Este sábado 4 de junio, a las 10.00, en la Catedral, se celebrará la Eucaristía por la misión realizada por las hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas en la Diócesis de Catamarca desde el Colegio del Carmen y San José.
Esta congregación desplegó una intensa labor
evangelizadora en Catamarca durante 92 años. A éstas las precedieron otras
Carmelitas que también estuvieron en el mismo edificio ubicado en la esquina de
calles Junín y San Martín de la ciudad capital.
Las hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas fueron
fundadas por el Padre Francisco Palau y Quer (1811–1872). Profeta de la Iglesia
de su tiempo, en la contemplación Dios le dio a conocer
que la Iglesia, Dios y los prójimos era el objeto de su amor y de su entrega, y
que María era “el tipo más perfecto y acabado de la misma”. A ella, a la
Iglesia consagró su vida descubriéndola en las necesidades de los hombres de su
tiempo.
Sus hijas las hermanas Carmelitas Misioneras
Teresianas que pasaron por Catamarca, y de manera particular por el Colegio del
Carmen y San José, estuvieron siempre atentas a recrear este carisma,
participando activamente en la vida de la institución educativa, muchas de
ellas fueron rectoras y vice-rectoras de los diferentes niveles de la
enseñanza.
Entre las numerosas acciones pastorales y sociales que
llevaron adelante se pueden mencionar la catequesis para niños y familias
preparándolos para los sacramentos de la Comunión y la Confirmación; la ayuda a
diferentes comedores de barrios carenciados, la asistencia a los enfermos, las
visitas sacramentales, el rezo del Santo Rosario, procesiones y novenas; el
involucramiento en causas sociales, el acompañamiento a docentes, alumnos y
familias ante diferentes problemáticas; la formación de la pastoral de la niñez
y de la pastoral juvenil, misiones solidarias con alumnos a poblaciones
vulnerables.
El carisma de las hermanas Carmelitas Misioneras
Teresianas está expresado en sus cuatro ejes:
* Crear comunión: esforzarse por vivir como hermanos, a pesar de las
debilidades y diferencias, intentando vivir en la común-unión.
* Anunciar la belleza: creer en la natural bondad y belleza del ser humano
como creación de Dios y que el mensaje divino es “bello” por sí mismo.
* Restaurar la belleza: ante una persona que se siente herida, desvalorada
procurar ayudarla a recuperar su estima y la belleza que Dios creó en ella.
* Escuchar y responder: disponer la mente y el corazón para escuchar a las
personas, empatizar con ellas y responder, según las posibilidades, a sus necesidades,
en gestos y palabras.
Desde la comunidad educativa del Colegio del Carmen y
San José destacan que este carisma y misión estuvieron presentes en cada
religiosa que pasó por la institución.
Hoy, debido al escaso número de religiosas y a las
necesidades de otras obras, la Congregación decidió que las Hermanas de la casa
en Catamarca fueran enviadas a otros centros de misión donde
aún no conocen a Cristo. Sin embargo, su obra continuará en manos de laicos,
con quienes desde hace algunos años vienen haciendo un recorrido de la misión
compartida. Por ello consideran que queda una comunidad bien formada para
llevar adelante el carisma y la misión,
Su empeño y testimonio las hacen merecedoras de
nuestro reconocimiento por su valioso aporte educativo, cultural, social y
pastoral durante estos 92 años que las tuvimos en suelo catamarqueño.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca