Un once de mayo
en Piedra
Blanca naciste,
ciento
ochenta y siete años
cumples hoy.
Tus virtudes
fueron
muchas,
la humildad
la principal,
la que pocos
comprendieron.
ni la gente
de tu pueblo
ni los
frailes de tu orden,
la
entendieron de verdad.
En tu vida enseñaste
los honores
evitar,
tu simpleza y
tu grandeza
deberíamos practicar.
Fuiste grande
como obispo,
como fraile
mucho más,
a los pobres
ayudaste
enseñando tu
bondad.
Fray Mamerto,
hoy te pido
nos enseñes a
amar,
que la envidia,
el egoísmo y
la maldad
no nos gane
el corazón.
Que tu
ejemplo practiquemos,
que tu vida
sea
nuestra guía de
verdad.
Los siglos
pasaron,
los tiempos
cambiaron;
de tu vida
seguimos hablando,
pero tus
virtudes,
muy pero muy
poco
imitamos.
En el año
2015, su autora Clara Soria envía esta poesía a Roma a través del entonces
senador nacional Dr. Dalmacio Mera, quien se la entregó al Papa Francisco. Días
después recibe un llamado desde el Vaticano: el secretario del Santo Padre le
pregunta: “¿Usted es Clara Soria? Aguarde, quieren felicitarla”.
Inmensa fue la sorpresa de la poeta catamarqueña cuando escuchó la voz del Papa
Francisco manifestándole que le agradó muchísimo su poesía.
Imagen: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat