Participó de la Eucaristía, Emma Pacheco Paz, la niña del milagro por el que Mamerto Esquiú fue beatificado. En su charla sobre la canonización, fray Pablo Reartes dijo que se están estudiando algunos posibles milagros por su intercesión.
En el 196° aniversario de su
natalicio, durante la tarde del miércoles 11 de mayo, se llevó a cabo la
primera misa en honor de Mamerto de la Ascensión Esquiú como beato, en el
templo franciscano de Catamarca. Fue presidida por el sacerdote de la Orden de
los Frailes Menores Pablo Reartes y concelebrada por el Guardián del convento, el
padre Eligio Bazán, y el párroco de San Jorge, presbítero Reinaldo Oviedo.
“Todavía resuena en nuestros
corazones la felicidad que sentimos el día que Fray Mamerto Esquiú fue beatificado,
el 4 de septiembre pasado; él nos hizo vivir ese día un pedacito de Cielo”,
porque “los que pudimos estar allí sentimos en nuestro pecho la gracia del Beato
Esquiú”, arrancó su predicación fray Reartes.
Destacó que la novena organizada
por la diócesis junto con la comunidad franciscana local “ha sido muy rica y
muy participativa” y que “el fervor ha ido creciendo en nosotros, los
catamarqueños, y los argentinos después de la beatificación”.
Tomando las lecturas del
día, destacó algunas “facetas de la vida de nuestro amado Beato, aunque los
biógrafos dicen que llegó a tener más de 20 oficios tanto civiles como
eclesiásticos, y que además de ser fraile, sacerdote y obispo, también fue
periodista”, entre otros. En este punto se centró en su dimensión de pastor.
Asimismo, compartió una
reflexión de Esquiú dirigida a los catamarqueños en la que destaca dos
baluartes diciendo: “Para mí, Catamarca, colocada geográficamente donde está, y
estudiándola desde sus orígenes, veo estos dos hechos sobresalientes, la Santísima
Virgen del Valle le ha dado la vida religiosa que tiene y hasta su vida
económica, y los hijos del patriarca San Francisco, ellos han sido sus guías
intelectuales y acaso políticos…”.
Y sigue: “De todo esto infiero que la Providencia
tiene destinados a los catamarqueños para sabios y santos, porque todo en
nuestra provincia está invitando al estudio y a servir dignamente a Dios. Hasta
hoy mismo lo que me confirma a mis opiniones son que sólo se levantan con
alguna notoriedad los estudiosos y los que sirven fielmente al Señor”. Y viene
un llamado de atención: “Lo que temo es
que los catamarqueños desatienden la voz de la Divina Providencia y olviden las
enseñanzas de su propia historia. Veo un grandísimo peligro, la enseñanza
pública marchando sin tener en cuenta los deseos para con Dios. Nuestra Señora
del Valle los ampare”.
Cerró su homilía con las
expresiones de un poeta que dice: “Escribió
bien, habló mejor y mucho mejor vivió”, ése es nuestro amado Beato Mamerto Esquiú”.
Una
grata visita
Como dato novedoso,
participó de la ceremonia litúrgica Emma Pacheco Paz, la niña del milagro por
el que Mamerto Esquiú fue beatificado, quien fue presentada y saludada con
aplausos.
Al concluir la ceremonia
litúrgica, se cantaron dos temas musicales de Alejandro Villafáñez y interpretados
por su autor junto con integrantes del taller de música que inició sus
actividades el año pasado en el convento y continúa su proceso de aprendizaje.
Finalmente, fray Pablo
Reartes brindó una charla sobre la canonización, comentando que hay algunos
casos que fueron presentados algunos casos de posibles milagros obrados por Dios
por intercesión del Beato Esquiú, “dos en Córdoba, uno en Tucumán y otro en
Catamarca”, que están siendo estudiados.
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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca