“Que podamos encontrar en la Virgen cobijo, consuelo, esperanza”
El
Obispo bendijo una imagen réplica de la Virgen realizada para el Presidente de
la Nación, que fue entregada al Secretario de Culto de la Nación, presente en
la Santa Misa.
En la mañana de este 14 de
abril, tercer domingo de Pascua y Domingo del Compartir en Argentina, se
celebró la Misa Solemne de las festividades marianas, presidida por el obispo
diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por sacerdotes del clero
catamarqueño, entre ellos el vicario general, P. Julio Murúa, y el rector del
Santuario y Catedral Basílica, P. Gustavo Flores, y otros presbíteros peregrinos
que llegaron a honrar a Nuestra Madre Morena.
La ceremonia litúrgica
central de esta jornada contó con la participación del Secretario de Culto de
la Nación Francisco Sánchez, quien estará presente también en la Solemne
Procesión de esta tarde.
“Con esta solemne
celebración eucarística en el ‘Domingo del Compartir’ agradecemos a Dios el don
precioso que nos dejó desde hace más de 400 años en esta imagen de la Pura y
Limpia Concepción para que millones de personas hayan podido cultivar la
devoción a la Virgen María y con Ella amar y servir a Dios” comenzó expresando
Mons. Urbanč, para recordar luego el 133° aniversario de la coronación
pontificia de esta venerada Imagen “para que se enseñoreara aún más como Reina
de todos sus hijos e hijas de este suelo argentino; y para que todos los
atribulados por cualquier causa pudieran encontrar en Ella cobijo, consuelo,
esperanza y un amor que acoge, fortalece y sana. La concurrencia de devotos y
peregrinos crece día a día. Gracias a Dios, desde hace más de un año, ya está
prestando un servicio cualificado el solar de la Gruta, ahora en calidad de
Santuario. De manera que quienes nos visitan, viniendo al encuentro de la Madre
Bendita del Valle, puedan tener más posibilidades de acrecentar su fe y amor
filial a María Santísima”.
Pasó luego a meditar sobre
las lecturas bíblicas proclamadas. Al referirse al Evangelio, repasó el pasaje
leído, y a continuación manifestó: “A las pruebas sobre la veracidad de su
resurrección como el hecho de verlo y escucharlo se añaden ahora la de tocarlo
y la de verlo comer. Es una manifestación de la benevolencia de Jesús que no se
cansa de ofrecer signos para su reconocimiento. Jesús hace estas cosas para
despejar las dudas de sus discípulos y mostrar que el Crucificado es ahora el
Resucitado”. Y acotó: “Como hizo antes con los discípulos de Emaús, Jesús les
enseña que todo sucedió conforme a las Escrituras, esto es, al designio de
Dios; y tal como ya lo había predicho en su vida pública. Luego les abrió la
inteligencia para que comprendieran las Escrituras, en particular lo referente
a la necesidad de la pasión y la resurrección para el Mesías (…) sólo Jesús
resucitado puede darnos la clave correcta para la interpretación de las
Escrituras”.
Más adelante sostuvo que
“para ver a Cristo, es imprescindible que nos encontremos cada domingo, el día
del Señor, en comunidad, escuchando su Palabra y compartiendo su Cuerpo y su
Sangre; así, podremos sentir la experiencia del Resucitado en medio de
nosotros. (…) Hoy, como en el tiempo de los Apóstoles, las condiciones no son
las mejores para descubrir a Dios. Parece, como cuando en la barca en el lago,
que hay muchas olas y que nos vamos a hundir. (…) Jesús nos invita a superar
nuestros miedos, para, con su ayuda, ser nosotros mismos y a obrar como Él,
porque Él se hizo hombre de verdad, hasta la muerte y para terminar
resucitando”.
Y concluyó implorando:
“Querida Madre del Valle, ayúdanos a reconocer a Jesús, a esperarlo siempre, y
ver los signos de su manifestación; a hacer de nuestras manos unas manos como
las de Jesús, siempre abiertas y serviciales; a superar nuestros miedos
personales y a ser sus testigos auténticos con nuestra vida”.
Bendición
de una imagen de la Virgen obsequiada al Presidente
Antes de la bendición final,
el Obispo bendijo una imagen réplica de la Virgen del Valle para ser obsequiada
al Presidente de la Nación Javier Milei, con un manto alusivo, que fue entregada
al Secretario de Culto de la Nación para que sea llevada al jefe del Estado
nacional.
Previamente, Mons. Urbanč explicó
el sentido de este regalo comentando que fue iniciativa de “un grupo de mujeres
que bordan estos mantos dedicándose horas a esta tarea, personas que donan
materiales como la tela, los adornos y piedritas, la corona hecha por un señor
acá, en Catamarca. Ellos han tenido la intuición, han sentido en su interior, ante
las dificultades que vive nuestra Patria, hacer esta imagen réplica para
donársela al señor Presidente de la Nación”.
“El señor Francisco Sánchez,
Secretario de Culto, se la va a llevar en nombre del pueblo de Catamarca, y
rezaremos para que encomendándose a Ella pueda tomar las decisiones que tanta
falta hacen para nuestra Patria; que podamos superar los problemas, todas estas
dificultades en las que vivimos, tantas inequidades. Recemos nosotros por el
Presidente, que él rece delante de esta Imagen y piense que todos los
argentinos tenemos una madre, la Madre del Cielo, y esta Madre quiere tener a
sus hijos bien, y nosotros tenemos que ser intermediarios para que todos
estemos bien”.
El Obispo invitó al
Secretario de Culto para hacer la oración de consagración a la Virgen junto con
toda la asamblea, y luego la alabaron con el canto interpretado por el Coro
Cantus Nova, que solemnizó la ceremonia, que finalizó entre vivas y aplausos a
la Reina y Señora de este Valle.
Descripción
del manto
Los responsables de la
confección del vestido y el manto de la imagen de la Virgen del Valle obsequiada
al Presidente de la Nación Javier Milei dieron a conocer la descripción del
mismo.
Manto
En el lateral derecho del
manto está bordado el candelabro de Jánuca, uno de los elementos que estaba en
el templo de Jerusalén, signo de luz, alegría, fiesta. Cristo se presenta como Luz
del mundo, que viene a iluminar las decisiones de los hombres. En los Mandamientos
está reflejado el camino a seguir para mantenernos en el bien y la verdad, ya
que son la expresión de la conducta moral del ser humano. Jesús resume estos
mandamientos en dos: Amar a Dios y al prójimo como a sí mismo. Si, en el amor
se resume todo mandamiento. El amor que nos mueve a derribar al Goliat, el amor
que empuja a dar más de lo que sentimos que podemos. El amor que nos descubre
que por dentro somos infinitos como lo es Dios, y por ello Él puede estar dentro nuestro guiándonos en cada
momento.
En el lateral izquierdo,
está representado San Rafael Arcángel, Tobías y el perro. Tobías debía
encontrar una medicina para su padre, no sabía el camino y Dios le envía un
arcángel para que le indique por dónde ir. En la imagen el Arcángel le indica
ese camino. Tobías se deja acompañar y consigue la medicina y cura la ceguera
de su papá. De nuevo la idea de la Luz que ilumina y guía. Dios nos guía a
través de sus ángeles. También nos guía a través de las personas de bien que
pone en nuestro camino, para ayudarnos a enfrentar los desafíos.
En la parte de atrás en el
manto se bordó a Jesús de la Divina Misericordia: mano que bendice, corazón que
perdona y su presencia en la Eucaristía. Dios se hizo Pan para que podamos
comerlo y Vino para que podamos beberlo, y así estar unidos a Él. Ésta es la
gran locura del Amor de Dios.
Vestido
En el vestido se bordó el
encuentro del señor Presidente Javier Milei con el Papa Francisco, para
recordarle que nuestro Santo Pastor está orando por él, un hermano y
compatriota, para llevar nuestra Nación a la dignidad que merece.
Los escudos de cada una de
las provincias colocados en el manto y la corona fueron hechas por el orfebre Carlos David Correa, representa a
todas las provincias de nuestra amada Nación.
Los cristales, piedras,
hilos dorados, telas, galón y demás materiales fueron donados por fieles y
devotos de la Virgen del Valle.
La peana o pedestal de la
Imagen réplica fue hecha por el carpintero Luis Antonio Castro.
El diseño e idea fue de tres
sacerdotes: Padre Juan Sebastián Vallejo Agostini, de Buenos Aires; Padre Oscar
Bourlot, de Gualeguaychu; y Padre Mario Gustavo Molas, de Catamarca.
La Imagen réplica fue donada
por el Comisario Santiago Limón.
Este trabajo fue
confeccionado en el Taller de María, creado por Graciela de Carrizo, con la
participación de las colaboradoras Estela Rodríguez, Laura Soria, Irene Pereyra
y Mónica Aragón.
#FiestasMarianas2024
#VirgenDelValleCatamarca
TEXTO
COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos
devotos y peregrinos:
Con esta solemne celebración
eucarística en el ‘Domingo del Compartir’ agradecemos a Dios el don precioso
que nos dejó desde hace más de 400 años en esta imagen de la Pura y Limpia
Concepción para que millones de personas hayan podido cultivar la devoción a la
Virgen María y con Ella amar y servir a Dios. Lo que en particular conmemoramos
son los 133 años que transcurrieron desde aquel histórico 12 de abril de 1891,
en el que el Papa León XIII coronó esta imagen para que se enseñoreara aún más
como Reina de todos sus hijos e hijas de este suelo argentino; y para que todos
los atribulados por cualquier causa pudieran encontrar en Ella cobijo,
consuelo, esperanza y un amor que acoge, fortalece y sana. La concurrencia de
devotos y peregrinos crece día a día. Gracias a Dios, desde hace más de un año,
ya está prestando un servicio cualificado el solar de la Gruta, ahora en
calidad de Santuario. De manera que quienes nos visitan, viniendo al encuentro
de la Madre Bendita del Valle, puedan tener más posibilidades de acrecentar su
fe y amor filial a María Santísima.
La Palabra de Dios que
acabamos de escuchar nos deja hermosas enseñanzas, tanto para el compartir,
como para acrecentar nuestra fe en Jesucristo y el amor a María Santísima.
Por un lado, la respuesta de
Pedro a la admiración de la gente: "Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por
qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que
hemos hecho caminar a este hombre?" (Hch 3,12).
La intención de Pedro con su
discurso es unir el milagro de la curación del paralítico con la resurrección
de Jesús. Además, en este discurso se contrapone la triple acción negativa de
ciertos judíos con respecto a Jesús (lo entregaron, renegaron de él y lo
mataron) con la acción de Dios, el Dios único de Abraham, Isaac, Jacob y
Moisés, quien "lo resucitó de entre los muertos". Es decir, Dios ha
glorificado a Aquél que esos judíos humillaron, ha aceptado a Aquél que
rechazaron. Pero Pedro aclara que esos judíos, el pueblo y sus jefes, obraron
por ignorancia y Dios se valió de esto mismo para cumplir lo que había ya
anunciado por medio de los profetas: que su Mesías debía padecer. Más allá del
error cometido por aquellos judíos al rechazar a Jesús, todavía hay oportunidad
de salvarse por lo que Pedro exhorta vivamente al arrepentimiento y a la
conversión para que los pecados sean eliminados. De este modo la curación
milagrosa pasa a ser signo del perdón de los pecados, que obtenemos por la fe
en el Resucitado.
Por otro lado, el
evangelista Lucas nos presenta diferentes reacciones frente a Jesús Resucitado:
*la primera reacción de los discípulos ante Jesús resucitado es de "temor
y temblor" “atónitos y llenos de temor” (Lc 24,37), pues creen ver un
espíritu. Jesús interpreta esta reacción como “turbación y duda” y la despeja
mostrándoles sus manos y sus pies e invitándoles a ver y tocar. *La segunda
reacción de los discípulos es la incredulidad, pero no como rechazo a creer,
sino como dificultad para aceptar algo demasiado hermosos y sorprendente que les
causa extrema alegría y asombro. Algo así como cuando decimos que “es demasiado
lindo para ser cierto”. Ante esto Jesús realiza la acción de comer un trozo de
pescado asado delante de ellos.
A las pruebas sobre la
veracidad de su resurrección como el hecho de verlo y escucharlo se añaden
ahora la de tocarlo y la de verlo comer. Es una manifestación de la
benevolencia de Jesús que no se cansa de ofrecer signos para su reconocimiento.
Jesús hace estas cosas para despejar las dudas de sus discípulos y mostrar que
el Crucificado es ahora el Resucitado.
Como hizo antes con los
discípulos de Emaús (cf. Lc 24,26-27), Jesús les enseña que todo sucedió
conforme a las Escrituras, esto es, al designio de Dios; y tal como ya lo había
predicho en su vida pública. Luego les abrió la inteligencia para que
comprendieran las Escrituras (Lc 24,45), en particular lo referente a la
necesidad de la pasión y la resurrección para el Mesías.
A veces tengo la sensación
de que Jesús, durante la Pascua, tuvo que sonreír a menudo. Se presentaba a sus
amigos, cumplía lo que les había prometido, y sus amigos, en vez de alegrarse,
se asustaban. Creen que es un fantasma. Reaccionan de tal manera que el mismo
Cristo los corrige: “De qué se asustan? ¿Por qué surgen dudas en su interior?”
¡Lentos para entender lo que pasaba en sus vidas hasta el final!
Por tanto, sólo Jesús
resucitado puede darnos la clave correcta para la interpretación de las
Escrituras.
Tener clara la imagen de
Jesús es importante también para nosotros, cristianos del siglo XXI. Para toda
la Iglesia, y para cada uno en particular. Hay tantas imágenes de Cristo, y tan
distintas, que es muy fácil confundirlo con un fantasma. Se nos desvanece. Se
nos olvida que hablamos de una persona de carne y hueso.
En efecto, para ver a Cristo,
es imprescindible que nos encontremos cada domingo, el día del Señor, en
comunidad, escuchando su Palabra y compartiendo su Cuerpo y su Sangre; así,
podremos sentir la experiencia del Resucitado en medio de nosotros. Es que el
Resucitado nunca se alejó de su comunidad, siempre ha estado con ellos. Eran
los ojos de los discípulos los que no podían verlo. Hasta que sus ojos se abren
a la luz de la Pascua, y pueden verlo como es realmente. Toman conciencia de
que ciertamente ha resucitado, y que está en medio de ellos.
Una cosa podemos tener en
común con los discípulos de la comunidad de Lucas. Les pasaba como a nosotros,
no acababan de ver claro. Incluso después de resucitar, Jesús tiene que seguir
catequizándolos. Antes, hablaba del Reino. Ahora, tiene que convencerlos de que
les toca ser testigos de la resurrección. También ellos tienen que morir a sus
miedos, y resucitar a la vida nueva. Convertirse en pregoneros de la Buena
Noticia. Otra llamada para cada uno de nosotros: hablar de Cristo a las personas
que nos encontremos. Para lo cual, primero nosotros necesitamos tener claro
quién es Jesús para nosotros y ver nuestra vida a la luz del Resucitado; sólo
así podremos ayudar a los hermanos a aclarar sus imágenes de Jesús.
Hoy, como en el tiempo de
los Apóstoles, las condiciones no son las mejores para descubrir a Dios.
Parece, como cuando en la barca en el lago, que hay muchas olas y que nos vamos
a hundir. La oscuridad del mundo (las guerras de Ucrania y de Gaza, las
dificultades de nuestra Patria, etc.) nos lleva a pensar que hay mucho mal y
sufrimiento en nuestra tierra. Y, además, están nuestros miedos personales. Nos
da miedo abrir las puertas, como a los discípulos. No dejamos que nos conozcan
como somos, por si no satisfacemos las expectativas de los demás, o vean en
nosotros cosas que nos avergüenzan, o se descubran nuestros miedos o errores
pasados… Puede que se nos olvide cómo somos de verdad. Y una de las condiciones
del testigo es ser auténtico y poner toda la confianza en Jesús Resucitado.
Jesús nos invita a superar
nuestros miedos, para, con su ayuda, ser nosotros mismos y a obrar como Él,
porque Él se hizo hombre de verdad, hasta la muerte y para terminar
resucitando. A sus discípulos les ofrece pruebas muy humanas: comer con ellos y
enseñarles las manos. Esas manos que habían repartido pan, habían expulsado
demonios y acariciado niños. Manos que habían lavado sus pies, la señal de
máximo amor y servicio, manos que se dejaron clavar en la cruz. Así deberían
ser nuestras manos, orantes, religiosas, serviciales… Jesús ahora no tiene
manos, tiene sólo nuestras manos. Hagamos de nuestras manos unas manos como las
de Jesús. Manos que no empuñan armas, como creían los que veían a Jesús como un
líder revolucionario, sino que son unas manos amables, siempre abiertas, libres
para acariciar, consolar, perdonar y expresar amor.
Querida Madre del Valle,
ayúdanos a reconocer a Jesús, a esperarlo siempre, y ver los signos de su
manifestación; a hacer de nuestras manos unas manos como las de Jesús, siempre
abiertas y serviciales; a superar nuestros miedos personales y a ser sus
testigos auténticos con nuestra vida.
¡¡¡Viva la Virgen del
Valle!!!
#FiestasMarianas2024
#VirgenDelValleCatamarca
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat