“La Patria es un don y una tarea”
En una mañana soleada, el martes 25 de mayo se llevó a cabo el Solemne Te Deum por los 200 años de la Patria, en el marco del Centenario de la Diócesis de Catamarca.
Engalanada con los colores patrios y papales, la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle fue el escenario donde se desarrolló la ceremonia religiosa, presidida por el Obispo Emérito de Catamarca, Mons. Elmer Miani, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el Vicario de Pastoral, Pbro. José Antonio Díaz; los Pbros. Angel Nieva, José Gómez, Antonio Bulacio, Julio Avalos, Bartolomé Zenteno, Humberto Toloza, y el sacerdote franciscano Eduardo Lascano.
Estuvieron presentes las principales autoridades provinciales y municipales encabezadas por el Señor Gobernador de la Provincia, Ing. Eduardo Brizuela del Moral, y el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Dr. Ricardo Gaspar Guzmán, respectivamente, miembros de los Poderes Legislativo y Judicial, y de las Fuerzas de Seguridad.
Un marco especial ofrecieron los Cadetes de la Escuela de Policía de la Provincia, apostados en la nave central del templo catedralicio; y los abanderados y escoltas de las escuelas del medio, de Gendarmería Nacional, Escuela de Cadetes de la Policía provincial, Policía Federal y Servicio Penitenciario.
Depositamos nuestra esperanza en la manos de María
Durante su homilía, el Vicario General, Pbro. Julio Quiroga del Pino dio gracias a Dios por el Bicentenario de la Patria, expresando: “Hoy, reunidos en este Santuario de la Virgen e Iglesia Catedral, en el Centenario de la creación de la Diócesis, que fue el regalo, junto a la actual Arquidiócesis de Corrientes, que el Santo Padre San Pío X, hiciera a la Argentina en 1910, justamente en ocasión de celebrarse el Centenario de la Patria, queremos depositar nuestra esperanza en las manos de la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra del Valle”.
“Celebrar el Bicentenario es memoria, también conversión y búsqueda. Es aceptar el desafío de asumir el contexto histórico y las transformaciones sociales y culturales y por fidelidad al Espíritu y a la misión de construir el Reino de Dios. Nos es a la Iglesia un desafío para emprender la renovación pastoral, espiritual e institucional que pide el Documento de Aparecida para América Latina. Es una oportunidad privilegiada para definir mejor cómo debe ser la Misión, acuciados y urgidos a volver al Evangelio de Jesús con nuevas estructuras que favorezcan la transmisión de la fe”, agregó.
Asumir valores
En otro tramo de la predicación exhortó a “rescatar grandes valores de nuestro tiempo para asumirlos y purificarlos, valores como la libertad, la autenticidad, el respeto al individuo, a la minoría. A los derechos humanos, a la ecología: respeto y valor de la creación”.
“Demos gracias en este 25 de mayo por la Patria, nuestra Nación Argentina, por sus raíces humanas y religiosas, por este Don de ser Patria, que exige de nosotros una tarea que supone un compromiso para hacer fecundo el Don recibido. Tarea que asumimos con la esperanza que proviene de nuestra fe en Dios que nos llama a preparar en nuestra Patria terrena la materia del Reino celestial. Compromiso asumido que encuentra en nosotros el reconocernos todos llamados a vivir en fraternidad y esto fundamentado por el valor de la persona humana, en la trascendencia de la Vida, en la Dignidad elevada a la Filiación Divina”, expresó el Padre Quiroga del Pino.
Fortalecer las instituciones
Asimismo, manifestó: “Compromiso asumido en la construcción de oportunidades que establezcan dicha dignidad para recuperar el respeto por las familias y por la vida en todas sus formas, avanzar en la reconciliación entre sectores y en la capacidad de diálogo, fortalecer las instituciones republicanas, el Estado y las organizaciones de la sociedad. Mejorar el sistema político y la calidad de la democracia, afianzar la educación y el trabajo como claves del desarrollo y de la justa distribución de bienes como nos invitó el documento ‘Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad (2010-2016)’ de la CEA. Por ello, la Patria es un Don y una Tarea”, enfatizó el sacerdote.
“Don recibido que nosotros hoy, protagonistas de nuestra historia, reafirmamos como argentinos que nos insta a levantar nuestra mirada y fortalecer el corazón para renovar los propósitos de la Constitución Nacional de ‘constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”, indicó.
Finalmente, pidió que “Ella, la Santísima Virgen del Valle, Esperanza nuestra, nos guíe al encuentro con Jesús, su amado Hijo y nuestro Salvador. Que nosotros, continuemos en la búsqueda e interés por la Verdad del Hombre que es Dios y que las tareas y anhelo de nuestros gobernantes, los conduzcan en el constante ejercicio del bien común que ennoblezca la Patria”.
Concluida la homilía, se elevaron las plegarias al Padre por la Iglesia, por los gobernantes, por la Nación, por el respeto de la dignidad humana, por la reconciliación de los distintos sectores de la sociedad y el diálogo,.
Siguiendo la tradición inaugurada por nuestros próceres, se entonó el himno de alabanza y acción de gracias, interpretado por el Coro de la Universidad Nacional de Catamarca.
Tras el canto de homenaje a la Virgen en el Bicentenario de la Patria, se impartió la Bendición Solemne.