23 agosto 2010
La Iglesia de Catamarca vivió la gran fiesta de los 100 años de su creación
El sábado 21 de agosto, día en que la Iglesia Universal celebra a San Pío X, creador de esta jurisdicción eclesiástica, enclavada en la tierra bendecida por la Virgen del Valle, la Diócesis de Catamarca vive jubilosa los 100 años de su nacimiento como Iglesia particular, en el marco del Bicentenario de la Patria. Los actos centrales fueron jerarquizados con la presencia del Legado Pontificio, Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, quien fuera enviado especialmente por el Papa Benedicto XVI, para presidir este acontecimiento extraordinario que vivimos los catamarqueños. A éste se sumaron prelados de distintos puntos del país, principalmente del Noroeste Argentino.
Los festejos se iniciaron muy temprano, cuando la luz del nuevo día aún no asomaba en la tranquila San Fernando del Valle, con la caravana portando a los Santos Patronos de las 28 parroquias diseminadas a lo largo del extenso territorio diocesano, presidida por la Imagen auténtica de la Virgen del Valle, que una vez más salió de su Camarín para acompañar a sus hijos en este año de gracias especiales. En esta ocasión, lo hizo luciendo su nuevo manto diseñado con la oración del Credo, síntesis de nuestra fe.
La marcha partió desde el Santuario y Catedral Basílica, abarcando un amplio trayecto que comprendió calle Sarmiento, avenidas Belgrano, Virgen del Valle, Güemes, Alem y México hasta el Predio Ferial Catamarca. Durante su desplazamiento atravesó por algunos puntos emblemáticos como el Paseo General Navarro (La Alameda) o Plaza de la Coronación y el Hospital de Niños Eva Perón, donde su personal salió para saludar el paso de las Sagradas Imágenes. A medida que avanzaba, mucha gente se sumó con sus vehículos, mientras otras lo hacían desde las puertas de sus hogares con profundas muestras de devoción, de rodillas, con lágrimas en los ojos y mucha alegría. En el sector de avenida Alem, la marcha se hizo más lenta debido al significativo número de personas que se agolpaban para tomar gracia de los Santos. Desde el Portal de la Ciudad, en el Parque Adán Quiroga, los jóvenes caminaron junto a las imágenes; mientras los jinetes formaron la Guardia de Honor a los Santos Patronos de las parroquias catamarqueñas y de la vecina Diócesis de La Rioja, San Nicolás de Bari, que peregrinó hasta los pies de la Morena del Valle, para adherirse a esta celebración.
En el Predio Ferial
En el predio ferial, aguardaba una gran cantidad de peregrinos, provenientes del interior diocesano y de la misma Capital. La entrada de las Imágenes al salón principal se realizó en un clima de fiesta total, que se hizo más intenso con la presencia de la bendita Imagen de la Virgen del Valle, portada por el Arzobispo de Salta, Metropolitano de la Región NOA, Mons. Mario Antonio Cargnello.
Posteriormente, se concretó el ingreso de las principales autoridades eclesiásticas, encabezadas por el Legado Papal, Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, y el Obispo Diocesano de Catamarca, Mons. Luis Urbanc; acompañados por el Señor Gobernador de la Provincia, Ing. Eduardo Brizuela del Moral. La ceremonia contó con la presencia del Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Osmar Miani y los Obispos del NOA: Mons. Mario Antonio Cargnello, Arzobispo de Salta; Mons. Luis Héctor Villalba, Arzobispo de Tucumán; Mons. Mariano Moreno García, Obispo Prelado de Cafayate; Mons. Francisco Poli Santillán y Mons. Ariel Edgardo Torrado Mosconi, Obispos Titular y Auxiliar de Santiago del Estero, respectivamente; Mons. Adolfo Armando Uriona, Obispo de Añatuya; Mons. Armando José María Rossi, Obispo de Concepción (Tucumán); Mons. Pedro María Olmedo Rivero, Obispo Prelado de Humahuaca; Mons. Marcelino Palentini, Obispo de Jujuy; Mons. Marcelo Daniel Colombo, Obispo de Orán (Salta); Mons. Roberto Rodríguez, Obispo de La Rioja; Mons. Eduardo María Taussig, Obispo de San Rafael; Mons. Daniel Martínez, Obispo Coadjutor de San Luis.
También participaron del acto central autoridades civiles de los Poderes Ejecutivo y Legislativo de Catamarca; de la Municipalidad de la Capital, a cargo del Presidente del Concejo Deliberante, Dr. Simón Hernández (h); de las Fuerzas de Seguridad; sacerdotes y religiosos.
La oración de Laudes fue presidida por Mons. Mario Cargnello, quien en una breve alocución destacó que “nacimos del corazón de un Papa Santo y catequista”, en referencia al creador de la Diócesis, San Pío X.
También hizo memoria de los Obispos que pasaron durante estos cien años de vida y su labor pastoral. Asimismo, amalgamando los festejos de la Iglesia Centenaria y de la Patria Bicentenaria, manifestó que “la gracia de Dios fue creciendo, penetrando en la trama más profunda de la historia, no sólo de nuestra Iglesia particular, sino también de nuestra sociedad civil. Ese diálogo, a veces fue tenso, pero siempre caritativo a lo largo de la historia”.
Rescató la acción de los dos últimos obispos diocesanos, con la creación de nuevas parroquias, movimientos e instituciones que dan vida a la comunidad eclesial, haciendo hincapié en el Sínodo Diocesano, concretado durante el gobierno eclesiástico del actual Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Osmar Miani.
Acto protocolar
La ceremonia protocolar dio apertura con el ingreso de las banderas de ceremonia de distintas instituciones educativas del medio; tras lo cual se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, interpretadas por el Coro de Niños del Colegio Padre Ramón de la Quintana con el acompañamiento de instrumentos autóctonos. Por su parte, la Banda de Música de la Municipalidad de la Capital, dirigida por el maestro José Moltó, tuvo a su cargo el Himno Pontificio.
Seguidamente se dio lectura al nombramiento del Legado Pontificio, Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, como “enviado extraordinario” para presidir la solemnidad del Centenario Diocesano “con mayor majestad y ornato”, según indica el instrumento legal que lleva la firma de Benedicto XVI. Se hizo lo propio con el decreto del Poder Ejecutivo Provincial, que lo declara Huésped de Honor; al igual a los otros prelados presentes en los actos centenarios. Igual distinción recibió el enviado papal del Municipio Capitalino.
El Gobernador de la Provincia, Ing. Eduardo Brizuela del Moral, en su discurso resaltó “el aporte que hizo la Iglesia Diocesana a la historia de Catamarca. La conformación de ella misma, la jura de la Constitución y la jura de la Autonomía contó con la activa participación de laicos y sacerdotes”, entre los que destacó a Fray Mamerto Esquiú, de quien dijo que es ejemplo de pobreza, obediencia y compromiso ciudadano; y “nos llegó a advertir sobre las consecuencias de no cumplir y acatar la ley”, precisó.
Tras una breve intervención del Obispo Diocesano, quien instó a los presentes a vivir la jornada con entusiasmo y plenitud, el Cardenal Errázuriz Ossa desarrollo su conferencia referida “Conversión pastoral de la Iglesia Diocesana a la luz de Aparecida”. Sus primeras palabras fueron para destacar el cariño y la cordialidad de los catamarqueños, para luego introducirse en la disertación, cuyo eje fue el compromiso misionero a la luz de la conversión pastoral. “Cada uno de nosotros debe salir a misionar con la Biblia en la mano y la Imagen de la Virgen”, indicó, agregando que “no tendría sentido hablar de una conversión pastoral si no nos dedicáramos a Ella, implorando un nuevo Pentecostés para ser fieles y nuevos testigos de Jesucristo”. “Por eso estamos reunidos, para que estos cien años que comienzan, esta conversión pastoral produzca un fruto extraordinario y fecundo”.
Foros y corte de torta
Como parte del aspecto formativo y de reflexión de estas jornadas, los participantes trabajaron en los diferentes foros sobre: 1. Procesos formativos: Discipulado misionero. 2. Bicentenario y servicio al bien común. 3. Rostro mariano de la Diócesis de Catamarca. 4. Dimensión misionera de la Iglesia particular (Misión permanente). 5. Familia y vida. 6. Juventud.
Antes de la celebración penitencial y de la Santa Misa, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, cantó con los presentes el cumpleaños feliz y partió la gigantesca torta de los cien años de vida de la Iglesia catamarqueña.
La jornada continuó con la peregrinación con antorchas desde el Predio Ferial hasta la Catedral Basílica, donde se hizo entrega de la Rosa de Oro, que el Obispo de Roma otorgó al Santuario de Nuestra Señora del Valle.