En el marco de los actos desarrollados con motivo de la visita de la Imagen de la Virgen del Valle en la ciudad de Belén, el miércoles 23 de junio, al finalizar la misa de las familias, se llevó a cabo un breve acto público y solemne durante cual, la Fundación Loyola cedió en comodato a la Diócesis de Catamarca, la casa que los Padres Jesuitas poseen en la ciudad de Belén.
Participaron de la ceremonia, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, el Vicario Episcopal para el Economato, Pbro. Domingo Chaves, en representación de la Iglesia de Catamarca, y el sacerdote José Luis Ferroni, en nombre de la fundación jesuita. También participó el párroco, Pbro. Pablo Batallán, a quien se lo nombró administrador del lugar, con el compromiso de que nombre una comisión de laicos para que se haga cargo del uso y el mantenimiento de la edificación por tres años, tiempo de duración del comodato.
Se trata de una antigua edificación, que perteneció a la familia del Padre Urquiza, oriundo de Belén, que fue donada a la congregación de la Compañía de Jesús, y hasta hora era administrada por la Fundación Loyola.
La intención es que sirva para fines espirituales, como retiros espirituales y encuentros.
Mons. Luis Urbanč comentó que si bien la cesión es a la Diócesis, la misma estará bajo la responsabilidad de la parroquia Nuestra Señora de Belén, porque “la Diócesis acontece en la parroquia”. Asimismo, pidió que “la cuiden porque es la casa de la Iglesia, porque es de todos”, para “utilizarla con fines espirituales”.
Por su parte, el Padre Ferroni expresó: “En nombre de los jesuitas, estoy aquí para hacer entrega de la casa en comodato para su uso pastoral, para ayudar al hombre a encontrar a Dios. Es nuestro deseo que esta casa se utilice para que podamos encontrar al Señor en el silencio, en la oración, en la contemplación, en el encuentro entre nosotros y con Dios, nuestro Creador”.
“Es una enorme alegría para los jesuitas hacer entrega de esta casa, y Dios quiera que les sirva mucho, aprovéchenla para el encuentro con Dios, que sea para mayor gloria y alabanza”, concluyó el sacerdote.