06 agosto 2010
La Iglesia Centenaria de Catamarca cerró el Año Sacerdotal consagrando a tres nuevos presbíteros
La Iglesia Centenaria de Catamarca recibió jubilosa a tres nuevos presbíteros, en el cierre del Año Sacerdotal, proclamado por el Santo Padre Benedicto XVI, bajo el lema “Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote”. Se trata de los jóvenes Ronan José Aguirre, Eugenio Eliseo Pachado, ambos de la parroquia Nuestra Señora de Belén, y Marcelo Enrique Amaya, de la parroquia San Pío X, en la ciudad capital, quienes dieron su sí generoso, entregando totalmente sus vidas a Jesús y a la Iglesia. Es la primera vez que el Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanč, realiza una consagración presbiteral, desde que asumió el gobierno eclesiástico de la diócesis catamarqueña. Una gracia muy especial, en el marco del Año Jubilar por el Centenario Diocesano, ya que desde hace tres años no había ordenaciones sacerdotales en Catamarca, la última fue realizada por el Obispo Emérito, Mons. Elmer Miani, el 4 de mayo de 2007, cuando consagró al Pbro. Carlos Robledo, actual Vicario Parroquial de Capayán.
La ceremonia religiosa se concretó el miércoles 4 de agosto, Día de San Juan María Vianney, Patrono de los Sacerdotes, en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle, presidida por el Obispo Diocesano de Catamarca, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Miani, y sacerdotes del clero local y de la Arquidiócesis de Tucumán y de la Diócesis de Concepción (Tucumán).
Tras la lectura del decreto 027/ 10, a cargo del Secretario Canciller, Pbro. Juan Olmos, y la escucha de la Palabra de Dios, el Vicario Episcopal para la Pastoral Diocesana, Pbro. José Antonio Díaz, presentó a los diáconos, postulantes al orden sagrado.
Posteriormente, Mons. Urbanč pronunció su homilía, expresando: “Debemos estar agradecidos a la Providencia divina que hoy nos regale a Eugenio, José y Marcelo convertidos en sacerdotes para siempre; con ellos y por medio de ellos, Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, seguirá enseñando, santificando y guiando a su Iglesia. También, nuestra gratitud a la Virgen del Valle que, de ahora en más, los protegerá con mayor ahínco a fin de que sean testigos vivientes del amor sacerdotal de Jesús; que todos puedan ver en su pensar y obrar a Aquel que es Camino, Verdad y Vida”.
Nuestro gozo y nuestra esperanza
Asimismo, exhortó a los nuevos presbíteros a que “sean siempre alegres servidores como Jesús y María, siguiendo el ejemplo de innumerables santos sacerdotes, cuyo gozo y recompensa es el deber cumplido”, agregando que “la falta de sacerdotes es real causa de tristeza para la Iglesia, y la respuesta vocacional de los jóvenes es nuestro gozo y nuestra esperanza. Gozo y esperanza de nuestra Iglesia de Catamarca, que acoge la gracia de tres nuevos sacerdotes como regalo del Señor. Alegría y esperanza del Obispo y del Presbiterio, porque se renueva la fuerza de nuestros brazos para tomar el arado y sembrar”.
Dirigiéndose a los ordenados, expresó: “La verdad del ser y del ministerio sacerdotal es la expresión, transparencia y epifanía del Amor de Cristo por sus ovejas, servicio y don de uno mismo por amor a El. Esto nada tiene que ver con la visión del ministerio como ‘encargo de funcionario’ o ‘tarea a tiempo’ o ‘dedicación parcial’. Lo que necesitamos y el mundo necesita, es de una Iglesia, de una comunidad cristiana que hable más con Jesús y de Jesús, que muestre más y mejor a Jesús. Una Iglesia samaritana y cordial”.
El rito continuó con las Letanías de los Santos elevadas por toda la asamblea de rodillas, mientras los ordenados permanecían postrados en señal de humildad y entrega. Otro momento fue la imposición de las manos sobre la cabeza de cada uno de ellos, por parte del Señor Obispo y de todos los sacerdotes concelebrantes.
Luego de la oración consecratoria, implorando a Dios que conceda el Orden del Presbiterado a José, Eugenio y Marcelo, éstos fueron revestidos con la estola al modo presbiteral y la casulla.
Siguiendo el rito, el Obispo ungió las manos de los jóvenes con óleo, y luego les hizo entrega del pan y del vino.
Finalizada la Santa Misa, en la sacristía, los flamantes presbíteros recibieron como presente de Mons. Urbanč un cáliz; y se dio a conocer el nombramiento de cada uno de ellos como Vicarios Parroquiales de las comunidades donde estuvieron sirviendo como diáconos: José Aguirre, en la Parroquia Jesús Niño (Capital), Marcelo Amaya, en la Parroquia San Juan Bautista (Tinogasta) y Eugenio Pachado, en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Capital).
De esta manera, la Iglesia Centenaria de Catamarca vive el gozo de tener a tres nuevos sacerdotes, quienes prestarán su servicio a los hermanos por amor a Jesús.
Primeras misas
P. Eugenio E. Pachado: Jueves 5- 19.00, Parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Capital).
P. Marcelo E. Amaya: Viernes 6- 19.30, Parroquia San Pío X, barrio Libertador II (Capital). Sábado 7- Parroquia San Juan Bautista (Tinogasta). Viernes 13: 19.00- Parroquia Nuestra Señora de Loreto (Córdoba).
P. Ronan J. Aguirre y P. Eugenio Pachado: Domingo 8- Capilla San Juan Bautista (Londres - Belén); 20.00- Parroquia Nuestra Señora de Belén (Belén).