El pasado sábado 6 de abril se llevó a cabo la reunión del Consejo Diocesano de Pastoral (Codipa) ejecutivo con representantes de los decanatos, pastorales, movimientos e instituciones de nuestra Diócesis en los salones de la Iglesia Inmaculado Corazón de María.
La misma contó con la
presencia del obispo diocesano Luis Urbanč, el vicario general, presbítero
Pbro. Julio Murúa, y el equipo de Vicaría de Pastoral.
La convocatoria tuvo dos
momentos importantes, el primero con la presentación y reflexión en torno a la
Carta Pastoral sobre la Oración que ofreció nuestro Obispo con motivo del Año
de la Oración y por pedido de los participantes de la reunión del Codipa del
año pasado.
Al respecto, afirmó que “la
oración no es un monólogo, sino diálogo; por tanto, sólo es posible si cultivamos
una relación de amor con Dios” y “para dialogar es necesario saber escuchar,
así también, sucede con la oración: necesitamos saber escuchar a Dios”.
También destacó que “la
oración alimenta la fe y hace que pasemos de meros practicantes a verdaderos
creyentes, y que reconozcamos a Jesús como el Ungido de Dios Padre; por eso, lo
amamos y cumplimos sus mandamientos”.
Entre otros aspectos destacó
lo que plasmó en su Carta Pastoral donde dice que “la oración es el alma de
toda vida de fe y, por supuesto, de la vida cristiana. Lo es para cada persona
y lo es también para la Iglesia como lo fue para Jesús”. Y llamó a que “tengamos
la mirada siempre puesta en quien todo lo puede, y seamos valientes para pedir
no sólo aquello que necesitamos, sino, sobre todo, para conocerlo, amarlo y
servirlo más y más”.
Rescató conceptos de algunos
santos sobre la oración, como San Juan María Vianney, a quien denominó “un
verdadero hombre de oración”, Santo Domingo Guzmán, San Alfonso María de
Ligorio, apuntando luego que en su Carta Pastoral citó algunos números del
Catecismo de la Iglesia Católica sobre la oración -nn. 2558 al 2564-, “donde se
nos enseña qué es la oración, la oración como don de Dios, la oración como
Alianza y la oración como comunión. Luego profundizo en la diferencia que hay
entre la oración personal y la comunitaria. Jesús recomienda ambas. Se
complementan, equilibran y validan cuando ambas se practican”.
Asimismo, enfatizó que “algo
muy importante es educarse en la oración y para la oración si es que pretendemos
tener una fe viva y comprometida con la misión”.
Luego de su reflexión se
hizo un trabajo grupal para realizar propuestas buscando crecer en la oración
en nuestras comunidades.
El segundo momento estuvo a
cargo del padre Murúa quien presentó el camino sinodal que venimos haciendo a
partir de la Asamblea Diocesana como preparación de la próxima Asamblea
Diocesana, que se llevará a cabo el sábado 15 de junio.
Posteriormente se volvió al
trabajo en grupos con propuestas para organizar dicha Asamblea con el
compromiso de todos los agentes de pastoral.
La reunión concluyó como al
inicio con una profunda oración bajo la guía del Espíritu Santo y pidiendo la
intercesión de Nuestra Madre del Valle y el Beato Mamerto Esquiú.
Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat