Una joya de la arquitectura neocolonial será el escenario de la beatificación de Esquiú
El templo de San José, declarado Monumento Histórico Nacional, fue construido en la segunda década del siglo XIX. En los últimos meses fue objeto de una importante refacción, que puso en valor esta joya de la arquitectura neocolonial. Allí se conserva el púlpito desde donde el Padre Esquiú pronunció su sermón del 9 de julio de 1853.
A mediados de junio de este año y luego de dos años de
progresivas remodelaciones, el histórico templo de San José, en la localidad de
Piedra Blanca, departamento Fray Mamerto Esquiú, está listo para ser el
escenario central donde se desarrollará la ceremonia de Beatificación del
fraile franciscano catamarqueño Mamerto Esquiú, obispo, el próximo 4 de
septiembre.
La iglesia de estilo neocolonial comenzó a ser construida en la segunda década del siglo XIX y fue concluida casi 50 años después con materiales de la demolición de la antigua Iglesia Matriz. Pertenece
al grupo de obras construidas después de la Independencia, siguiendo los cánones de la arquitectura colonial. El templo consta de una nave única, con galerías exteriores, mientras que la entrada está flanqueada por dos torres campanarios, una de las cuales no llegó a terminarse.
Actualmente, este templo es la sede de la parroquia San José cuya
jurisdicción abarca el departamento Fray Mamerto Esquiú, y fue declarado Monumento
Histórico Nacional por decreto 1232, el 24 de
mayo de 1979.
El púlpito del Sermón
Sin dudas, la joya de mayor valor que conserva este edificio sagrado es el púlpito desde donde el Padre
Esquiú pronunció el histórico sermón “Laetamur de gloria vestra” (Nos alegramos de vuestra gloria, 1 Mac 12,12), en la lglesia Matriz, el 9 de julio de 1853, con motivo de la jura de la Constitución Nacional. El púlpito fue trasladado a este templo y una placa recuerda aquel acontecimiento.
El párroco de la zona, Pbro. Carlos Robledo, comentó que “aunque no hay referencias históricas concretas, se cuenta que él cada vez que el padre Esquiú venía a Piedra Blanca a visitar a su familia, llegaba hasta el templo, donde sin dudas habrá celebrado la Misa”. Y agregó que “no se puede negar que este espacio de fe fue importante para la vida
religiosa y de piedad de toda su familia”.
Entre los trabajos realizados por el Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles de la provincia, se puede mencionar el cambio del techo, donde se centró el mayor despliegue, la restauración del altar mayor, la recuperación de los nichos y pintura en general. También se hizo el cerramiento perimetral con rejas, se colocó iluminación led, se construyeron nuevos muros de contención en la pared posterior de la parroquia y se parquizó el predio. Se retocaron revoques y molduras, se pintó tanto el interior como el exterior del edificio, y se renovó el sistema eléctrico, realzando la obra con la iluminación.
El mural
El pasado 7 de julio se completó la obra que puso de relieve
el retablo del templo de San José con un mural de Fray Mamerto Esquiú. La obra
fue realizada por el artista Luciano Reynoso, oriundo de Las Pirquitas,
radicado desde hace años en Aguilares, provincia de Tucumán.
Convocado por la comuna de Fray Mamerto Esquiú, puso su impronta en esta gran obra que, según el propio artista, "es única en todo el norte de Argentina". La gigantesca pintura, de 9x10 metros, retrata la imagen de la estampa oficial del ilustre
fraile, que corresponde a un daguerrotipo tomado a Esquiú durante su estadía en Tarija, Bolivia. Para el mural de estilo realista, se utilizó pintura sintética, al aceite, para dar mayor duración al mismo.
El padre Robledo apuntó que desde el inicio de la obra y más
ahora, se generó un gran movimiento de turistas y fieles. “El mural quedó muy
lindo y sin duda que sus dimensiones impactan. Eso ha tenido amplia aceptación
y desde su conclusión, todos admiran la obra y la registran con sus cámaras
fotográficas”.
La Casa Natal
Mientras se aguarda la fecha de la inauguración oficial del
templo remodelado, por parte de las autoridades civiles, desde hace unas
semanas ya se celebra allí la Santa Misa. En este sentido, el sacerdote recordó
con emoción los meses en que la Eucaristía y los otros sacramentos se
celebraron en la Casa Natal mientras duraron los trabajos.
Fue un tiempo de gracia e histórico para todos aquellos niños
que allí recibieron la Primera Comunión, la Confirmación y el Bautismo.
“Celebrar en la Casa Natal fue como respirar la santidad de Esquiú. En las
celebraciones les decía a los fieles que estar ahí era como estar en el seno donde
se gestó la santidad de una gran persona, acompañada por una familia cristiana creyente”,
afirmó el párroco.
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