Camino a la Beatificación

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19 abril 2010

Las familias rindieron su homenaje a la Virgen en el último día del Septenario


El sábado 17 de abril se concretó el homenaje de las familias a la Virgen del Valle, en el último día del Septenario que se rezó en su honor. La Santa Misa fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Vicario Episcopal para la Pastoral, Pbro. José Antonio Díaz; el Delegado Episcopal de la Catedral Basílica, Pbro. Domingo Chaves; el párroco del departamento Santa Rosa, Pbro. Luis Páez; y el Pbro. Humberto Toloza. Durante su homilía, el Obispo dijo que “tenemos que acoger a María como Madre de nuestros hogares”.
“Dios quiso nacer y crecer en una familia humana. De esta manera, la consagró como camino primero y ordinario de su encuentro con la humanidad. En su vida transcurrida en Nazareth, Jesús honró a la Virgen y al justo José, permaneciendo sujeto a su autoridad durante todo el tiempo de su infancia, adolescencia y juventud, Así puso de relieves el valor primario de la familia en la educación de la persona”, destacó el Pastor Diocesano.
Célula viva de la sociedad y de la Iglesia
En otro tramo de su predicación, puso de relieve que “la Sagrada Familia es indiscutiblemente el prototipo de toda familias cristiana, fundada y unida en el sacramento del matrimonio y alimentada con la Palabra de Dios y la Eucaristía, está llamada a realizar la maravillosa cocción y misión de ser célula viva no sólo de la sociedad, sino también de la Iglesia, signo e instrumento de unidad de todo el género humano. Por eso, supliquemos a Nuestra Señora del Valle y a su casto y justo esposo san José, la protección de todas las familias, sobre todo, aquellas que se encuentran en dificultades, para que resistan a las presiones disgregadoras de una cultura contemporánea que socava las bases mismas de las institución familia, a fin de que sean en todo el mundo imagen del amor de Dios”.

Presiones ideológicas
También destacó la vigencia en su doctrina del documento “Familiaris consortio” (1981), que nos dejó el Sínodo para la Familia. Sin embargo, estimó que “hace 30 años atrás no se podía prever los cambios actuales en el ámbito político, como tampoco las ambiguas e inaceptables concepciones de la familia, contrarias a esta institución natural creada por Dios. Hoy no se precia debidamente la verdadera naturaleza del matrimonio entre un hombre y una mujer, sobre todo, el respeto debido a la procreación humana, que considera los hijos como un don valiosísimo que se ha descubrir y proteger. Tampoco podía prever la pandemia de las uniones de hecho y la privatización de la familia, marginándola de su protagonismo en la sociedad. Las actuales presiones ideológicas, fruto de un esquizofrénico laicismo, amenazan con debilitar gravemente el mismo concepto de ley, de justicia y de derecho de las personas. Frente a esto, el Papa Benedicto XVI, con valentía profética nos dice que no se pueden negociar valores indispensables como la vida, el amor, la justicia, la verdad sobre el hombre, el matrimonio entre un varón y una mujer, la familia como educadora de personas, etc.”.
Tener nueva fuerza
En la parte final de la homilía, Mons. Urbanč enfatizó: “Hoy, mis queridos hermanos, es irrenunciable analizar los desarrollos negativos y llamar por su nombre, con toda claridad a los peligros que nos amenazan, remarcando que en el mensaje moral de la fe no aparezca sólo el ‘no’; puesto que la fe cristiana es por esencia un grande y radical ‘sí’ contra la negación de la vida que se camufla como derecho de la libertad, cuando en realidad es camino de muerte. Es urgente que tengamos fuerza en estos tiempos de confusión, nueva fuerza que, a través del Evangelio de la familia y de la vida, puede plantear interrogantes al mundo y abrir camino a la esperanza”.
Retreta
Finalizada la celebración eucarística, el Señor Obispo tomó en sus brazos a la Sagrada Imagen y la elevó para que bendiga a todos los fieles congregados en el Paseo de la Fe, mientras pañuelos al aire y aplausos despedían a la Madre del Valle, que ingresó nuevamente en el templo catedralicio.
Posteriormente, la Banda de Música de la Policía de la Provincia ofreció una retreta, con temas variados, que fue disfrutada por