Camino a la Beatificación

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17 octubre 2021

SALUDO Y REFLEXIÓN POR EL DÍA DE LA MADRE

           


En Argentina, hoy, celebramos el Día de la Madre, por eso saludo a todas la Madres y les comparto una reflexión.

Todos recordamos con frecuencia a nuestras mamás. Quizá algunos las extrañamos más porque ya se fueron de este mundo hace algún tiempo. Otros visitarán a su mamá anciana y le darán un regalo, comerán juntos y recordarán pequeñas historias de la infancia. Otros simplemente le harán una telefoneada, porque se encuentran lejos de casa, y mamá espera con ansiedad la llamada del hijo ausente. Quizá alguno no sepa quién fue su madre, y llorará, esperando poder encontrar un día el rostro de la mujer que lo acogió y lo hizo nacer en algún hospital o en una casa particular…

Pero, a mí me causa mucho dolor y preocupación que en mi querida Catamarca, el ministerio de educación, haya expedido la resolución n° 322, con fecha 21/9/2021, donde se reglamenta la ‘educación sexual integral’ en todas las escuelas de la provincia, y que desvirtúa este día, diciendo en el punto 4, n° 16: “Los festejos puntuales por el Día de la Madre y Día del Padre, deben ser reemplazados por la Semana de ‘Las Familias’, respetando lo establecido en la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario y la posterior regulación del Código Civil y Comercial de la Nación, la cual amplía el paradigma del concepto de familia, generando nuevos horizontes de derechos y responsabilidades para el sector educativo”.

Qué triste que las nuevas generaciones sean deformadas en nuestros centros educativos en la forja de sus afectos hacia esas personas que les dieron la existencia y que se esfuerzan por cuidarlas. ¡Qué triste homenaje a nuestro querido Beato Mamerto Esquiú, a pocos días de su beatificación!

También en este Día de la Madre podemos pensar en otras dos Madres. Una es la Virgen María, Nuestra Morena del Valle, nuestra Madre celestial. La otra es la Iglesia. Por tanto, hemos de sentirnos hijos de Ella, sufrir cuando sufre y alegrarnos con sus alegrías. No resulta fácil “visitar a la Mamá Iglesia”, porque no tiene un domicilio fijo. Ni siquiera podemos pensar que vive encerrada en los templos o lugares de culto. La Iglesia, nuestra Madre, vive en cada uno. Todos los bautizados, cuando vivimos muy unidos al Papa Francisco (hoy), cuando amamos a nuestros obispos, cuando participamos de la Misa los domingos, cuando acudimos a pedir misericordia en el sacramento de la confesión, cuando rezamos de corazón en la mañana o en la noche, cuando perdonamos a nuestros enemigos y ayudamos a todos… Todos nosotros, con nuestros buenos y nuestros malos momentos, entretejemos esa misteriosa y gran realidad: la Iglesia-Mamá.

Así que, en este Día de la Madre, agradezcamos a la Iglesia que nos haya hecho nacer como creyentes, que nos haya dado la fe en Jesucristo, que nos haya ayudado a amar a la Virgen María y al Papa. Y, a la vez, nos sintamos festejados: cada nuevo hijo de la Iglesia nos mira con cariño y nos dice: ¡gracias, católico fiel, por haberme dado la fe, por haberme hecho nacer al amor de Dios, en la Iglesia! ¡Gracias, sí, a todos, porque cada nuevo hijo de la Iglesia es no sólo hermano nuestro, sino, “hijo nuestro”!

A Todas las Madres, en gratitud a mi mamá, las saludo y bendigo de corazón, rogando al Buen Dios, Padre, y a la Madre del Valle por las intenciones de cada una. ¡Que tengan una bella e inolvidable jornada!

 

Mons. Luis Urbanč

17 de octubre de 2021

Año de San José y del Beato Mamerto Esquiú