Oración,
campanadas y Eucaristía a los pies de
la Virgen pidiendo el fin de la pandemia
Durante la Solemnidad de la
Anunciación del Señor, los fieles catamarqueños se unieron a la plegaria del
Papa Francisco y de todo el mundo cristiano, para “implorar misericordia para
la humanidad duramente golpeada por la pandemia del coronavirus”.
Con esta intención, el
miércoles 25 de marzo, en que también se celebra el Día del Niño por Nacer, a
las 8.00 (12.00 de Roma), el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió el rezo
del Padre Nuestro, desde la Capilla de la sede episcopal, momento que fue
transmitido en vivo y en directo por radio Valle Viejo.
Cuando concluyó la oración
que Jesús nos enseñó, el Pastor Diocesano invocó al Señor de la Salud y a Nuestra
querida Madre del Valle, y bendijo y alabó a Jesús presente en el Santísimo
Sacramento del altar.
A las 12.00, doblaron las
campanas de los templos del territorio diocesano, entre ellos la Catedral
Basílica y principal Santuario de Catamarca dedicado a la Virgen del Valle. El
tañido se asoció a esta súplica por los enfermos y todas aquellas personas que se
dedican a su cuidado.
La jornada culminó a las
20.00, con la celebración de la Santa Misa a los pies de la Virgen del Valle, presidida
por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por los Pbros. José
Antonio Díaz y Juan Orquera, Rector y Capellán del Santuario Marino,
respectivamente.
La celebración eucarística
se realizó en el Camarín de la Virgen y fue transmitida en vivo
por la página
de facebook Santuario Catedral Virgen Del Valle Catamarca.
En su homilía, el Obispo se
refirió a la Solemnidad del Anuncio del Ángel Gabriel a María y la Encarnación
del Hijo de Dios, destacando “las palabras del Ángel cuando la saluda: ‘Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo’. La expresión "llena de
gracia" le da una perspectiva única a toda la fiesta que hoy celebramos”.
“El que se encarna en las
purísimas entrañas de María es el Hijo de Dios, quien sin dejar de ser Dios,
asume plenamente toda nuestra naturaleza humana. Por eso nuestra fe nos dice
que en la persona de Cristo hay dos naturalezas: la divina y la humana. Ninguna
confundida ni mezclada, cada una obra a su modo. Y es así cómo se introduce la
salvación en el mundo”.
En otro tramo de su mensaje,
manifestó que “Jesucristo viene a hacer la voluntad de Dios, que es la salvación
del género humano”, afirmando que así como “María hace la voluntad de Dios,
Jesús hace la voluntad de su Padre, nosotros también aprendamos a hacer todos
los días la voluntad de Dios”.