Celebran con alegría la inauguración de las refacciones del templo y la consagración del altar
Durante
la noche del viernes 22 de diciembre, a días de la celebración de Navidad, la
comunidad parroquial de Santa Rosa vivió una jornada especial, con la inauguración
de las refacciones, la consagración del altar y la dedicación del templo del
Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en Bañado de Ovanta, sede de la parroquia que
abarca el departamento Santa Rosa, en el Este catamarqueño.
El
programa dio inicio con el acto protocolar en el que se agradeció a los vecinos
que contribuyeron a la concreción de la obra, y se hizo entrega de
reconocimientos a los obreros que estuvieron en estos dos años y a comerciantes
amigos.
En
la oportunidad, Ricardo Vera, miembro del Consejo de Asuntos Económicos de la
parroquia, se refirió al proceso vivido en torno a este proyecto de restauración
del templo, que “surgió a partir de la idea inicial de nuestro párroco, recién
llegado, de hacer un cambio en la distribución de la Sacristía. Así comenzaba
en algunos de nosotros la inquietud de realizar esta obra”, comentó.
Relató
los sentimientos y las acciones comunitarias que impulsaron los trabajos desde
el año 2021, con los primeros beneficios para recaudar fondos. En este marco,
dijo que en este tiempo que llevó “la restauración de nuestro templo, hemos
podido disfrutar del mismo espíritu comunitario de nuestros antepasados, de ver
un pueblo que cree en estas iniciativas. Y hoy, podemos enorgullecernos de
tener esta casa de Dios y nuestra, totalmente remozada, bonita, digna para Él y
para nosotros, nuevamente puesta en valor con el trabajo del pueblo y con mano
de obra santarroseña en su mayoría”.
Además
de agradecer a todos los que hicieron posible la concreción de esta obra,
detalló las intervenciones realizadas, que incluyeron la Capilla del Santísimo,
el Presbiterio, la Sacristía, y el templo en general, incluyendo “pequeños pero
grandes detalles que deseamos que los aprecien y juntos los cuidemos, porque
fueron hechos con mucha devoción y cariño a Dios y a nuestra comunidad”,
expresó.
“Este
templo que hoy inauguramos es el vivo testimonio de lo que podemos conseguir
juntos si nos lo proponemos. Hoy terminamos esta obra, pero nos queda seguir
luchando por conservar todas las actividades que nos hacen comunidad y nos
hacen Iglesia. Siéntanse todos llamados e invitados a formar parte de ella”.
Luego
se realizó el corte de cinta a cargo de los niños de la Catequesis, dando paso
a la celebración de la Santa Misa en la que se consagró el altar y se bendijo
la Capilla del Santísimo Sacramento, el ambón y la sacristía.
La
ceremonia litúrgica fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y
concelebrada por el párroco anfitrión, P. Facundo Brizuela; el canciller y
secretario de la curia diocesana, P. Diego Manzaraz; el párroco de la
Inmaculada Concepción (El Alto), P. Carlos Rodríguez; y P. Leandro Roldán,
quien viene acompañando la atención pastoral de la comunidad santarroseña.
Participaron
autoridades municipales y policiales locales y fieles de las distintas
comunidades que conforman la jurisdicción parroquial.
Al
inicio de la celebración se leyó el decreto que autoriza la dedicación del
templo, la consagración del altar y la bendición la Capilla del Santísimo, el
ambón y la sacristía.
Después,
el Obispo bendijo el agua con la que roció a los fieles y las paredes del
templo. También hizo lo propio con el ambón, desde donde luego se proclamó la
Palabra de Dios.
En
su homilía. Mons. Urbanč agradeció a quienes hicieron posible esta obra que hoy
celebran con mucha alegría. También explicó el significado de la consagración
del altar, que a partir de ahora sólo estará destinado a la celebración
eucarística. También resaltó el desafío para la comunidad de trabajar para ser
conscientes de que somos templos vivos del Espíritu Santo.
Seguidamente,
toda la asamblea cantó las Letanías invocando la protección de los Santos, tras
lo cual, el Obispo hizo la oración de consagración y dedicación del templo.
A
continuación, ungió el altar con el Santo Crisma al igual que las cruces
colocadas en las paredes del templo, completando el rito con la incensación del
altar y de la Iglesia.
En
el momento de preparar el altar, los fieles lo vistieron con el mantel, las flores
y las velas, y acercaron las ofrendas del pan y del vino.
Antes
de la bendición final, el Obispo bendijo la Capilla del Santísimo y la
Sacristía. Luego se firmó el acta que registra lo acontecido en este día.
Esta emotiva ceremonia fue la culminación del esfuerzo de la comunidad en su conjunto, que vio concretada esta obra de fe.