El lunes 14 de marzo, asumió como nuevo párroco del Santuario Nuestra Señora de Belén, el padre Juan Ramón Cabrera, quien fue recibido con mucha alegría por esa comunidad del Oeste catamarqueño.
El recibimiento comenzó con una caminata hasta el
templo parroquial, en la que fue acompañado por autoridades municipales,
encabezadas por el intendente Daniel Ríos; el párroco de Nuestra Señora del
Rosario -Hualfín-, presbítero Rogelio Suárez, alumnos portando una bandera
papal y vecinos.
A su arribo a la sede parroquial se realizó el acto
protocolar, que contó con la presencia del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc,
junto con las autoridades civiles, docentes, representantes de grupos
eclesiales y fieles en general.
En la oportunidad, se escucharon palabras de bienvenida
a cargo de representantes del municipio y de la comunidad parroquial. También
hubo entrega de obsequios al nuevo párroco, uno de ellos consistente en cartas
confeccionadas por alumnos del Colegio Virgen de Belén. Asimismo, se leyó y se
entregó al obispo el decreto municipal declarándolo Huésped de Honor de la Ciudad
de Belén.
Concluido este momento, los presentes ingresaron al
templo para participar de la Santa Misa, presidida por el obispo diocesano y
concelebrada por sacerdotes de los Decanatos Oeste, Este y Capital.
En el inicio de la celebración eucarística se dio
lectura al decreto de designación del nuevo párroco, y luego se procedió a
bendecir el agua con la que el padre Cabrera roció a los miembros de la
asamblea.
Luego de la proclamación de la Palabra de Dios, en su
homilía, Mons. Urbanc agradeció por su servicio pastoral al padre Javier Grosso
-párroco anterior-, quien no pudo estar presente en esta Eucaristía, y al padre
Juan Ramón “por aceptar venir a esta gran comunidad”, dijo, destacando que “ser
párroco del Santuario de Belén es muy significativo” por la fuerte devoción a
la Virgen de Belén en todo el Oeste catamarqueño y parte del territorio
riojano. También manifestó su gratitud “a los sacerdotes que lo están
acompañando en este nuevo camino que comienza, para poder caminar junto con
ustedes. Éste es el espíritu que nos propone el Papa Francisco con el camino
sinodal”.
En este contexto destacó la importancia del trabajo con
las asambleas parroquiales y los consejos de pastoral, ya que “es una praxis
importante para poder trabajar sinodalmente”, consideró.
“Espero que este Santuario de Nuestra Señora de Belén
sea ejemplar en este trabajo que nos propone el Papa Francisco. Así vamos a
poder trabajar de una manera provechosa en la Asamblea Diocesana, el próximo 1
de octubre en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en la que
espero estén representadas las 31 parroquias, para que podamos hacer una gran
planificación de aquí al año 2033, en que vamos a recordar los dos mil años de
la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús”, señaló.
Y continuó: “Pero antes aquí, en Argentina, en el
2030, celebraremos los 400 años de la Patrona de Argentina, la Virgen de Luján,
y en el 2031, los 500 años de la Emperatriz de América, la Virgen de Guadalupe.
Acontecimientos que nos pueden ayudar a renovarnos como Iglesia”.
Destacó la importancia de la participación de los
laicos, acompañados por el sacerdote, y comentó que “este camino sinodal tiene
tres grandes objetivos: trabajar la comunión, la participación y la misión”.
“Les pido de corazón que recemos mucho para que todo
esto se pueda lograr, y no sea solo un enunciado”, para lo cual “tiene que
haber una corresponsabilidad entre todos para poder llevar a cabo esto que el Espíritu
Santo está pidiendo a la Iglesia y lo va canalizando a través de la voz del Papa”,
expresó.
Después de reflexionar sobre el texto del Evangelio
rogó a Nuestra Madre de Belén “que cada uno de nosotros sea realmente fiel a
las palabras, las enseñanzas y los ejemplos de Jesucristo, verdadero Pan bajado
del Cielo”.
Concluida la predicación, el nuevo párroco realizó la
profesión de fe y el juramento de fidelidad ante el obispo. Además, en
distintos momentos de la ceremonia recibió el libro de la Palabra de Dios, el
cáliz y la patena, los óleos para administrar los sacramentos y las llaves del Sagrario
donde se reserva el Santísimo Sacramento.
El padre Humberto Carrizo, Decano del Oeste, le dio la
bienvenida al flamante párroco, quien a su momento agradeció “por el hermoso
recibimiento a esta ya quinta parroquia como párroco. Tengo 28 años de
sacerdote y los 29 los voy a cumplir acá, con ustedes”.
También recordó su recorrido pastoral en las distintas
comunidades, habiendo iniciado “en esta parroquia como diácono, después me
ordenó sacerdote monseñor Miani”, y pasó por la Catedral, Andalgalá, Valle Viejo,
El Alto, Recreo, San Nicolás de Bari y San José Obrero, en Capital, donde cumplió
el servicio como Vicario Episcopal de Educación, y su destino anterior San
Isidro Labrador, “siempre diciéndole sí a Dios”. Como un gesto de cercanía
invitó al vicario parroquial, el padre
Martín Brizuela, a trabajar juntos en la tarea pastoral.
Hacia el final se consagró a Nuestra Señora de Belén y
la alabó junto al obispo, sus hermanos sacerdotes y toda la asamblea.
Fotos: Facebook Prensa Iglesia Catamarca