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12 diciembre 2022

Ecos de las fiestas marianas

El padre obispo Pepe Díaz llegó con peregrinos

de su diócesis hasta los pies de la Virgen

 

El miércoles 7 de diciembre, Mons. José Antonio Díaz, obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, de Tucumán, vino a Catamarca para celebrar la Santa Misa a los pies de su amada Virgen del Valle. Presidió la celebración Eucarística en el altar levantado en el Parque Adán Quiroga. Antes y después de la Misa, recibió el saludo afectuoso de sacerdotes y laicos que se encontraron en la sacristía, levantada detrás del altar, ya que él formó parte del clero de Catamarca hasta agosto de 2021 cuando asumió como Obispo de la vecina Diócesis, nombrado por el Papa Francisco en junio del mismo año.

 

Al término de la misa hecha declaraciones para la Oficina de Prensa del Obispado de Catamarca. El diálogo comenzó con su visita a Catamarca en estas Fiestas.

- Mi presencia hoy aquí forma parte de la peregrinación, de compartir la fe que nuestra gente tiene a la Virgen del Valle en el centro del corazón y muchos de ellos a lo largo de todo el año están peregrinando. El obispo acompaña ese gesto de fe del pueblo tucumano. Ojalá lo pudiera hacer por más días, pero nosotros justamente también estamos con la fiesta de la Inmaculada durante estos días, que culminan mañana -por el 8 de diciembre-. Pero bueno, el 7 suele ser el día en que están llegando los peregrinos de Tucumán, entonces busco hacerlo coincidir con mi presencia acá, para rezar por la Diócesis y acompañarlos a ellos en el peregrinar.

 

Fue una oportunidad para que nos comentara sobre su visita al Papa de meses atrás.

Aquí se decía que fue la visita ad limina (que hacen periódicamente los obispos de todo el mundo al Santo Padre).

- No fue una visita ad limina, fue un curso para los nuevos obispos que allá les llaman los “Baby Bishop”, o sea los nuevos obispos a los que nos ponen, más o menos, la cabeza en orden -dice en tono risueño- . Fuimos en dos tandas, una que se hizo en septiembre y otra en septiembre-octubre. Éramos de distintas partes del mundo, una tanda fue de 150 obispos y la otra de 160. Nosotros fuimos en la segunda, pero en las dos hubo obispos de Argentina. En la nuestra había cinco obispos residentes de acá de Argentina, otro argentino que reside en Cuba y otro que está en Uruguay.

En primer lugar ha sido una experiencia de catolicidad con los obispos de distintas partes del mundo y si bien no hemos podido intercambiar con todos por la limitación del lenguaje, sí se dio el hecho de la fraternidad, del poder encontrarnos. Son experiencias fundantes en el Episcopado y en la Comunión Apostólica; la Comunión con el Santo Padre que tuvo dos momentos, uno más formal, que consistió en una reunión en el mismo Vaticano en donde los obispos pueden hablar, algunos en particular han podido preguntar algo y el Papa pudo responder, y un saludo personal muy rápido . Pero tuvimos la gracia de reunirnos un día antes, el día domingo 18 de septiembre, en Santa Marta compartiendo con los obispos argentinos.El Papa estaba muy interesado en escuchar nuestra parte de cómo está Argentina, qué impresión tenemos, qué diagnóstico hacíamos de la situación. Estuvo muy interesado y estaba muy a gusto. Estuvo una hora conversando con nosotros de todo un poco. Hablamos de los temas que le preocupan a él y que nos preocupan también a nosotros.


Respeto del saludo personal que él tuvo con el Papa, dijo:

- Fue un saludo más protocolar que se hizo en el Vaticano, en donde todos los obispos que estaban en el curso pasaron a darle la mano, a saludarlo ya decir dos palabras y él contestaba dos palabras. Un momento muy bonito por el encuentro de todos con el Papa, pero el encuentro más profundo que tuvimos fue de manera informal el día anterior.

 

Finalmente quiso dirigir unas palabras a los catamarqueños.

- Desde esta cercanía con nuestra Madre del Valle quiero saludar también a todas las personas que me acompañan, tanto en el ejercicio del ministerio diaconal y presbiteral de la Diócesis de Catamarca, en estos ya casi 37 años de sacerdocio; personas que compartieron el trabajo, tanto en parroquias como instituciones, movimientos diocesanos. Muchas gracias por todo lo que me han brindado y de la forma que me han acompañado. Un abrazo a todos, que el Señor los bendiga.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca