En su homilía, Mons. Urbanč expresó:
“Estamos compartiendo esta mañana de sábado como agentes de pastoral al lado de
María, culminando esta jornada de reflexión, de oración, de encuentro. Se ha
propuesto trabajar en este día la décima prioridad pastoral que se ha elegido
de entre muchas que habían surgido de aquella Asamblea de hace unos años atrás.
Hemos tratado hoy ese fenómeno que atraviesa a toda la sociedad como es la
violencia”, de la cual “nos tenemos que liberar”. Y afirmó que “Cristo permitió
que toda nuestra violencia cayera sobre Él, para que nosotros fuéramos artífices
de paz”.
“Qué hermoso reflexionar esto
en el día de la Visitación de María, quien acogió en sus purísimas entrañas al Príncipe
de la Paz. Jesús vino a traernos la paz”, manifestó, agregando más adelante que
“nosotros hoy somos misioneros de esa paz. Tenemos que ser los artífices de esa
paz en el mundo en el que nos toca vivir. La paz comienza en el corazón de cada
uno y debe ser trabajada en el corazón de nuestras familias, de nuestros trabajos,
de nuestras comunidades parroquiales”.
Más adelante invitó a que “pongamos
en las manos de María esta media jornada de encuentro que hemos tenido del
Decanato Capital, de las trece parroquias y otros que representan a
instituciones, movimientos y pastorales, para que entre todos podamos ser esa levadura
eficaz que vaya leudando esta paz que sabemos que es don y tarea. Pedimos el
don de la paz, María nos ofrece ese don de la paz, pero para nosotros es don y tarea.
Y si logramos que se instale esta preocupación y ocupación de todos por ser
artífices de paz, vamos a vivir en una sociedad más fraterna, más justa, más
solidaria”.
Antes de la bendición final,
todos juntos se consagraron a la Santísima Virgen del Valle y la alabaron con
el canto.
Fotos y videos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat