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01 diciembre 2009

“Las buenas noticias tienen que construir la sociedad, tienen que dar esperanza a los desesperados y desanimados”


Mons. Urbanč, en Misa de los Medios de Comunicación

En la segunda jornada del novenario en honor a la Virgen del Valle, el lunes 29 de noviembre, rindieron su homenaje los representantes de los distintos medios de comunicación, durante la misa central de las 21.00, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por los Pbros. Domingo Chaves, Delegado Episcopal de la Catedral; Héctor Salas, responsable de la Pastoral Social; y Carlos Robledo, Vicario Parroquial de Capayán.

El escenario para la celebración fue el atrio de la Catedral Basílica, y comenzó con la salida de la Sagrada Imagen de la Virgen del Valle, que presidió la ceremonia religiosa.
En su homilía, el Pastor Diocesano tomó el ejemplo del Apóstol Andrés, a quien la Iglesia celebró en esa jornada, indicando que “el texto del Apóstol San Pablo a los cristianos de Roma es particularmente  elocuente para que profundicemos en la función que tiene la comunicación. Si partimos del ser humano, el ser humano ha sido creado por Dios para la comunicación, no para la soledad, a imagen y semejanza de Dios, un misterio, es decir una realidad de comunión: Padre, Hijo y Espíritu Santo; a tal punto, que el Hijo es siempre llamado el Verbo, es decir la Palabra que pronuncia el Padre, la Palabra que es Persona en sí misma; y el nexo entre esta Palabra y el Padre es el Espíritu. De allí que el Apóstol San Pablo nos va a sacar esta afirmación contundente, que la predicación es necesaria para la fe. La fe nace de la predicación. El texto latino nos dice que la fe entra por el oído. Es necesario hablar, es necesario anunciar, proclamar, decir, como hizo Andrés, que va y le dice a Pedro: ‘He encontrado al Mesías’”.
 
Buena noticia

En otro tramo indicó: “La buena noticia no se puede esconder, no se la puede guardar mezquinamente para uno, hay que anunciarla, hay que compartirla, y aquellos humildes, sencillos, que acepten esta Palabra, que acepten que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador, esos serán salvos. Ojalá pudiéramos decir nosotros cuando vemos a un periodista, un columnista, un reportero gráfico, qué hermosos son los pies de aquel que baja de las montañas trayendo buenas noticias. Y traer buenas noticias significa trabajar por la unidad, la reconciliación, por la paz, por la armonía, por la alegría. El que trae buenas noticias no exaspera, no ofusca, no hiere, no humilla, todo lo contrario, viene a sanar. Qué hermosos con los pasos de los que traen buenas noticias, los que trabajan para presentarlas mejor, para hacerlas más cautivantes, para involucrar a más en el cambio de la mente y del corazón; porque las buenas noticias tiene que construir la sociedad, la Iglesia, la familia, tienen que robustecer los vínculos, rehacer los vínculos; tienen que traer a los excluídos, tienen que dar esperanza a los desesperados, desanimados y deprimidos”.
Profundizar las convicciones cristianas
“Les pido que  a todos, porque todos somos comunicadores de la buena noticia, pero de un modo particular a aquellos que han optado por esta vocación, por este servicio, por esta profesión de trabajar al servicio de la comunicación, que inspiren su accionar en sus convicciones cristianas, procuren profundizar esas convicciones cristianas, para que desde ahí presten el servicio de la comunicación. El único interés que deben tener los comunicadores tiene que ser hacer presente a Jesús, porque Jesús es el liberador de todos los hombres”, apuntó finalizando su predicación.
Los colegas de radios, TV y diarios locales participaron de manera activa en los diferentes momentos de la Santa Misa, guiando, leyendo la lectura del día, el Salmo; elevando la súplica comunitaria y acercando al altar las ofrendas. A su término, el Señor Obispo saludó a los periodistas y personal de distintas áreas que trabajan en los medios de comunicación.