Inició la Cuaresma rogando por la paz en Ucrania
“La praxis de la cuaresma apunta
a la relación con Dios en la oración, con el prójimo en la caridad con uno mismo en el ayuno, en la penitencia”,
dijo el obispo.
El 2
de marzo, Miércoles de Ceniza, Catamarca se unió a los fieles de todo el mundo
en el ruego por los hermanos que están padeciendo las consecuencias de la
guerra en Ucrania. En diferentes momentos del día, las comunidades parroquiales
realizaron la adoración al Santísimo con el rezo del Santo Rosario y la plegaria
por la paz.
En
todas las Misas celebradas en los templos de la diócesis se realizó la
imposición de las cenizas, dando inicio a la Cuaresma, que nos prepara para la
Pascua de Resurrección.
La
ceremonia central fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc, en
la Catedral Basílica y Santuario del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora
del Valle, concelebrada por el rector y el capellán mayor, padres Gustavo
Flores y Ramón Carabajal, respectivamente. Fue seguida por fieles de Catamarca
y otras provincias a través de la transmisión por las redes sociales con lengua
de señas.
En
su homilía, Mons. Urbanc afirmó que “con esta celebración de imposición de las cenizas, damos inicio al
tiempo cuaresmal, un tiempo de recogimiento, de penitencia, de interioridad”.
Tomando la Palabra de Dios escuchada, dijo que “nos
habla de la invitación que nos hace Dios de volver a él ‘de todo corazón, con
ayuno, penitencia y oraciones’. Vuelvan es el imperativo que tiene que resonar
en estos días para cada uno de nosotros, para nuestras familias”.
“Hay que hacer ayuno, penitencia, que no sea un mero enunciado”,
enfatizó recordando que “el Papa nos lo ha pedido para este día, para que
termine la invasión que está padeciendo Ucrania”.
Asimismo, resaltó que “todo esto está orientado a reconciliarnos
con Dios, y la reconciliación es una tarea permanente”. En este sentido llamó a
los fieles a acercarse a la confesión, porque “la cuaresma es tiempo de
reconciliación, de hacer un buen examen de conciencia, de evaluarme, de pedirle
al Señor que me ilumine. Y me acerco al sacerdote para que me purifique de mis
pecados, si no, no hay conversión, esa vuelta que el Señor nos está pidiendo. La
conversión no es volver a un estado anterior sino una vuelta a Dios para ir
adelante, para ir más cerca de él, para no apartarnos de él, eso es conversión”.
Al referirse al evangelio, apuntó que “la praxis de la
cuaresma apunta a la relación con Dios en la oración, la relación con el
prójimo en la caridad y la relación con uno mismo en el ayuno, en la penitencia”.
En este punto señaló que “tenemos que ordenar nuestra mente, nuestro corazón;
tenemos que sanear esta sociedad”.
“Cuarenta días se nos dan para hacer esta praxis,
recurriendo a la oración, la limosna, la caridad y el ayuno, para que logremos
que este yo pobre, miserable, pecador, cambie y deje de ser el centro del mundo
y lo pongamos a Dios y al prójimo en el centro”.
Continuando con la celebración, el obispo bendijo las
cenizas que luego fueron colocadas en la cabeza de los sacerdotes y fieles
congregados en torno al altar.
Concluido el momento de la Comunión, se rezó la oración
por la paz propuesta por el Papa Francisco para esta jornada.
Luego de la bendición final, se alabó con el canto a
Nuestra Madre del Valle.
Imágenes: Facebook Prensa Iglesia Catamarca