En un clima de alegría y fraternidad, los comunicadores sociales de los distintos medios de comunicación social de Catamarca comenzaron la jornada muy temprano dando gracias a Dios por el don de la vida y del trabajo, durante la misa por el Día del Periodista. La misma fue presidida por el Señor Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino. También se unieron a esta celebración, el ministro de Educación Ciencia y Tecnología, Lic. Mario Perna, y la Señora Jefa de Programa Educativo de Gestión Privada, Prof. Albertina Santillán.
Los periodistas participaron activamente de la ceremonia religiosa, guiando, leyendo las lecturas y acercando los dones al altar para preparar la mesa eucarística.
Durante su homilía, tomando los textos escuchados, Mons. Urbanč destacó que “ser un cristiano bautizado es una vocación esencial a la comunicación. Los bautizados, los discípulos de Jesús tenemos la misión de comunicar la buena noticia”.
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Bendición de los instrumentos de trabajo. |
Al referirse al misterio trinitario, dijo que “si Dios es amor, eso significa que no es un ser unipersonal, sino que es un ser tripersonal, como nos reveló Jesús, porque no puede haber comunicación si existe un solo ser. Yo no me puedo comunicar a mí mismo. La comunicación se tiene que dar al menos entre dos, que dicen ‘yo’. Y en la Trinidad hay un misterio en el que dicen “yo” y se comunican. El amor es esencialmente comunicación. Nosotros hemos sido creados a imagen de este Dios que es comunión y que comunica la integridad de su ser el uno al otro”.
Comunicar la verdad esencial
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Mons. Urbanc entrega los presentes a los periodistas. |
En otro tramo de la predicación, el Obispo consignó que “un bautizado, un comunicador que es creyente tiene que comunicar la verdad esencial y que sustenta toda la vida de los hombres, que nosotros tenemos que vivir en comunión con Dios y en comunión con nosotros. La comunicación debe estar al servicio de la verdad. La verdad que Jesús vino al mundo y nos hizo hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Tenemos igual dignidad todos”.
Asimismo, mencionó que el apóstol Pablo “comunicó el mensaje de la salvación, porque la esencia de la vida cristiana es comunicar en la verdad, que Dios nos ha creado, que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que hemos sido salvados y que nos comunica su Espíritu, para que nos ayude a comunicar la verdad como lo hacían los apóstoles”. Y agregó: “No somos dueños de la verdad, somos sencillamente transmisores de ella. Hemos recibido, hemos sido inundados por esta verdad de Dios, y la comunicamos a los demás. Mis queridos hermanos, por medio de ustedes, que están en esta tarea tan desafiante, el mundo necesita que sean apóstoles de esta verdad. No dejarnos sobornar por los criterios del mundo”.
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Proclamación de la Palabra. |
Enfatizó que “el comunicador no es un manipulador, el comunicador es un servidor desde la verdad, en la verdad y para la verdad con amor, con respeto, buscando ayudar a que todos nos encontremos en la verdad por excelencia. Qué bueno que podamos utilizar los medios técnicos audiovisuales para poder comunicar esa verdad”, porque “hay una misión comunicadora en el envío que Dios hace. En el mundo que nos toca vivir, en este tiempo dominado por el individualismo, por el subjetivismo, tenemos que estar unidos a El, no separados sino en comunicación con Dios”.
Bendición de los instrumentos de trabajo
Finalizada la celebración eucarística, el Lic. Perna, quien participa activamente de las propuestas de la Pastoral Social, saludó a los periodistas, destacando el rol que tienen en la sociedad y la importancia que el sector de los medios de comunicación representa para la Iglesia, plasmado en la Doctrina Social de la Iglesia y en los mensajes del Papa en cada Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra el día de la Ascensión del Señor.
También en la oportunidad, el Pastor Diocesano bendijo los instrumentos de trabajo de los colegas presentes, y entregó personalmente un presente a cada uno de los comunicadores sociales, consistente en una medalla con la Imagen de Nuestra Señora del Valle adosada a una tarjeta de salutación.