Este viernes 10 de octubre, a las 20.00, en la parroquia San José Obrero, se celebrará la Santa Misa de despedida de las Hermanas de la Fraternidad Eclesial Franciscana, congregación que trabajó por casi seis décadas en nuestra diócesis.
Su lugar de residencia es la
casa ubicada al lado del templo parroquial de San José Obrero, en el barrio La
Tablada de la ciudad capital, desde donde desplegaron una intensa labor
pastoral en la jurisdicción parroquial y brindando otros servicios pastorales a
la comunidad diocesana, particularmente en la Catequesis.
Actualmente, forman parte de
la congregación en Catamarca la Hna. Hilda Faccioli de 80 años de edad, y la
Hna. Micaela Sosa, hermana de sangre y de congregación de la Hna. Marina Sosa,
quien partió a la Casa del Padre el pasado 8 de septiembre, a los 85 años de edad
y 70 de consagrada.
La Fraternidad Eclesial Franciscana
es una Congregación de Derechos Diocesana, cuyo Obispo responsable es el
prelado de Orán, Salta. Nació como fruto del Concilio Vaticano II, y algunas de
esas religiosas vinieron a Catamarca a fines de la década de 1960. A su llegada
se instalaron en el convento de los franciscanos, luego su sede inicial fue en
el Obispado Viejo, donde actualmente funciona el Museo de la Virgen, calle
República 449. Luego se trasladaron a lo que actualmente es la casa de retiros
espirituales Emaús y finalmente se establecieron en la casa ubicada en Ayacucho
y Santa Fe, adjunta a la casa parroquial de San José Obrero, que en ese
entonces estaba a cargo del padre de Carlos Ibáñez, quien edificó esa casa para
que puedan trabajar pastoralmente allí.
Generalmente, la Comunidad en
Catamarca estuvo integrada por tres religiosas. Las más recordadas por el
tiempo de servicio son las Hermanas Hilda Faccioli e Isabel Olmedo. La primera
de ellas es muy recordada por su atención en el Obispado y la segunda en la
Secretaría de la Catedral. También se las recuerda con cariño a las Hermanas
Candelaria Juárez, Ana Shaab, Rosa Spontón, Paz Quiroga, María Luisa Vítola, Lía
Rosa Cavigioli, Imelda Gohete y Juana Martínez.
La hermana Hilda, quien es una
de las religiosas que ahora se despide de Catamarca, trabajó muchos años, desde
que era Obispo de nuestra Diócesis Mons. Pedro Alfonso Torres Farías y continuó
un tiempo con Mons. Elmer Osmar Miani. En este servicio colaboró con la Junta
Diocesana de Catequesis que estaba a cargo del entonces padre Gerardo Sueldo, luego
Obispo de Orán y después de Santiago del Estero, y posteriormente del padre
Juan Carlos San Nicolás.
En la parroquia San José
Obrero, a donde circunscribieron su servicio, aportaron su tarea pastoral en
distintas áreas.
Al comenzar el año 2000, la
Hna. Hilda pasó a ser superiora de la Congregación y se fue de Catamarca por
alrededor de seis años. A su regreso siguió trabajando en San José Obrero hasta
que fue declinando su salud.
La Diócesis de Catamarca despide
a las Hermanas de la Fraternidad Eclesial Franciscana con enorme gratitud por
su entrega generosa a Dios y el servicio pastoral por casi seis décadas en las
tierras de la Virgen del Valle.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat