Mons.
Urbanc llamó a “hacer presente a Jesús a
través de la cercanía con los enfermos”
En el marco de los actos en
honor a San Juan Bautista, esta mañana, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc,
presidió la misa en el Auditórium del principal nosocomio de la provincia, que
fue concelebrada por el Capellán del hospital, Pbro. Antonio Bulacio.
La celebración eucarística se
llevó a cabo luego del izamiento de la Bandera en el ingreso de las
instalaciones, acompañado por los acordes de la Banda de Música de la
Municipalidad de la Capital, y contó con la presencia de autoridades del centro
de salud, personal médico y de servicio que allí se desempeña.
En su homilía, el Obispo
destacó la figura de San Juan Bautista para los trabajadores de la salud,
quienes deben velar por el cuidado de los enfermos. “San Juan Bautista es el
que prepara el camino para Jesús. El nos ha preparado el camino para la
salvación, para la
sanación profunda, porque Jesucristo es el médico de
nuestras almas, el que nos cura de la muerte eterna, pero Juan tiene la misión
de preparar el camino. Como las enfermeras y los enfermeros preparan el
quirófano para que después venga el médico y haga la cirugía, alguien
acondiciona el espacio. Esta es la misión que tiene San Juan Bautista, y qué
bueno que él sea el Patrono del principal hospital de la provincia”.
También resaltó el ejemplo
de amor a los que sufren del Santo Patrono, indicando: “Qué importante que
seamos como Juan Bautista que anuncia a Jesús a los enfermos o a los familiares
de los enfermos. Hacer presente a Jesús a través de nuestra cercanía, de la
cooperación alegre, pronta, cualificada de aquellos que vienen a nuestro
encuentro, ése es el modo como uno se comporta como Juan Bautista”.
En el marco del Año de la
Misericordia convocado por el Papa Francisco, destacó que “una de las obras de
Misericordia corporales es visitar y cuidar a los enfermos. Jesús siempre mostró
compasión por los enfermos, esas personas que se acercaban a Él no sólo
recuperaban la salud del cuerpo sino que recibían el precioso don de la fe”.
Para finalizar invitó a los
presentes a que “le pidamos al Señor que renovemos la gracia del bautismo.
Jesús predicaba un bautismo de penitencia, y eso tenemos que hacer en el
hospital. Se hace penitencia cuando se sonríe, se trata bien a los demás,
cuando se está bien dispuesto. Porque el que viene enfermo está mal, y el que
tiene que recibirlo debe estar bien, bien de alma, para poder ayudarlo. Y para
estar bien tenemos que estar con Jesús, tenemos que rezar y ofrecerle nuestra
vida a Jesús”.
Durante la ceremonia
religiosa, el Pastor Diocesano designó a cinco laicos como Ministros Extraordinarios
de la Comunión por el periodo de un año. “Ante las necesidades de los enfermos
que no pueden participar del culto, estos hermanos pueden llevarles la
Eucaristía, llevarles a Jesús a sus hogares o donde estén internados”, expresó
el Obispo.
En el momento de las
ofrendas, las autoridades acercaron al altar los dones de pan y vino; y antes
de la bendición final, Mons. Urbanc impartió una bendición especial a los
presentes.