Este llamado nos apremia a iluminar la realidad desde la Palabra que nos increpa en el Evangelio de San Marcos, Capítulo 10, versículos 40-45: “Jesús los llamó y les dijo: "-ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Asumir la misión de gobernante con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar las elecciones. Por eso no se producirán cambios significativos y estables sin dirigentes renovados, forjados en el aprecio y el ejercicio constante de los valores sociales. Sobre todo, es imprescindible lograr que toda la ciudadanía pueda tener una mayor participación en la solución de los problemas, para que así se supere el recurso al reclamo esporádico y agresivo y se puedan encauzar propuestas más creativas y permanentes. Si toda la Provincia sufre, más duramente sufren los pobres. No es el momento de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad.
La Pastoral Social de la Diócesis de Catamarca eleva la propuesta de los Obispos Argentinos para promover la prioridad del Bicentenario 2010 -2016: -La erradicación de la pobreza y promover el desarrollo integral. -Garantizar la vida y la dignidad de la persona humana, ésta nunca puede ser instrumento de proyecto de carácter económico, social o político. -La priorización será siempre la persona humana, es fundamental el valor de la vida humana, en todas sus etapas desde la concepción, hasta la muerte natural, especialmente los excluidos y los indefensos.
Porque la Patria es un don, la Nación una tarea, y nuestra Patria chica es un don y su Gobierno es una tarea: por lo que las próximas Elecciones deberían ser una celebración en el marco del Bicentenario pues la sociedad merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo. Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males. La situación actual requiere una actitud de grandeza de parte de todos los catamarqueños, en particular de sus dirigentes. También los pastores y agentes de pastoral cristianos nos sentimos interpelados por esta situación y no nos excluimos del examen de conciencia que se debe hacer.
La que sufre es la Provincia toda; no es momento para victimizarnos ni para procurar ventajas sectoriales. “Aunque a veces lo perdamos de vista, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones, de la Constitución, cuyo deficiente funcionamiento produce un alto costo social”.
Es imperioso alentar el paso de habitantes a ciudadanos responsables. El habitante hace uso de la Provincia, busca beneficios y sólo exige derechos. El ciudadano construye la Provincia, porque además de exigir sus derechos, cumple sus deberes. Hay una carencia importante de participación de la ciudadanía como agente de transformación de la vida social, económica y política y lo más grave de esto último es la falta de participación al momento de emitir el voto.
Debemos avanzar en la reconciliación entre sectores y en la capacidad de diálogo. Una amistad social que incluya a todos es el punto de partida para proyectarnos como comunidad, desafío que no hemos logrado construir en el transcurso de nuestra vida social. «Es necesario educar y favorecer en nuestros pueblos todos los gestos, obras y caminos de reconciliación y amistad social, de cooperación e integración»
Los agentes de Pastoral Social, cristianos comprometidos, invitamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a nosotros en la oración para invocar al Señor, que es la fuerza de su pueblo, a pedirle por nuestra querida Catamarca: “Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía para siempre”
El 13 de Marzo es un horizonte de esperanza para renovar nuestra fe en la democracia, porque la obligación del ciudadano y muy especialmente del ciudadano cristiano se verá reflejada en el futuro de la sociedad de Catamarca, en la posibilidad de crecimiento más justo mejorando la distribución de los bienes y riquezas: morales, espirituales, intelectuales, educativas, deportivas, económicas; con la promoción del Hombre como ser trascendente, que evoluciona en conjunto con sus hermanos, para lograr una sociedad feliz, culta y progresista.
Ponemos estos deseos y esperanzas en las manos de Nuestra Madre del Valle, que está siempre atenta a nuestra súplica.
Pastoral Social
Diócesis de Catamarca