Un multitudinario y emocionado recibimiento le tributaron los hijos de la parroquia Nuestra Señora de Belén a la Imagen de la Virgen del Valle, aparecida hace 400 años en la Gruta de Choya. Atravesando ríos y caminos de montaña, emprendió su peregrinaje por el departamento Belén, para celebrar en cada pueblo el Centenario de la Diócesis de Catamarca.
Luego de permanecer durante la noche del martes 22, junto a sus hijos del llamado Norte Chico, en La Puerta de San José, cuando apenas clareaba el día, la Sagrada Imagen atravesó la serpenteante cuesta de la Quebrada de Belén, acompañada por una extensa caravana, integrada por jinetes de las agrupaciones gauchas, ciclistas y vehículos, que recorrió unos 12 kilómetros hasta la cabecera departamental.
Dejando atrás el paisaje imponente de montañas, ingresó en el barrio Los Molinos, que abrió sus brazos para recibirla con sus casas y calles bellamente adornadas. En este sector barrial, la Sagrada Imagen dejó la urna para continuar la marcha en andas, siendo cargada en los hombros de efectivos de la Policía de la Provincia. La marcha se convirtió en una verdadera fiesta con corazones desbordantes de alegría.
En un clima de fiesta, bajo los sones de la Banda de Música de Fiambalá, la Ilustre Visitante llegó al templo parroquial, donde la esperaba una gran cantidad de fieles y delegaciones escolares con sus abanderados. En el atrio se llevó a cabo el acto protocolar, presidido por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc; el párroco anfitrión, Pbro. Pablo Batallán; el intendente de Belén. Dn. Daniel Ríos; autoridades del Concejo Deliberante local; y de la Policía de la Provincia y de Gendarmería Nacional.
Sendos decretos de la Intendencia y del Concejo Deliberante de Belén declararon de Interés Municipal la visita de la Imagen auténtica de la Virgen del Valle, y Huésped de Honor al Señor Obispo, quien recibió en sus manos los respectivos instrumentos legales.
Como homenaje a la Patria, en el Año del Bicentenario, los presentes entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, interpretadas por la Banda de Música de la localidad de Fiambalá, departamento Tinogasta.
Las palabras de bienvenida, en representación de la comunidad parroquial, estuvieron a cargo de la Sra. Viviana Tejada, quien dijo: “Hoy, la Madre del Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo, nos eligió como anfitriones en una estación de su peregrinar, trayendo consigo la paz que tanto anhela nuestra alma, trayendo consigo la luz y la alegría para nuestros corazones”. También manifestó que “la vivencia del Centenario de nuestra Diócesis convoca a trabajar por el bien común, erradicando los interés sectarios y mezquinos, que nos vienen dividiendo y enfrentando. Debemos apostar por el diálogo fraterno, respetuoso y generoso para reconstruir una Patria para todos, sin excluidos de ningún tipo”.
Seguidamente, las autoridades presentes descubrieron una placa recordatoria de este importante acontecimiento, que fue colocada en la fachada del templo parroquial.
En el corolario de la ceremonia oficial, el pequeño Agustín Vega, en nombre de todos los niños de Belén, entonó la canción “La Flor del Cardón”, que fue elevada con dulce voz a la Madrecita del Valle; recibiendo luego el saludo del Señor Obispo.
Posteriormente, se ofició la Santa Misa, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Delegado Episcopal del Santuario y Catedral Basílica, Pbro. Domingo Chaves, el Párroco y Vicario Parroquial de Belén, Pbros. Pablo Batallán y Gustavo Flores, respectivamente; y sacerdotes del Decanato Oeste, entre ellos, el Párroco de Fiambalá, Pbro. Raúl Contreras; el Párroco Emérito y Administrador Parroquial de Tinogasta, Pbros. Julio Niñoles y Reinaldo Oviedo, respectivamente; quienes se están preparando para recibir a la Ilustre Visitante durante los próximos días; el párroco de Saujil, Pbro. Guillermo Chanquía; y el Pbro. Daniel Pavón, de la parroquia de Hualfín.
Finalizada la celebración eucarística, el Diácono José Aguirre administró el Sacramento del Bautismo, y luego hizo lo propio con la Unción de los Enfermos, el Pbro. Humberto Carrizo, Vicario Parroquial de Recreo.
De esta manera, la profunda devoción mariana afloró en el pueblo belicho con acciones y gestos de amor incondicional a la Madre de Cristo.
El Norte Chico dijo presente
La llegada a la jurisdicción parroquial de Belén se concretó el martes 22, por la tarde, en el río Loconte, límite con la parroquia de Hualfín. Desde allí se inició la caravana, que se detuvo en el ingreso a las localidades de Asampay, El Carrizal y Chistín, donde el Obispo administró el Sacramento de la Unción de los Enfermos a un grupo de ancianos y enfermos de estas comunidades. También bendijo a las familias y los campos donde desarrollan sus labores cotidianas.
La marcha continuó hasta La Ciénaga, para arribar por primera vez a La Puerta de San José, donde la aguardaban pobladores de la mencionada localidad y de otras poblaciones dispersas en este extenso territorio parroquial del Oeste catamarqueño.
Con el marco de los tradicionales misachicos, alumnos y habitantes de la zona, junto con los jefes comunales de La Puerta de San José, Dn. Miguel Angel Quipildor, y de Pozo de Piedra, Dn. Ramón Guzmán, se realizó el acto de bienvenida, tras lo cual se llevó la Sagrada Imagen hasta el club local, donde se celebró la Santa Misa, en cuyo transcurso contrajeron matrimonio dos parejas. En ese mismo lugar, durante toda la noche, recibió la veneración de los fieles devotos, quienes realizaron cientos de kilómetros para estar a los pies de la Santísima Madre.