Durante la noche del viernes 11 de marzo, el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, puso en funciones al nuevo párroco de San Isidro Labrador, en Valle Viejo. Se trata del padre Javier Grosso, quien venía ejerciendo su servicio sacerdotal en la parroquia y santuario de Nuestra Señora de Belén. La ceremonia litúrgica fue concelebrada por sacerdotes del Decanato Centro, entre ellos, el párroco saliente, padre Juan Ramón Cabrera; los presbíteros Julio Ávalos, párroco de Nuestra Señora del Rosario -Ambato-; Lucas Segura, párroco de Nuestra Señora de Luján -Chumbicha-; Héctor Moreno, párroco de Nuestra Señora del Rosario -Paclín-; el vicario parroquial de Nuestra Señora de Belén, padre Martín Brizuela, y el párroco emérito Bartolomé Centeno.
Participaron el presidente del Concejo Deliberante
local, Franco Iramaín, y el concejal Sergio Figueroa, religiosas, miembros de
instituciones, grupos eclesiales y miembros de las distintas comunidades que
conforman la jurisdicción parroquial.
Luego de las palabras de bienvenida al padre Grosso
por parte de un miembro de la comunidad, se dio lectura al decreto de
designación del nuevo párroco, tras lo cual el obispo bendijo el agua con la cual
roció a los presentes.
En su homilía, Mons. Urbanč expresó su gratitud a
quienes participaron de la celebración de asunción del nuevo párroco, “al padre
Juan Ramón por estos años que ha llevado con mucha entrega y generosidad su
vida en esta parroquia, de un modo particular todo lo que significa ser también
el apoderado legal del colegio, que lo ha hecho con mucha competencia. Y
también porque aceptó la propuesta que le hice de ir a la parroquia santuario de
Nuestra Señora de Belén”.
“También a usted, padre Javier, muchas gracias por
todo lo que ha hecho allá, en Belén, y espero que acá su salud esté mejor, ya que
la altura le estaba haciendo daño”, comentó, apuntando que “tienes una
parroquia grande, acabo de escuchar en la presentación que van a tener que
celebrar los 400 años de la canonización de San Isidro, y esta comunidad lleva
más de 300 años, así que es una gran responsabilidad conducir esta parroquia
acá, en Valle Viejo”.
Al momento de reflexionar sobre la Palabra de Dios escuchado,
dijo que “el sacerdote es aquel que Dios ha puesto en medio de la comunidad
como pastor, maestro, guía, padre, amigo, hermano, para que les invite cada día
a ser más parecidos a Jesús, esa es la misión”, y llamó a los fieles a “cuidar
que el sacerdote se ocupe de esta hermosa tarea de guiarlos por el camino del
servicio a Dios y al prójimo”.
A tono con este tiempo de preparación para la Pascua
de Resurrección y a la luz de las Sagradas Escrituras, el pastor diocesano
insistió en la necesidad del arrepentimiento y el cambio de corazón.
En otro tramo de su predicación agradeció a los
presbíteros “el servicio sacerdotal” y los llamó a que “no se cansen de servir
al pueblo, de acompañar, consolar, con la mirada siempre puesta en Jesús, como
lo hizo San Isidro, para que podamos avanzar”. Pidió que “recen todos los días
por nosotros, los sacerdotes, y por las vocaciones sacerdotales y religiosas”. Y
exhortó a los fieles: “Déjense acompañar por el sacerdote, para construir comunidades
fraternas, solidarias y misioneras, que hacen presente el Reino de Dios en el
mundo”.
Seguidamente, el nuevo párroco realizó la profesión de
fe y el juramento de fidelidad delante del obispo y ante toda la comunidad.
También en distintos momentos de la ceremonia, recibió de manos del pastor
diocesano las Sagradas Escrituras, el cáliz y la patena, los óleos para los
sacramentos y finalmente la llave del Sagrario.
“Llego deseoso, esperanzado de ser
el pastor de la comunidad entera”
Antes de la bendición final, el flamante párroco agradeció
“a Dios Uno y Trino porque en su suma e infinita bondad me tuvo y me tiene en
cuenta al elegirme como pastor. Hoy se me honra con este nuevo destino pastoral
en una parroquia muy importante… llego deseoso, esperanzado de ser el pastor de
la comunidad entera, con el firme propósito de asistir, guiar a los fieles, si
así lo desean, por el camino espiritual que las Santas Escrituras nos marcan a
los cristianos. Es una tarea muy importante que nos exige, desde el pastor hasta
los fieles, un gran compromiso de fe, esperanza y caridad”.
Expresó su “total disposición a quien lo solicite para
asistir tanto espiritualmente como también acompañarlos en las circunstancias y
situaciones en las que los pueda ayudar o contribuir a encontrar las soluciones”.
“Siempre me van a encontrar dispuesto a escuchar, a trabajar codo a codo con grupos
pastorales, de oración, en todo lo que haga crecer espiritualmente”.
“Por último, ofrezco todos mis sacrificios a la Santísima
Virgen María, quien desde los albores de mi vocación ha ocupado siempre un
lugar muy importante dentro de mi corazón y de mi cotidiana vida”, afirmó.
Representante legal del colegio
Guadalupe
Por su parte, Mons. Urbanč agradeció al padre Grosso
sus palabras, y anunció que la nueva apoderada legal del colegio Nuestra Señora
de Guadalupe será la Prof. Blanca Monllau, “quien trabajará estrechamente con
el padre Javier y en comunión con los directivos y docentes de este colegio que
está cumpliendo un importante servicio”, dijo.
Fotos: Facebook Prensa Iglesia Catamarca