Camino a la Beatificación

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07 diciembre 2016

Multitudinario y colorido homenaje de los niños a la Virgen en el Paseo de la Fe

El martes 6 de diciembre, los niños rindieron un colorido y alegre homenaje a la Virgen del Valle en el penúltimo día de la novena. Ante una gran cantidad de niños acompañados de sus familias, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la Santa Misa de las 21.00, concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, el responsable de la Pastoral de la Niñez, Pbro. Santiago Granillo, y sacerdotes llegados de otras provincias para participar de las festividades marianas.
El altar fue preparado en el escenario frente al atrio de la Catedral Basílica, donde tuvo su sitial de honor la imagen de la Virgen del Valle para ser homenajeada por niños de todas las edades junto a sus familias, y los miembros del equipo de la Pastoral de la Niñez.
  
Los más pequeños fueron los protagonistas de la celebración, leyendo el guión, una lectura y escuchando atentamente la homilía al lado del Obispo. Los adultos por su parte, realizaron un emotivo gesto en el momento del acto penitencial, soltando globos blancos en representación de los niños que no pudieron nacer.
En el momento de la homilía el Obispo se sentó delante del altar y pidió a los niños que se acerquen y se sienten en el escenario para poder escuchar la reflexión de la
Palabra de Dios. El Pastor de la Iglesia de Catamarca expresó con alegría: “Bienvenidos queridos niños, que la Madre del Cielo los siga cobijando entre sus tiernas manecitas y los acune en su corazón”.
Luego se refirió a la memoria del obispo San Nicolás de Bari, a quien la Iglesia recuerda el 6 de diciembre, “un santo muy cercano a los niños, protector y defensor de los mismos”, manifestó, agregando que “a él vamos a confiar a todos los niños que participan de esta celebración para que los ayude a caminar siempre en dirección a Jesús y a María”.
En otro momento de su predicación, Mons.
Urbanc se dirigió especialmente a los padres presentes, diciéndoles: “Amados hermanos, cuántos miles de niños son como la oveja perdida del Evangelio, valiosísimos a los ojos de Dios, y que tenemos que ir a buscar, a sanar, a cargar sobre los hombros y regresarlos al rebaño”. Y con énfasis agregó: “¡Cuánto necesitan los niños del mejor tiempo de los adultos, del tiempo más lleno de amor! ¡Cuánto necesitan saber los adultos que en el cielo hay más alegría por el tiempo dedicado a un niño que al trabajo, a la economía, a la profesión, o, como suelen decir, a las cosas de grandes!”. Asimismo, destacó que  “el ejemplo de los padres es el libro del cual el niño aprende. El buen ejemplo de los padres es la mejor
catequesis y el verdadero espejo del que el niño aprende”.
También resaltó que “es de suma importancia que los papás y todos sepamos que la mejor escuela de vida para los niños es el juego. Jugando deben aprender a vivir y a convivir. A los niños hay que educarlos en el compartir y no como suelen hacerlo en el competir”.
Para finalizar, animó a los presentes a que “teniendo a nuestra Madre Inmaculada ante nosotros le pidamos, reconocerla como “Tesoro de Dios y la Tesorera de todas las misericordias que Dios nos quiere dispensar”, repitió junto a las familias presentes.
Luego de las oraciones de los fieles, en las que se rogó por todos los niños de la diócesis, presentaron las ofrendas niños y miembros de la Pastoral de la Niñez.

Luego de la Comunión, el Pbro. Santiago Granillo hizo entrega a Mons. Urbanc de una carpeta con un resumen del trabajo realizado por la Pastoral de la Niñez en los tres primeros años de su creación.
A continuación, invitó a las madres que participaron en los Encuentros de Embarazadas, y que recibieron la bendición con el manto de la Virgen del Valle en sus vientres durante este año, a que consagren sus bebés frente a la bendita Imagen.

Luego de la bendición final, el Obispo retornó la Imagen de la Madre del Valle a su Santuario y se realizó un colorido homenaje en el Paseo de la Fe.