Misa y ofrenda musical en vísperas del natalicio del Beato Mamerto Esquiú
El obispo invitó a “profundizar más en sus escritos, que nos
permitirán valorar más su vida santa y ejemplar”. Y leyó una plática del Beato
Esquiú en honor de la Virgen del Valle.
Durante la noche del martes 10 de mayo, en las vísperas
del 196° aniversario del natalicio y fiesta litúrgica del Beato Mamerto Esquiú,
el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la Misa rogando por su pronta
canonización, en la Catedral Basílica y Santuario del Santísimo Sacramento y de
Nuestra Madre del Valle, que fue concelebrada por sacerdotes del clero local y
otros visitantes.
En el inicio de su homilía, el pastor diocesano
destacó el motivo de esta celebración: “honrar y contemplar a nuestro primer
beato catamarqueño, el obispo y fraile franciscano Mamerto de la Ascensión
Esquiú, prohombre de la Patria y de la Iglesia Católica”.
Luego hizo “memoria de él con algunas enseñanzas de su
prolífica homilética. Hoy de una plática del 1 de noviembre de 1875, en honor a
la Virgen del Valle”, dijo.
En ella afirma: “La
Santísima e Inmaculada Virgen María es, en el orden de la gracia, la madre de
todos los verdaderos fieles; pero a ustedes que la invocan con el dulce nombre
de la Virgen del Valle, debo decirles que Ella ha sido y es con ustedes cuan
una madre que acaricia a su hijo, ‘como una madre que consuela a su hijo’ (Is
66,13). Ella no puede olvidarse de aquellos que engendró espiritualmente al pie
de la cruz, pues a éstos los ama más que si los hubiese llevado en su vientre”.
“Por otro lado, afirma san
Jerónimo, que ‘no hay gracia ni bien alguno que no nos llegue por medio de
María, pues tal es la voluntad de Dios’. Lejos, pues de nosotros, el que por un
intolerable orgullo de nuestro corazón convirtamos en ruina y perdición nuestra
la bondad de María, pensando como aquel fariseo del Evangelio, que sólo
nosotros somos objeto de su amor y ternura. Afirmo solamente que Ella los
acaricia como una Madre; y es cosa sabida que los cariños de una madre no
siempre son prueba del mérito de los hijos, sino más bien de su debilidad,
necesidad y pequeñez”,
expresa el Beato Esquiú.
Finalmente, Mons. Urbanc afirmó que “con esta muestra,
hemos recibido una sólida enseñanza y una motivación a querer profundizar más
en sus escritos, que nos permitirán valorar más su vida santa y ejemplar”.
Frente a la imagen, se rezó la Oración por la
Canonización de nuestro amado Beato Mamerto Esquiú.
Ofrenda musical
Luego de la celebración eucarística se realizó la ofrenda
musical, que estuvo a cargo del Coro de la Catedral que dirige el Prof.
Exequiel Andrada, y la Banda de Música de la Municipalidad de la Capital,
dirigida por el Maestro Jorge Álvarez.
En la apertura de la velada cultural, se entonaron las
estrofas del Himno Nacional Argentino, el Himno a Catamarca y el Himno a
Esquiú.
Luego se presentaron una serie de obras sacras y un
repertorio musical, que deleitaron a los presentes en este homenaje con el
canto y la música a nuestro amado Beato. Muchas personas se sumaron a través de
la transmisión por las redes sociales.
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA
Queridos Hermanos:
Nos hemos congregado para honrar y contemplar a
nuestro primer beato catamarqueño, el obispo y fraile franciscano Mamerto de la
Ascensión Esquiú, prohombre de la Patria y de la Iglesia Católica.
Quiero hacer memoria de él con algunas enseñanzas de
su prolífica homilética. Hoy de una plática del 1 de noviembre de 1875, en
honor a la Virgen del Valle.
“En la
admirable obra de nuestra reparación no sólo se nos ha devuelto con inmensas
ventajas la gracia perdida por el pecado del primer hombre, sino que además
hemos sido reintegrados en todos los antiguos dones, o viciados o perdidos por
ese mismo pecado. Ustedes, los que viven de la fe, nada tienen que envidiar al
estado de la justicia original, porque todo lo tienen y resplandeciente de la
juvenil y eterna hermosura del Hijo de Dios. ¿Desearían acaso vivir en aquel
paraíso de delicias, en el hermosísimo jardín que plantó la mano del Señor para
que lo habitase el hombre inocente? ¡Ahí tienen, viviendo están en la grande y
hermosísima Iglesia de Cristo, poblada de prodigiosos árboles de santidad,
embalsamada por el aroma celestial de las virtudes evangélicas, regadas todas
con esas aguas de vida eterna, cuya inagotable fuente es el corazón del hombre
Dios, Jesucristo! ¿Suspiran por el árbol de la vida cuyo fruto daba la
inmortalidad? Ahí tienen el Sacramento de la Eucaristía… Ricos de todos los
bienes que se perdieron por el pecado de Adán, hemos llegado hasta a tener una
madre en el orden de la gracia: ¡Mucho más pura, más noble, más bella y más
excelsa que nuestra antigua madre!... Pero, ¿dudan acaso que sean nuestra
verdadera madre! ¡Ahhh! Nadie puede
poner en duda lo que confiesan todas las generaciones cristianas… Nadie, salvo
que quiera renunciar a la dignidad de hijo de María, puede poner en duda la
palabra de Jesucristo: “He ahí tu Madre” (Jn 19,27).
La Santísima e Inmaculada Virgen María es, en el orden
de la gracia, la madre de todos los verdaderos fieles; pero a ustedes que la
invocan con el dulce nombre de la Virgen del Valle, debo decirles que Ella ha
sido y es con ustedes cuan una madre que acaricia a su hijo, “como una madre
que consuela a su hijo” (Is 66,13). Ella no puede olvidarse de aquellos que
engendró espiritualmente al pie de la cruz, pues a éstos los ama más que si los
hubiese llevado en su vientre. Por otro lado, afirma san Jerónimo, que “no hay
gracia ni bien alguno que no nos llegue por medio de María, pues tal es la
voluntad de Dios”. Lejos, pues de nosotros, el que por un intolerable orgullo de
nuestro corazón convirtamos en ruina y perdición nuestra la bondad de María,
pensando como aquel fariseo del Evangelio, que sólo nosotros somos objeto de su
amor y ternura. Afirmo solamente que Ella los acaricia como una Madre; y es
cosa sabida que los cariños de una madre no siempre son prueba del mérito de
los hijos, sino más bien de su debilidad, necesidad y pequeñez”.
Con esta muestra, hemos recibido una sólida enseñanza
y una motivación a querer profundizar más en sus escritos, que nos permitirán
valorar más su vida santa y ejemplar.
#BeatoMamertoEsquiu
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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca