Desde el martes 6 de septiembre, visitan nuestra ciudad miembros de la Comunidad Cenáculo, institución católica que tiene como misión la recuperación de chicos de la calle y de personas con distintas adicciones, como así también desórdenes alimenticios y depresiones. Situaciones que afligen a nuestras familias y a la sociedad.
En el marco de una conferencia de prensa, el Padre Diego y un grupo de jóvenes que se recuperan de sus adicciones comentaron acerca de esta acción de fe y amor, que los ayuda a encontrar el sentido a la vida.
El sacerdote se refirió al origen de esta comunidad, nacida en Italia, con la Hna. Elvira, quien “cuando volvía de su convento sentía fuertemente ese grito y desesperación de tantos jóvenes, que a causa de la droga, el alcohol se perdían. Eso, decía ella que no la dejaba dormir y sentía dentro del corazón la necesidad de dar una respuesta a esa oscuridad de tantos jóvenes, que no le encontraban sentido a la vida. Después de diez años de preguntarle a Dios y de pedirle una respuesta, surge el deseo de abrir una casa, que recibió de parte de la comuna de Saluzzo (Italia)”, comentó.
Allí nació la “Casa Madre” del Cenáculo. Luego se fueron abriendo numerosas casas o fraternidades, primero en Italia y luego en otros países. Actualmente, cuentan con alrededor de 60 casas en el mundo.
La novedad de este proyecto fue sintetizado por el Padre Diego al explicar que no usan medicación, ni terapia, “sólo con la fuerza de la oración y el trabajo, los chicos pueden restablecer sus vidas”.
El centro es la oración
Davide es de origen italiano y uno de los responsables de la casa instalada en nuestro país. Y desde su experiencia como ex adicto, comentó que “la comunidad es abierta a todos, no sólo los drogadictos, sino para quienes buscan encontrarle un sentido a la vida. El centro es la oración, que nos ayuda a vivir día por día. Somos sesenta personas de distintas nacionalidades y nos sentimos unidos por el amor de Dios, que nos ayuda a perdonar y a seguir adelante, sin medicamentos, porque se puede salir sin estas cosas”.
Cada casa tiene una capilla con el Santísimo, donde los chicos todas las mañanas van a rezar el Rosario, ya que la espiritualidad de la comunidad es profundamente eucarística y mariana. “Se trata de una propuesta de conversión del chico”, aseveró Davide.
La comunidad propone a todos los que se acercan un estilo de vida simple, familiar, basado en el redescubrimiento de la oración, del trabajo (“ora et labora”), de la amistad verdadera, del sacrificio y de la fe en Jesús, vividos como dones esenciales.
Respecto al trabajo, Davide explicó que “es sencillo, está organizado en diferentes sectores como carpintería, limpieza, cocina. También tenemos animales; hacemos el queso, el pan, hacemos todo lo que necesitamos”.
“La comunidad es gratis -manifestó-, no se paga. Confiamos en la providencia de Dios, que se manifiesta a través de los amigos, las personas que nos ayudan. Dios nunca nos dejó faltar nada”.
También destacó que la familia juega un rol muy importante en la recuperación de las personas adictas, “porque los problemas nacen en la familia”, enfatizó, agregando que “las familias acompañan a los chicos desde afuera. Mantenemos reuniones con ellos en las que vamos conversando, y nos ayudan con su testimonio”.
“Venimos para testimoniar, para dar una esperanza a los jóvenes que están en el problema, una esperanza para salir de la droga”, remarcó el ex adicto, recuperado a través del método basado en la oración y el trabajo, porque “nada es imposible para Dios”
Actividades a desarrollar durante la visita
Martes 6
15.00- Visita a instituciones educativas y parroquias.
Miércoles 7
Por la mañana y por la tarde- Visita a distintos colegios de Capital.
20.00- Santa Misa en la Catedral Basílica.
21.00- Testimonio de los jóvenes visitantes en el Salón del Hospedaje del Peregrino.
Jueves 8
Por la mañana- Continúan las visitas a las escuelas.
15.00- Encuentro con los chicos del Centro Humaraya y de la fundación Sos Joven.