Camino a la Beatificación

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16 agosto 2020

En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen

El trono festivo restaurado es “una ofrenda de todos a la Madre del Valle”

 

Una emotiva ceremonia se vivió en la tarde -noche del sábado 15 de agosto, en la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, que conjugó la celebración de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el aniversario de la Dedicación del Altar de la Catedral y el ofrecimiento a la Virgen de la restauración del Trono Festivo y el nuevo sonido del templo, acto que fue rubricado con el arte musical.

La fiesta se vivió en torno a la Eucaristía, presidida por el Pbro. José Antonio Díaz, Rector de la Catedral Basílica y Santuario, y concelebrada por el Pbro. Gustavo Molas, acompañados por el Diácono Permanente Sergio Colósimo, de la Comunidad Fasta Catamarca.

En su homilía, el Padre Díaz destacó los hechos trascendentes de la jornada, mencionando la acción de “gracias a Dios en el corazón de este Año Jubilar Mariano en el que nos unimos con todas la diócesis de Argentina para celebrar estos 400 años de presencia de Nuestra Madre desde Catamarca. Hoy nuestra diócesis está ofreciendo a todo el país una jornada que comenzó con una vigilia -el viernes- y hoy todo el día”.

“Hoy queremos hacer memoria de la consagración de este altar”, concretada “en el año 1991, cuando se celebraban los 100 años de la Coronación Pontificia de Nuestra Madre del Valle, y con un gesto también nacional porque llegaron los obispos de Argentina a compartir su fe a los pies de María. Catamarca se vistió de fiesta en esa oportunidad y en ese momento se consagró este altar. Además, “queremos ofrendar a Nuestra Madre la restauración de una pieza preciosa como es este trono festivo en el que la colocamos en dos oportunidades al año para presentarla cuando sale de este Santuario. Es una ofrenda de todos porque se ha hecho entre todos”.

Al referirse a la Solemnidad de la Asunción de María, dijo que “al contemplar a María contemplamos también nuestra meta y es el motivo de nuestra esperanza, por eso es Estrella de la Evangelización”, e invitó a que “renovemos nuestra esperanza, nuestra alegría y, sobre todo, este ser solidario con los hermanos que necesitan de una mano, porque ella fue solidaria con su prima Isabel cuando fue a visitarla en el momento que la estaba necesitando. Esta visitación es el gesto de salida de María, una salida pronta para ir a buscar a alguien que la necesita”.

“La Asunción de María no quiere alejarnos de la realidad concreta sino que nos invita a mirar cómo esta realidad está llamada a un camino de glorificación”, señaló.

Luego de la Comunión, el sacerdote impartió la bendición final y todos alabaron a la Virgen en su día.

 

Nuevo sonido: “Una obra para la gloria de Dios”

Concluida la Santa Misa, se procedió a la presentación del nuevo sistema de sonido del templo, responsabilidad del técnico en sonido Marcos Díaz, quien comentó que “el objetivo fue lograr una inteligibilidad de la palabra a un nivel medio de volumen, que la voz pueda ser clara, nítida, que no aturda a los fieles presentes. Para eso utilizamos un sistema distribuido de sonido, de manera tal que la cobertura sonora abarque la mayor parte de espacio”. Esta tarea se hizo con conjunto con una empresa de Buenos Aires que proveyó el equipamiento y acompañó la instalación.

El joven profesional detalló que “el trabajo se dividió en tres etapas: la primera consistió en el relevamiento y planificación de diseño de la instalación, para lo cual se hicieron mediciones de la acústica de la Catedral, para determinar la cantidad, la ubicación de los mismos y la dirección de los parlantes. La segunda etapa fue el tendido del cableado sonoro, que a diferencia de la instalación antigua, donde los cables iban por el techo y bajaban en cada columna, el nuevo cableado recorre todo el interior de la Catedral. Se utilizaron 800 metros de cable para abarcar cada columna, cada espacio, desde la cabina de sonido, que está detrás del altar, hasta el coro y la entrada del Santuario. La tercera y última etapa fue la instalación de nuevos parlantes con la alineación y calibración del sistema”.

Con mucha emoción, Marcos expresó su deseo de “que este trabajo que hoy estamos inaugurando sea para gloria de Dios, y que sepamos valorar y cuidar este esfuerzo para mejorar el servicio brindado a todos los fieles”, a la vez que agradeció al Padre Díaz, a su familia y a quienes lo acompañaron para que este proyecto sea una realidad.

 

Un breve recorrido histórico

Antes de la presentación del trabajo de restauración del trono festivo, el Padre Gustavo Molas se explayó en aspectos históricos para ayudar a comprender el valor de esta obra de arte.

Explicó que “este templo goza de tres títulos, el más viejo que arranca desde Choya hace 400 años, es el de Santuario”, además de Basílica y Catedral; y continuó desarrollando su charla a partir de las obras artísticas que alberga el Santuario Mariano, como las pinturas que registran acontecimientos de la rica historia de la Virgen del Valle en medio de su pueblo.

Mencionó algunas urnas de la Virgen, como la que se ubicó en uno de los costados del Presbiterio, “de estilo gótico, muy sencillo”. “La celeste que se usa en las procesiones sigue siendo gótica, dorado, azul”, dijo, agregando que “el gótico es un estilo que abajo no tiene ningún adorno, todo está arriba, para obligarnos a mirar hacia arriba. La última urna que tiene una corona enorme, la hizo un muchacho en la cárcel y se la regaló a la Virgen”.

“Hay dos personas que conocen el trono punto por punto, es el matrimonio que lo desarmó íntegramente para poder ver la estructura”, dijo el Padre Molas, invitando a los responsables de la restauración a brindar su exposición.

 

El trono festivo data de 1910

Christian Fontana y Java Nagy relataron cómo realizaron la intervención del trono festivo de la Virgen al que calificaron como “una belleza de pieza, que está hecha de una manera que hoy en día es muy difícil conseguir que se construya así, para que durase mucho tiempo. Los constructores y diseñadores trabajaron intensamente cada uno en su rubro. Es una pieza íntegramente de madera, tiene la parte ornamental tallada, por lo que hubo carpinteros, ebanisteros que trabajaron con una exquisitez increíble”.

“Hay un trabajo de estucado en yeso que le da un acabado y una terminación perfecta, cada rinconcito, cada curva, estuvo en su momento perfectamente hecha, para luego aplicar un dorado a la hoja que quien lo hizo sabía hacerlo. Nos imaginamos esto cuando se construyó, y realmente era una belleza absoluta”, destacaron.

Los especialistas revelaron datos que hasta hoy no eran conocidos. “Hasta ahora no teníamos registros de cuándo fue construido. En general, siempre creemos que las piezas en piezas tan importantes uno puede encontrar en algún rinconcito, un rastro de quien estuvo participando. Y lo encontramos en el corazón del trono, donde hay una estructura fuerte que le da toda su fuerza para soportar sus casi 500 kilos, allí hallamos una esquela muy chiquitita donde figura el año 1910 escrito a mano. También el nombre del director del equipo de trabajo, el señor Rubio, y la casa catalana de Buenos Aires que lo construyó. Pasaron 110 años para encontrar lo que encontramos nosotros”, expresaron.

Respecto del estado de esta “pieza exquisita”, afirmaron que estaba “todo muy deteriorado, había partes internas rotas lo que hacía que la estructura se moviera muchísimo. A medida que seguimos desarmando encontramos encastres, el encolado envejecido cedió al igual que los clavos”.

Asimismo, comentaron que algunas piezas tuvieron que ser reconstruidas y se preservó lo que se mantuvo a lo largo del tiempo. También restauraron las farolas que van en cada uno de los ángeles, con algunos cambios, para mayor seguridad.

“Siguiendo estrictamente la teoría de la restauración, le hicimos pequeñas cosas que son muy delicadas, tratando de que la intervención sea con el mínimo impacto y que se preserve a futuro”, manifestaron los restauradores, quienes confesaron que “no llevamos este vínculo de amor que se ve”.

 

La música fue el broche de oro

Como cierre de esta ceremonia, el Coro de la Catedral, dirigido por el organista Prof. Exequiel Andrada, interpretó el “Himno del Centenario de la Coronación de la Virgen del Valle”, acompañado por el Maestro Pablo Díaz en violín y Gonzalo Ibáñez en contrabajo. Seguidamente, el "Himno a la Virgen del Valle" versionado en vidala, junto a Las Cuerdas Mágicas.

Posteriormente, la organista de la Catedral, Alejandra Martínez, ejecutó la canción del Año Mariano Nacional y el himno "María, Madre del pueblo, esperanza nuestra", de su autoría, para la liturgia del Congreso Mariano Nacional.

Para finalizar la cantata, el coro y la orquesta interpretaron "Los cielos, la tierra".

Luego, el Padre José Díaz dirigió la alocución final y el Obispo Diocesano; Mons. Luis Urbanc, impartió la bendición a los presentes y a quienes siguieron la transmisión, a través de las redes sociales de la Catedral Basílica.