En la noche del domingo 2 de agosto, el Pbro. Julio Quiroga del Pino tomó posesión de la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, luego de haber prestado su servicio pastoral como Vicario General de la Diócesis. Lo hizo durante la Santa Misa presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, en el templo de María Auxiliadora, y concelebrada por el Pbro. Carlos Ibáñez, quien se desempeñó anteriormente como Administrador Parroquial, y los Pbros. Facundo Brizuela y Sebastián Vallejos, junto al Diácono Permanente Sergio Colósimo y seminaristas catamarqueños.
La ceremonia litúrgica dio
inicio pasadas las 19.00 con la lectura del decreto correspondiente, tras lo
cual el Obispo bendijo el agua con la que el nuevo párroco roció a los fieles. Antes
de la proclamación del Evangelio, el P. Quiroga del Pino recibió el
Evangeliario de manos de Mons. Urbanc.
En su homilía, el Pastor Diocesano comenzó agradeciendo a los sacerdotes que han trabajado en la parroquia, haciendo alusión a los Padres Claretianos por todo el tiempo que estuvieron al frente de
la comunidad, y al P. Edelmiro, quien continúa colaborando.También agradeció al
"P. Carlos Ibáñez por el servicio que ha prestado acompañando y
coordinando las actividades de la catequesis y de ir recabando fondos para
poder construir una casa sacerdotal”, invitando a la comunidad a acompañar el
trabajo para que cuanto antes puedan concretar esa obra.
Gratitud
por su servicio como Vicario episcopal
Agradeció al P. Julio Quiroga del Pino por aceptar la propuesta y por sus 13 años de trabajo como Vicario General de la Diócesis. Luego reflexionó a la luz del
Evangelio exhortando a "tener la compasión de Jesús, compartir y tener la confianza plena en Dios que siempre estará a nuestro lado y nos va a fortalecer en nuestras dificultades".Continuando con la
celebración, el P. Quiroga del Pino hizo su profesión de fe, renovó sus
promesas sacerdotales y prometió obediencia al Obispo y a sus sucesores.
Seguidamente, el Obispo le
hizo entrega de los Óleos Sagrados, el Cáliz y la Patena, y la llave del
Sagrario.
Al finalizar la Eucaristía,
la comunidad acogió con un fuerte aplauso a su nuevo párroco.