Camino a la Beatificación

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14 septiembre 2011

Falleció el sacerdote misionero claretiano José Benedicto Gómez

El martes 13 de septiembre, a la edad de 86 años, partió a la Casa del Padre, el sacerdote Misionero Claretiano José Gómez CMF, quien durante 52 años sirvió a la Iglesia de Catamarca con fervor misionero y entrañable amor a Jesús y a la Virgen María. Había nacido el 8 de abril de 1925.
El Padre José Gómez era oriundo de la provincia de Entre Ríos, pero se radicó en Catamarca en 1959, y desde entonces recorrió los lugares más inhóspitos de la geografía lugareña, llevando la Palabra de Dios y los sacramentos a los pobladores de esos lugares recónditos.
Lo llamaban “el padre misionero” y conocía el territorio diocesano de punta a punta, ya que era “un misionero a tiempo completo en Catamarca”, como solía decir él. Estuvo mucho tiempo en el interior, especialmente en las parroquias de Hualfín, departamento Belén, Andalgalá, y en Tinogasta, donde colaboró pastoralmente con el P. Julio Niñoles.
Permaneció dos años en Africa, donde, según comentaba, lo habían echado porque predicaba sobre el sacramento del Matrimonio, y como en esas tierras se practicaba la poligamia, a los gobernantes no les gustó y decidieron expulsarlo.
Pertenecía a la comunidad de los Misioneros Claretianos, cuyos sacerdotes atienden espiritualmente a los fieles de la parroquia del Inmaculado Corazón de María, con sede en calle República entre Ayacucho y Caseros, frente a la Legislatura provincial, en la ciudad capital.
Siempre estaba muy actualizado, ya que era un asiduo lector. Era un sacerdote fiel, que rezaba diariamente el Santo Rosario, el breviario y amaba a la Virgen del Valle. En 2010 llegó con su bastoncito, convertido en el compañero durante la última etapa de su vida, hasta la Villa de Ancasti, acompañando a la Imagen auténtica de Nuestra Madre Morena, durante el recorrido realizado con motivo del Centenario de la Diócesis de Catamarca. En el recibimiento lanzó emocionado fuertes vivas a la Reina del Valle, junto con el entonces párroco de la comunidad ancasteña, el Pbro. Rogelio Suárez, y la comunidad de esa zona del Este catamarqueño, a la que dedicó los últimos ocho años de su servicio sacerdotal.
El P. Gómez tenía pleno conocimiento de la pastoral diocesana, ya que cada año, por más de medio siglo, participaba de los retiros y asambleas del clero local, aportando a la edificación de la Iglesia.
Fue un misionero de corazón y de acción, durante sus años de fuerte labor pastoral; en vehículo, a lomo de mula, o caminando, estuvo presente en cada pueblito del territorio diocesano para llevar la presencia de Dios a la vida de sus hermanos de tierra adentro.
Despedida
El sepelio de sus restos mortales se llevará a cabo hoy, miércoles 14 de septiembre, por la tarde, en la ciudad de Rosario, donde falleció. Para acompañarlo en el camino hacia su definitiva morada terrenal, viajó un grupo de sacerdotes del clero local, quienes le rendirán homenaje en nombre del Señor Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, el Obispo Emérito, Mons. Elmer Miani, sus hermanos sacerdotes y los fieles de la Iglesia de Catamarca.
Que el Señor le dé el descanso eterno y brille para El la luz que no tiene fin.