“Es un gesto de comunión y
gratitud por habernos regalado a este insigne fraile
como obispo”
A dos días del solemne traslado de reliquias del
Venerable Fray Mamerto Esquiú, desde Córdoba hasta San Fernando del Valle de
Catamarca, que se llevará a cabo el 4 de octubre, requerimos la palabra del
Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos José Ñáñez, respecto de este acontecimiento
tan esperando por los catamarqueños.
A propósito de este pedido hecho por la Iglesia de
Catamarca, a través de su Obispo, Mons. Luis Urbanc, el prelado cordobés en
primer lugar comentó que “experimenté una gran tristeza por la sustracción del
corazón de Fray Mamerto Esquiú y por su posterior pérdida irreparable. Entonces,
cuando Mons. Luis Urbanc me pidió la posibilidad de contar con una reliquia de
Fray Mamerto Esquiú, me pareció que era
un gesto de comunión por una
parte, pero también un gesto de gratitud. La
Iglesia que está en Catamarca nos había regalado a este insigne fraile como
obispo, y entonces era más que lógico que la Iglesia que está en Córdoba
compartiera una reliquia de ese obispo para su veneración”.
Mons. Ñáñez dijo que “he accedido con gusto a ese
pedido de Mons. Urbanc, y esta perspectiva de entregar una reliquia de Fray
Mamerto Esquiú tanto a la Iglesia que está en Catamarca como a la orden
franciscana, es algo que realmente me
llena de emoción pensando en alguien que, como buen hijo de San Francisco,
vivió a fondo el Evangelio, fue un obispo santo en la Iglesia que está en
Córdoba”.
Asimismo, apuntó que “si bien su episcopado fue
relativamente breve dejó también una huella por su deseo de servir
generosamente al Señor, y porque fue un hombre de una sencillez y una humildad,
como buen franciscano”.
Y recordó una anécdota relatada en una oportunidad:
“Simplemente recuerdo que en una conferencia se decía que alguna vez había
venido un visitante extranjero a Córdoba y preguntó dónde era la casa del
obispo. Y le respondieron como indicación: ‘Donde usted vea entrar a los pobres,
ésa es la casa del obispo’. Todo un signo, todo un testimonio, realmente, de un
Evangelio vivido sin interpretaciones, sine
glosa, como decía San Francisco”.
Las reliquias consisten en falange y vértebra
extraídas de los restos del Venerable Fray Mamerto Esquiú, que descansan en la
Catedral de Córdoba, las cuales irán acompañadas del certificado de
autenticidad rubricado por Mons. Carlos José Ñáñez, Arzobispo de Córdoba, y el
Notario Mayor, Mons. Marcelo Gustavo Renardi.