Son innumerables los
testimonios de los hermanos que pueblan las rutas que conducen a San Fernando
del Valle de Catamarca, en su afán de llegar a los pies de la Madre del Valle.
Julio Rubén Perea con
sus sobrinos Marcelo y Braian, y Deolinda, llegaron desde Concepción, provincia
de Tucumán.Salieron el pasado domingo a las 14.00, recorrieron 175 kilómetros caminando,
para arribar en horas de la siesta del jueves 5.
De rodillas,
ingresaron al Santuario, terminando su travesía de amor y fe ante la Imagen de
la Madre Morenita, a quien veneraron con lágrimas en los ojos.
“Tenemos promesas,
que cumplir sea como sea. Siempre llegamos. Nos han tocado días con lluvia,
viento, pero de todas maneras hemos llegado. Nos protegíamos en las garitas o
en algunas casas, donde nos daban lugar”, relató Julio, agregando que “la
Virgen me da cosas que nunca he tenido, como mi casa, un medio de movilidad y
trabajo. Por eso vine a agradecer”.
Respecto del trayecto
que transitaron, contó que “nos fue bien, la Virgen nos ha ayudado mucho y
también la gente en la ruta. Luego de tres días y medio caminando, estamos doloridos
en las piernas y con ampollas. El sábado volvemos en moto”.
“Hace siete años que
venimos en diciembre. La Virgen del Valle es todo para nosotros, Ella nos
cuida. Le pedimos siempre por algún familiar que está enfermo. Somos sus devotos”.