El trono festivo restaurado es “una ofrenda de todos a la Madre del Valle”
Una emotiva ceremonia se vivió en la tarde -noche del sábado 15 de agosto, en la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, que conjugó la celebración de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el aniversario de la Dedicación del Altar de la Catedral y el ofrecimiento a la Virgen de la restauración del Trono Festivo y el nuevo sonido del templo, acto que fue rubricado con el arte musical.
La fiesta se vivió en torno a la Eucaristía, presidida por el Pbro. José Antonio Díaz, Rector de la Catedral Basílica y Santuario, y concelebrada por el Pbro. Gustavo Molas, acompañados por el Diácono Permanente Sergio Colósimo, de la Comunidad Fasta Catamarca.
En su homilía, el Padre Díaz
destacó los hechos trascendentes de la jornada, mencionando la acción de “gracias
a Dios en el corazón de este Año Jubilar Mariano en el que nos unimos con todas
la diócesis de Argentina para celebrar estos 400 años de presencia de Nuestra
Madre desde Catamarca. Hoy nuestra diócesis está ofreciendo a todo el país una
jornada que comenzó con una vigilia -el viernes- y hoy todo el día”.
“Hoy queremos hacer memoria de la consagración de este altar”, concretada “en el año 1991, cuando se celebraban los 100 años de la Coronación Pontificia de Nuestra Madre del Valle, y con un gesto también nacional porque llegaron los obispos de Argentina a compartir su fe a los pies de María. Catamarca se vistió de fiesta en esa oportunidad y en ese momento se consagró este altar. Además, “queremos ofrendar a Nuestra Madre la restauración de una pieza preciosa como es este trono festivo en el que la colocamos en dos oportunidades al año para presentarla cuando sale de este Santuario. Es una ofrenda de todos porque se ha hecho entre todos”.
Al referirse a la Solemnidad
de la Asunción de María, dijo que “al contemplar a María contemplamos también
nuestra meta y es el motivo de nuestra esperanza, por eso es Estrella de la Evangelización”,
e invitó a que “renovemos nuestra esperanza, nuestra alegría y, sobre todo,
este ser solidario con los hermanos que necesitan de una mano, porque ella fue solidaria
con su prima Isabel cuando fue a visitarla en el momento que la estaba
necesitando. Esta visitación es el gesto de salida de María, una salida pronta para
ir a buscar a alguien que la necesita”.
“La Asunción de María no
quiere alejarnos de la realidad concreta sino que nos invita a mirar cómo esta
realidad está llamada a un camino de glorificación”, señaló.
Luego de la Comunión, el
sacerdote impartió la bendición final y todos alabaron a la Virgen en su día.
Nuevo
sonido: “Una obra para la gloria de Dios”
Concluida la Santa Misa, se
procedió a la presentación del nuevo sistema de sonido del templo,
responsabilidad del técnico en sonido Marcos Díaz, quien comentó que “el objetivo
fue lograr una inteligibilidad de la palabra a un nivel medio de volumen, que
la voz pueda ser clara, nítida, que no aturda a los fieles presentes. Para eso
utilizamos un sistema distribuido de sonido, de manera tal que la cobertura
sonora abarque la mayor parte de espacio”. Esta tarea se hizo con conjunto con
una empresa de Buenos Aires que proveyó el equipamiento y acompañó la instalación.
El joven profesional detalló
que “el trabajo se dividió en tres etapas: la primera consistió en el relevamiento
y planificación de diseño de la instalación, para lo cual se hicieron
mediciones de la acústica de la Catedral, para determinar la cantidad, la ubicación
de los mismos y la dirección de los parlantes. La segunda etapa fue el tendido
del cableado sonoro, que a diferencia de la instalación antigua, donde los
cables iban por el techo y bajaban en cada columna, el nuevo cableado recorre
todo el interior de la Catedral. Se utilizaron 800 metros de cable para abarcar
cada columna, cada espacio, desde la cabina de sonido, que está detrás del
altar, hasta el coro y la entrada del Santuario. La tercera y última etapa fue
la instalación de nuevos parlantes con la alineación y calibración del sistema”.
Con mucha emoción, Marcos expresó
su deseo de “que este trabajo que hoy estamos inaugurando sea para gloria de
Dios, y que sepamos valorar y cuidar este esfuerzo para mejorar el servicio brindado
a todos los fieles”, a la vez que agradeció al Padre Díaz, a su familia y a
quienes lo acompañaron para que este proyecto sea una realidad.
Un
breve recorrido histórico
Antes de la presentación del
trabajo de restauración del trono festivo, el Padre Gustavo Molas se explayó en
aspectos históricos para ayudar a comprender el valor de esta obra de arte.
Explicó que “este templo
goza de tres títulos, el más viejo que arranca desde Choya hace 400 años, es el
de Santuario”, además de Basílica y Catedral; y continuó desarrollando su
charla a partir de las obras artísticas que alberga el Santuario Mariano, como las
pinturas que registran acontecimientos de la rica historia de la Virgen del
Valle en medio de su pueblo.
Mencionó algunas urnas de la
Virgen, como la que se ubicó en uno de los costados del Presbiterio, “de estilo
gótico, muy sencillo”. “La celeste que se usa en las procesiones sigue siendo
gótica, dorado, azul”, dijo, agregando que “el gótico es un estilo que abajo no
tiene ningún adorno, todo está arriba, para obligarnos a mirar hacia arriba. La
última urna que tiene una corona enorme, la hizo un muchacho en la cárcel y se
la regaló a la Virgen”.
“Hay dos personas que
conocen el trono punto por punto, es el matrimonio que lo desarmó íntegramente
para poder ver la estructura”, dijo el Padre Molas, invitando a los
responsables de la restauración a brindar su exposición.
El
trono festivo data de 1910
Christian Fontana y Java
Nagy relataron cómo realizaron la intervención del trono festivo de la Virgen al
que calificaron como “una belleza de pieza, que está hecha de una manera que
hoy en día es muy difícil conseguir que se construya así, para que durase mucho
tiempo. Los constructores y diseñadores trabajaron intensamente cada uno en su
rubro. Es una pieza íntegramente de madera, tiene la parte ornamental tallada,
por lo que hubo carpinteros, ebanisteros que trabajaron con una exquisitez
increíble”.
“Hay un trabajo de estucado
en yeso que le da un acabado y una terminación perfecta, cada rinconcito, cada
curva, estuvo en su momento perfectamente hecha, para luego aplicar un dorado a
la hoja que quien lo hizo sabía hacerlo. Nos imaginamos esto cuando se
construyó, y realmente era una belleza absoluta”, destacaron.
Los especialistas revelaron
datos que hasta hoy no eran conocidos. “Hasta ahora no teníamos registros de
cuándo fue construido. En general, siempre creemos que las piezas en piezas tan
importantes uno puede encontrar en algún rinconcito, un rastro de quien estuvo
participando. Y lo encontramos en el corazón del trono, donde hay una
estructura fuerte que le da toda su fuerza para soportar sus casi 500 kilos,
allí hallamos una esquela muy chiquitita donde figura el año 1910 escrito a
mano. También el nombre del director del equipo de trabajo, el señor Rubio, y
la casa catalana de Buenos Aires que lo construyó. Pasaron 110 años para
encontrar lo que encontramos nosotros”, expresaron.
Respecto del estado de esta “pieza
exquisita”, afirmaron que estaba “todo muy deteriorado, había partes internas
rotas lo que hacía que la estructura se moviera muchísimo. A medida que
seguimos desarmando encontramos encastres, el encolado envejecido cedió al
igual que los clavos”.
Asimismo, comentaron que
algunas piezas tuvieron que ser reconstruidas y se preservó lo que se mantuvo a
lo largo del tiempo. También restauraron las farolas que van en cada uno de los
ángeles, con algunos cambios, para mayor seguridad.
“Siguiendo estrictamente la teoría de la restauración, le hicimos pequeñas cosas que son muy delicadas, tratando de que la intervención sea con el mínimo impacto y que se preserve a futuro”, manifestaron los restauradores, quienes confesaron que “no llevamos este vínculo de amor que se ve”.
La
música fue el broche de oro
Como cierre de esta
ceremonia, el Coro de la Catedral, dirigido por el organista Prof. Exequiel
Andrada, interpretó el “Himno del Centenario de la Coronación de la Virgen del
Valle”, acompañado por el Maestro Pablo Díaz en violín y Gonzalo Ibáñez en
contrabajo. Seguidamente, el "Himno a la Virgen del Valle" versionado
en vidala, junto a Las Cuerdas Mágicas.
Posteriormente, la organista
de la Catedral, Alejandra Martínez, ejecutó la canción del Año Mariano Nacional
y el himno "María, Madre del pueblo, esperanza nuestra", de su
autoría, para la liturgia del Congreso Mariano Nacional.
Para finalizar la cantata,
el coro y la orquesta interpretaron "Los cielos, la tierra".
Luego, el Padre José Díaz
dirigió la alocución final y el Obispo Diocesano; Mons. Luis Urbanc, impartió
la bendición a los presentes y a quienes siguieron la transmisión, a través de
las redes sociales de la Catedral Basílica.