Camino a la Beatificación

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28 julio 2009

Mons. Urbanc: "Deben ser servidores de esa Palabra que primero ha calado profundamente en ustedes"

El sábado 25 de julio, la Iglesia particular de Catamarca vivió gozosa la ceremonia de institución del Lectorado a los seminaristas mayores Lucas Gastón Segura Villagrán y Luis Eduardo Delgado. A este acontecimiento de especial significación para la vida eclesial, y personal de estos jóvenes, se sumó el festejo por el cumpleaños Nº 51 del Obispo Diocesano.

La celebración eucarística, que tuvo como escenario el templo parroquial de Santa Rosa de Lima, fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por numerosos sacerdotes de la Diócesis de Catamarca, y de la Arquidiócesis de Tucumán, en cuyo Seminario Mayor se vienen formando los flamantes Lectores, en orden a los ministerios sagrados, cursando actualmente el 2º Año de Teología. Entre los visitantes se encontraban el P. Martín Aversano, formador de la casa de estudio sacerdotal; el P. Julio Barvarino, quien prepara pastoralmente a Luis Eduardo; el P. Francisco Urbanč, hermano del Obispo; además de un importante número de seminaristas, que llegaron para acompañar a Luis y Lucas. Una presencia especial fue la del Pbro. Santiago Sonzini, quien trabajó incansablemente en esa comunidad parroquial, donde dejó su huella de santidad.
También se dieron cita miembros de las comunidades parroquiales de Santa Rosa de Lima y San Jorge, a las cuales pertenecen los nuevos Lectores, y fieles en general.

Decreto
Luego de la Liturgia de la Palabra, el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, leyó el decreto a través del cual se confiere la institución del ministerio del Lectorado a los jóvenes seminaristas.
En el comienzo de su homilía, Mons. Urbanč agradeció a todos los presentes y recordó que “estamos en las vísperas de iniciar las celebraciones del Centenario de la Diócesis; y éstos son los regalos que nos hace el Señor”, dijo en referencia a los nuevos Lectores. También mencionó el otro motivo de alegría de ese día: “Hoy comparto con todos ustedes mis 51 años de vida, así que agradezco a Dios por este don, que lo puedo celebrar en el marco de poder conferir el ministerio del Lectorado a Lucas y a Luis”.
El Obispo destacó las dos comunidades de la Diócesis: Santa Rosa de Lima y San Jorge, “que nos están ofreciendo a dos miembros suyos para que comiencen con este hermoso ministerio del Lectorado”.
Y dirigiéndose a los dos jóvenes los exhortó a que la Palabra de Dios les cale profundamente en el corazón. “Deben ir ejercitándose en ser servidores de la Palabra, de una Palabra que primero ha calado profundamente en ustedes. No sean declamadores, sino hablen de aquello que han experimentado profundamente, que las personas con las que ustedes se encuentren todos los días puedan descubrir lo que dice tan hermosamente el Libro de los Hechos de los Apóstoles: ‘No podemos callar lo que hemos visto y oído’. En las comunidades de pastoral tendrán que hablar de lo que ustedes han experimentado, de lo que les transforma su vida, de lo que los hace felices, libres, de eso tienen que hablar”, enfatizó.

Humildes, mansos y pacientes
En otro tramo de su predicación, Mons. Urbanč manifestó: “El Señor los atrapó, el Señor los ha hecho suyos. Y así, presos por el Señor, compórtense de una manera digna de la vocación que han recibido. Con humildad, con mansedumbre, con paciencia y siempre con mucho amor a todos. Este es el Lector”. Y agregó: “Todo este tiempo que les toque ejercer el ministerio del Lectorado de un modo particular como preparación al ministerio sacerdotal, háganlo con mucha conciencia, con mucha alegría, con mucha responsabilidad”.
También pidió que “sigamos rezando, en este Año Sacerdotal, por el aumento, la santificación y la perseverancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Todos recemos, no nos cansemos. Necesitamos recuperar, en nuestra realidad eclesial y en nuestra realidad civil, el valor, el significado, la importancia que tiene el sacerdocio. El servicio sacerdotal ha caído en descrédito en nuestras comunidades, porque no estamos valorando lo suficientemente este regalo que Jesús nos dejó. Y quien no valora el regalo del sacerdocio destruye su propia vida. Tenemos que volver a instalar en nuestras familias, en nuestros lugares de trabajo, el aprecio por el sacerdocio, porque cuanto más sacerdotes tengamos, más paz, más justicia, más respeto por la vida, por la dignidad del ser humano habrá en el mundo”.

El celibato es una riqueza
El Pastor Diocesano dijo que el sacerdocio “está muy unido a un don que tenemos que valorar, que es el celibato. Profundicen en este don que es una riqueza, un carisma que tiene la Iglesia y que vale por sí mismo… Profundicen, lean los documentos de la Iglesia, y pidan siempre este hermoso don del celibato”. Asimismo, explicó que “los célibes son las personas más comprometidas con Dios y con la sociedad. Los célibes tenemos un estilo de vida propio. Y ustedes tienen que conocerlo y nos tienen que ayudar a vivirlo, porque así la comunidad se enrique y engrandece”.

Continuando con la ceremonia, los nuevos Lectores recibieron, de manos del Señor Obispo, el Libro de la Palabra de Dios para que día a día crezcan en el vivo amor hacia ella; y la transmitan con fidelidad su mensaje para que tenga una mayor vigencia en el corazón de los hombres.

Brindis
Finalizada la Santa Misa, los agasajados, familiares, amigos, miembros de instituciones y movimientos, compartieron un brindis en la cripta ubicada en el predio de Santa Rosa de Lima, cuyo anfitrión fue el párroco Dardo Olivera junto con la comunidad parroquial, quienes engalanaron el salón para el festejo.
Los presentes vivieron momentos de mucha alegría, por este acontecimiento que nos hace crecer como Iglesia particular.