El próximo miércoles 18 de
octubre, el Movimiento de Schöenstatt dará gracias a Dios por el 97º
aniversario de su creación, con la Santa Misa que será presidida por el Obispo
Diocesano, Mons. Luis Urbanc, a las 21.00, en la Catedral Basílica y Santuario de
Nuestra Señora del Valle, y concelebrada por el Pbro. Marcelo Amaya, asesor del
movimiento.
El Movimiento de Schöenstatt
trabaja desde hace más de dos décadas en la Diócesis de Catamarca, actualmente
funciona en 8 parroquias de Capital y el interior, y en el pasado mes de marzo,
recibieron la oficialización de parte del Obispo Diocesano.
La celebración del
aniversario del movimiento se enmarca en el inicio del “Año del Padre
Kentenich”, sacerdote fundador que fue declarado Venerable en su camino a los
altares.
Sobre
el movimiento
El Movimiento Católico de
Schöenstatt, nació en el seno de la Iglesia y está a su servicio en todo el
mundo. Su objetivo principal es la renovación religioso-moral del hombre y la
sociedad. Su nombre proviene del lugar donde nació: Schöenstatt, que significa
lugar hermoso.
Se fundó en tiempos de la
primera guerra mundial, el 18 de octubre de 1914, fecha en que el Padre José
Kentenich con un grupo de jóvenes sellaron un pacto de amor de alianza con
María en una capillita, convertida en un lugar de peregrinación, de gracias. Un
lema vital para su obra expresa "Nada sin ti, Madre tres veces admirable,
nada sin nosotros tus instrumentos”.
De
su fundador
El Padre José Kentenich
nació el 1 de noviembre de 1885. Su primera labor pastoral fue la dirección
espiritual del Seminario de los Palotinos, congregación de Schöenstatt. De su
personalidad se destacan los rasgos de una paternidad singular y sobrenatural.
La obra del Padre José
Kentenich tiene la misión primordial de invertir todos los esfuerzos
apostólicos en una cruzada para recuperar, sanar y educar a los hombres y
mujeres de nuestro tiempo dándoles la capacidad de vincularse orgánicamente con
el mundo creado como un camino hacia Dios para así pensar desde Él, amar en Él
y vivir con Él.
Por ello la alianza de amor
con María es la entrega total del hombre a la Santísima Virgen para que ella lo
eduque en el pensar, amar y vivir. Que mediante el amor natural se llegue al
amor sobrenatural y se alcance la santificación en las pequeñas cosas de la
vida diaria haciéndolas extraordinariamente bien.