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12 marzo 2022

El padre Javier Grosso asumió como nuevo párroco de San Isidro Labrador

Durante la noche del viernes 11 de marzo, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, puso en funciones al nuevo párroco de San Isidro Labrador, en Valle Viejo. Se trata del padre Javier Grosso, quien venía ejerciendo su servicio sacerdotal en la parroquia y santuario de Nuestra Señora de Belén. La ceremonia litúrgica fue concelebrada por sacerdotes del Decanato Centro, entre ellos, el párroco saliente, padre Juan Ramón Cabrera; los presbíteros Julio Ávalos, párroco de Nuestra Señora del Rosario -Ambato-; Lucas Segura, párroco de Nuestra Señora de Luján -Chumbicha-; Héctor Moreno, párroco de Nuestra Señora del Rosario -Paclín-; el vicario parroquial de Nuestra Señora de Belén, padre Martín Brizuela, y el párroco emérito Bartolomé Centeno.

Participaron el presidente del Concejo Deliberante local, Franco Iramaín, y el concejal Sergio Figueroa, religiosas, miembros de instituciones, grupos eclesiales y miembros de las distintas comunidades que conforman la jurisdicción parroquial.

Luego de las palabras de bienvenida al padre Grosso por parte de un miembro de la comunidad, se dio lectura al decreto de designación del nuevo párroco, tras lo cual el obispo bendijo el agua con la cual roció a los presentes.

En su homilía, Mons. Urbanč expresó su gratitud a quienes participaron de la celebración de asunción del nuevo párroco, “al padre Juan Ramón por estos años que ha llevado con mucha entrega y generosidad su vida en esta parroquia, de un modo particular todo lo que significa ser también el apoderado legal del colegio, que lo ha hecho con mucha competencia. Y también porque aceptó la propuesta que le hice de ir a la parroquia santuario de Nuestra Señora de Belén”.

“También a usted, padre Javier, muchas gracias por todo lo que ha hecho allá, en Belén, y espero que acá su salud esté mejor, ya que la altura le estaba haciendo daño”, comentó, apuntando que “tienes una parroquia grande, acabo de escuchar en la presentación que van a tener que celebrar los 400 años de la canonización de San Isidro, y esta comunidad lleva más de 300 años, así que es una gran responsabilidad conducir esta parroquia acá, en Valle Viejo”.

Al momento de reflexionar sobre la Palabra de Dios escuchado, dijo que “el sacerdote es aquel que Dios ha puesto en medio de la comunidad como pastor, maestro, guía, padre, amigo, hermano, para que les invite cada día a ser más parecidos a Jesús, esa es la misión”, y llamó a los fieles a “cuidar que el sacerdote se ocupe de esta hermosa tarea de guiarlos por el camino del servicio a Dios y al prójimo”.

A tono con este tiempo de preparación para la Pascua de Resurrección y a la luz de las Sagradas Escrituras, el pastor diocesano insistió en la necesidad del arrepentimiento y el cambio de corazón.

En otro tramo de su predicación agradeció a los presbíteros “el servicio sacerdotal” y los llamó a que “no se cansen de servir al pueblo, de acompañar, consolar, con la mirada siempre puesta en Jesús, como lo hizo San Isidro, para que podamos avanzar”. Pidió que “recen todos los días por nosotros, los sacerdotes, y por las vocaciones sacerdotales y religiosas”. Y exhortó a los fieles: “Déjense acompañar por el sacerdote, para construir comunidades fraternas, solidarias y misioneras, que hacen presente el Reino de Dios en el mundo”.

Seguidamente, el nuevo párroco realizó la profesión de fe y el juramento de fidelidad delante del obispo y ante toda la comunidad. También en distintos momentos de la ceremonia, recibió de manos del pastor diocesano las Sagradas Escrituras, el cáliz y la patena, los óleos para los sacramentos y finalmente la llave del Sagrario.

 

“Llego deseoso, esperanzado de ser

el pastor de la comunidad entera”

Antes de la bendición final, el flamante párroco agradeció “a Dios Uno y Trino porque en su suma e infinita bondad me tuvo y me tiene en cuenta al elegirme como pastor. Hoy se me honra con este nuevo destino pastoral en una parroquia muy importante… llego deseoso, esperanzado de ser el pastor de la comunidad entera, con el firme propósito de asistir, guiar a los fieles, si así lo desean, por el camino espiritual que las Santas Escrituras nos marcan a los cristianos. Es una tarea muy importante que nos exige, desde el pastor hasta los fieles, un gran compromiso de fe, esperanza y caridad”.

Expresó su “total disposición a quien lo solicite para asistir tanto espiritualmente como también acompañarlos en las circunstancias y situaciones en las que los pueda ayudar o contribuir a encontrar las soluciones”. “Siempre me van a encontrar dispuesto a escuchar, a trabajar codo a codo con grupos pastorales, de oración, en todo lo que haga crecer espiritualmente”.

“Por último, ofrezco todos mis sacrificios a la Santísima Virgen María, quien desde los albores de mi vocación ha ocupado siempre un lugar muy importante dentro de mi corazón y de mi cotidiana vida”, afirmó.

 

Representante legal del colegio Guadalupe

Por su parte, Mons. Urbanč agradeció al padre Grosso sus palabras, y anunció que la nueva apoderada legal del colegio Nuestra Señora de Guadalupe será la Prof. Blanca Monllau, “quien trabajará estrechamente con el padre Javier y en comunión con los directivos y docentes de este colegio que está cumpliendo un importante servicio”, dijo.

Fotos: Facebook Prensa Iglesia Catamarca