Camino a la Beatificación

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03 diciembre 2019

Mons. Urbanc en la Misa del Ámbito de la Salud


“La actividad de los agentes de la salud tiene el alto valor del servicio a la vida”

Con la presencia de autoridades y personal de las instituciones alumbrantes, durante la noche del lunes 2 de diciembre, se celebró la Eucaristía de homenaje del Ámbito de la Salud estatal, privado y eclesial a la Virgen del Valle: Hospitales, Sanatorios, Institutos, Círculo Médico, Colegios Auxiliares de la Medicina, SAME, PAMI, OSEP, ECA, EMICA, Secretaría Social de la Municipalidad de la Capital, ONG  Corazón con Agujeritos y Soles, Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones y Geriátricos del medio.
Entre las autoridades, que se dieron cita para honrar a la Madre Morena, se encontraban el Director del SAME, Dr. Norberto Bazán; el titular de la OSEP, Dr. Julio Cabur, y el responsable de PAMI local, Dr. Luis Fadel.
La Santa Misa fue presidida por Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Pbro. Ángel Pavón, Asesor de la Pastoral de la Salud Diocesana.

En parte de su homilía, el Obispo compartió algunas orientaciones de la Nueva Carta para los Agentes Sanitarios que la Santa Sede, en la cual se afirma que “la actividad de los agentes de la salud tiene el alto valor del servicio a la vida. Es la expresión de un empeño profundamente humano y cristiano, asumido y desarrollado como actividad no sólo técnica sino de entrega total e incondicional al prójimo. Tal actividad es una forma de testimonio cristiano. Su profesión les exige ser custodios y servidores de la vida humana”.
“La vida es un bien primario y fundamental de la persona humana. Y, en el cuidado de la vida se expresa, ante todo, una obra verdaderamente humana al tutelar la vida física. A ella dedican la propia actividad profesional, o voluntaria, los agentes de la salud: médicos, enfermeras, farmacéuticos, capellanes, religiosos, religiosas, administradores y personas
comprometidas en diversas formas en la profilaxis, tratamiento y rehabilitación de la salud humana. En ella la actividad médica y de enfermería expresan su alto valor humano y cristiano”, expresó citando el documento.
Y continuó: “La actividad sanitaria se funda sobre una relación interpersonal, de naturaleza particular. Es un encuentro entre una confianza y una conciencia. La ‘confianza’ de un hombre marcado por el sufrimiento y la enfermedad, y por tanto necesitado, el cual se confía a la conciencia de otro hombre que puede hacerse cargo de su necesidad y que lo va a encontrar para asistirlo, cuidarlo, sanarlo. Éste es el agente de la salud. Para él, el paciente no es sólo un caso clínico – un individuo anónimo sobre el cual aplica el fruto de los propios conocimientos- sino siempre un ‘hombre enfermo’, hacia el que adopta una actitud sincera de simpatía. Lo cual pide amor, disponibilidad, atención, comprensión, benevolencia, diálogo y paciencia. No basta la pericia científica y profesional, se precisa también la participación personal en la situación concreta del paciente individual".

“Salvaguardar, recuperar y mejorar el estado de salud significa servir a la vida en su totalidad. Por cierto, la enfermedad y el sufrimiento son fenómenos que, analizados a fondo, plantean siempre interrogantes que van más allá de la misma medicina para tocar la esencia de la condición humana en este mundo… El agente de la salud, cuando está verdaderamente animado del espíritu cristiano, descubre más fácilmente la exigente dimensión misionera propia de su profesión: en ella efectivamente: está implicada toda su humanidad y le es requerida una entrega total”, indicó
El Obispo pidió: “Querida Madre de los enfermos y de los que cuidan de ellos, te suplico por los médicos, enfermeros, enfermeras, personal paramédico, voluntarios y miembros de la pastoral de la salud, para que sean la imagen viva de Cristo y de su Iglesia en el amor a los enfermos y a todo sufriente, y, a la vez, testigos creíbles del ‘evangelio de la vida’”.
En el momento de las ofrendas, se acercaron elementos que serán destinados a la atención de los hermanos peregrinos que ya están llegando al Valle.
Al concluir la ceremonia litúrgica, Mons. Urbanc se dirigió hasta el Paseo de la Fe, donde procedió a la bendición de los móviles que prestan su servicio en los organismos públicos e instituciones privadas de salud.