Cada día comencemos la novena con la señal de la cruz y el pedido de perdón
Padre eterno tu nos mostraste en el misterio del
Nacimiento de tu Hijo Jesús cuánto nos amas y el camino de la vida y la
salvación, te pedimos perdón por las veces que no hemos correspondido a ese
amor y no hemos hecho de nuestras familias y comunidades la imagen de ese
pesebre de Belén que a pesar de su pobreza y pequeñez fue un templo de escucha
y encuentro; ternura y fiesta.
Señor ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor ten piedad.
Que Dios, nuestro Padre, tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestras ofensas y nos regale su vida eterna.
Amén
Oración para cada día:
Pequeño Niño, tu elegiste la pobreza de un pesebre y
los cuidados amorosos de María y José para mostrarnos que también nos llamas a
cuidar toda vida, por pequeña que sea.
Ven Niño esperado, contágianos de alegría y
esperanza para que podamos como Iglesia mirarnos, escucharnos y abrazarnos como
hermanos.
Ven Niño Salvador, que en esta Navidad haz nos
dejemos habitar por Ti, para que nuestra vida sea transformada por tu sola
Presencia.
Amén
Al final de la meditación de cada día rezar Padre
Nuestro, Ave María y Gloria.
Día 1° DE LA
NOVENA (16 de diciembre)
Lectura del Evangelio según San Mateo (1: 18-21)
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre,
estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió
un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla
públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el
Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no
temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella
proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un Hijo, a quien pondrás el nombre
de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Palabra del Señor
Meditemos: Dios actúa para unir y sanar; no para
dividir y herir.
DÍA 2° DE LA NOVENA (17 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (1, 26-38)
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por
Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba
comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José.
El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó
diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó
desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le
dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz
un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del
Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel:
«¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel
le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada
imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que
se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor
Meditemos: María confía plenamente en la Voluntad de
Dios. ¿Comprendemos que confiar en Dios, como Ella, es lo mejor para nosotros y
para el mundo?
DÍA 3° DE LA NOVENA (Día 18 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (1, 39-45)
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un
pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e
Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre
de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en
mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado
de parte del Señor».
Palabra del Señor
Meditemos: ¿Somos serviciales como María?
DÍA 4° DE LA NOVENA (Día 19 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (1, 46-55)
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del
Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró
con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me
llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre
es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre
aquellos que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios
de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó
de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para
siempre».
Palabra del Señor
Meditemos: El canto del Magnificat de la Virgen es
una oración de alabanza por la que descubrimos que no sólo debemos creer en la
promesa de Dios, sino que debemos hacerla propia, vivirla.
DÍA 5° DE LA NOVENA (Día 20 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Mateo (1, 16-25)
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la
cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por
lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el
destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia
hasta Cristo, catorce generaciones. Este
fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y,
cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla
públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el
Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no
temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella
proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre
de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Todo esto
sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
"La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de
Emanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros». Al despertar, José
hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y
sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el
nombre de Jesús.
Palabra del Señor
Meditemos: Estamos llamados a confiar en Dios y
seguir su Voluntad, incluso cuando no entendemos su plan.
DÍA 6° DE LA NOVENA (Día 21 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (1, 57-80)
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser
madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran
misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho
días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como
su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan». Ellos le decían: «No
hay nadie en tu familia que lleve ese nombre». Entonces preguntaron por señas
al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: «Su
nombre es Juan». Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías
recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una
gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la
región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo
en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del
Señor estaba con él. Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu
Santo y dijo proféticamente: «Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque
ha visitado y redimido a su Pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la
casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes, por
boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos
de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se
acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de
concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos,
lo sirvamos en santidad y justicia, bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor
preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el
perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que
nos traerá del Cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están
en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el
camino de la paz». El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y
vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Palabra del Señor
Meditemos: Como Juan somos llamados a ser la voz de
Dios en medio de nuestra sociedad, con nuestra palabra pero sobre todo con
nuestro testimonio de vida.
DÍA 7° DE LA NOVENA (Día 22 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (2, 1-5)
En aquella época apareció un decreto del emperador
Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer
censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria y cada uno iba a inscribirse
a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de
Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Palabra del Señor
Meditemos: En las manos de Dios los planes del emperador
Augusto son como un río: toman el curso que Dios quiere darles. ¿Confiamos en
la Providencia de Dios que orienta el curso de la historia?
DÍA 8° DE LA NOVENA (Día 23 de diciembre)
Lectura del Evangelio según san Lucas (2, 6-7)
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo
de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y
lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.
Palabra del Señor
Meditemos: El pesebre nos convoca a ser cuidadores
de todas las vidas y a hacer de todos los lugares, lugares habitables para
todas las personas sin ningún tipo de exclusión.
DÍA 9° DE LA NOVENA
Lectura del Evangelio según san Lucas (2, 8-19)
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban
por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del
Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran
temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia,
una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido
un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal:
encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un
pesebre». Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la
tierra, paz a los hombres amados por él». Después que los ángeles volvieron al
Cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que
ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron
a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron
lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban
quedaron admirados de que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba
estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y
glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio
que habían recibido.
Palabra del Señor
Meditemos: Aunque la Virgen no entendía muchas
cosas, en silencio guarda el mensaje de Dios en su corazón y confía.
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