siguenos en facebook Canal de youtube siguenos en facebook

26 noviembre 2009

El sentido adiós al Padre Mario Villagrán



Con sentidas muestras de dolor y esperanza cristiana, fueron despedidos los restos mortales del Padre Angel Mario Villagrán, quien volvió a la Casa del Padre. Personas de distintas generaciones se unieron en una sola voz de gratitud al sacerdote que los apuntaló en sus necesidades del alma y también materiales. Entre las autoridades presentes se observó al Secretario de Gobierno de la Municipalidad de la Capital, Dr. Juan Carlos Cerezo, y toda la plana mayor de la Policía de Catamarca, encabezada por su jefe, Crio. Francisco Mercedes Soria.
Previo al traslado de sus restos mortales, velados en su querida capilla de Choya con una guardia de honor de la Policía de la Provincia, hasta el cementerio municipal, donde recibieron cristiana sepultura, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, presidió la Santa Misa, concelebrada por numerosos sacerdotes, algunos llegados desde el interior de la Diócesis.
En algunos tramos de su homilía, Mons. Urbanč destacó que “en este Año Sacerdotal, tenemos la gracia de poder meditar el significado del sacerdocio en la partida de este hermano sacerdote, y el Padre Villagrán decidió desde su propia libertad ser sacerdote. El hizo presente a Jesús en medio de sus hermanos”.
“Cuánto bien hizo el Padre Villagrán durante sus 79 años de vida, y especialmente en sus 49 años de sacerdote. Sólo Dios lo conoce, porque no se lo puede calcular humanamente”, enfatizó.
“Hoy despedimos a un hermano que va a participar del gozo de Dios. Pidamos que con la partida del Padre Mario puedan surgir muchas vocaciones sacerdotales. Que él nos ayude desde el cielo para que haya muchos que opten por este elección, para ponerse al servicio de los hermanos”.
Presencia latente en su colegio de Choya

Al término de la celebración eucarística, se sucedieron las palabras de despedida. La directora del Nivel Polimodal del Colegio Juan Pablo II, de cuya institución educativa fue fundador y primer representante legal, expresó: “No se puede despedir a quien no se va, porque como él dice en su libro de filosofía: ‘Todo lo que es, en cuanto es, permanece cambiando y cambia permaneciendo’. El Padre Villagrán será presencia latente entre nosotros y con nosotros en cada uno de los lugares que creó y transitó. En los patios, en las aulas, en el templo, en la plaza, donde resuenan los ecos de sus pasos y de su palabra, enérgica y a veces severa con los mayores, pero cargada de ternura infinita con los pequeños. Ellos eran los destinatarios privilegiados de sus mayores esfuerzos. Todos los ámbitos están impregnados de su hálito tenaz y esperanzado. Su nombre quedará grabado en la memoria viva de la comunidad”.
Sacerdote visionario
Respecto a los frutos de accionar, dijo: “Cuántos alumnos regresan a este segundo hogar que supo contenerlos, trayendo a sus retoños. Y es el ‘grano de mostaza’ sembrado hace 21 años por este sacerdote visionario, quien los convoca extendiendo sus brazos generosamente… Padre Mario, hoy la Choya milenaria sonríe, orgullosa, palpitando con su escuela, corazón de abecedario y Evangelio, que has sembrado, que hoy florece y aún te espera”.
La mañana lluviosa del jueves 26 de noviembre fue testigo del adiós a un intelectual de fuste, a un sacerdote que dedicó su vida a servir a la Iglesia, especialmente a sus hijos más necesitados.