Camino a la Beatificación

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11 junio 2013

Testimonio de gratitud a Dios y emoción en la despedida del Padre Elio Fernández

Con un templo colmado de fieles, se llevó a cabo la misa de despedida de los restos mortales del Padre Elio Fernández en el templo parroquial de Jesús Niño, a cuya comunidad sirviera por casi 20 años. La misma fue presidida por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, y concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño, tanto de la ciudad capital como del interior, quienes llegaron especialmente para acompañarlo hacia su última morada en esta tierra.
Durante su homilía, el Padre Salvador Armengol Acevedo destacó que “providencialmente estamos despidiendo a nuestro hermano sacerdote en el día del apóstol San Bernabé, que nos permite volver a los orígenes de la Iglesia, cuyos fundamentos están en los apóstoles”. Resaltó las cualidades del apóstol, “bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de fe, que atrae a las personas a Dios, y quienes conocieron al Padre Elio supieron que él fue como dice la Palabra de Dios. Creo que nuestro hermano ha sido un testimonio de esto en medio de la comunidad. Por eso estamos convencidos de que estará con los apóstoles, alabando al Señor, gozando del Señor, de lo que él predicó acá”.
Hubo muestras de profundo dolor por la partida de quien fuera un sacerdote amigo y testimonio vivo de la presencia de Dios en medio de la comunidad. Pero también aplausos para agradecer al Señor por el don que fue el Padre Elio, quien sobresalió además en su faceta intelectual, sobre todo como periodista, siendo columnista de LA UNION, cuyos lectores se deleitaron con sus brillantes escritos sobre diversos temas.
Los fieles lo despidieron con sentidas palabras, recordando su empeño para propagar la devoción a la Divina Misericordia, su amor a los niños y a Nuestra Madre del Valle, a quien seguramente hoy estará contemplando en el cielo. “Nos dio su ejemplo de hombre de fe inquebrantable, de hombre humilde, caritativo y de total desprendimiento por las cosas materiales”, expresaron.


Luego de la celebración eucarística, el cuerpo mortal del Padre Elio fue acompañado por sus hermanos sacerdotes y fieles en general hasta el cementerio municipal, donde recibió cristiana sepultura en el Panteón del Clero, con lágrimas de dolor, pero sobre todo con una enorme gratitud a Dios por habernos regalo a este sacerdote, que hoy muere como la semilla, para que gustemos los frutos de su testimonio de amor y entrega generosa.