Ciudad del Vaticano (AICA): El
papa Francisco autorizó, este viernes 22 de enero, al cardenal Angelo Amato
SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la promulgación
del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión del beato José
Gabriel del Rosario Brochero.
“El Santo Padre en el consistorio
de cardenales, que será en marzo, antes de la Semana Santa, comunicará al mundo
la fecha y lugar donde canonizará al Cura Brochero”, destacó monseñor Santiago
Olivera, obispo de Cruz del Eje y vicepostulador de la causa de canonización.
El “Cura gaucho” se convierte de este modo en el primer sacerdote argentino
declarado santo.
El segundo milagro, por
intercesión del Cura Brochero, fue la recuperación, sin explicación médica ni
científica, de una niña sanjuanina, Camila Brusotti, que estaba al borde de la
muerte tras ser salvajemente golpeada. El primer milagro, que permitió declarar
beato a Brochero tuvo como protagonista a Nicolás Flores Violino, un niño que
superó el pronóstico de una "vida vegetativa" y problemas
neurológicos severos tras sufrir un grave accidente vial con apenas meses de
vida.
“Este año, el Cura Brochero
cumple 150 años de sacerdote, un testigo de la misericordia. Que en el Año de
la misericordia sea canonizado por un argentino y jesuita, me llena de
alegría”, expresó monseñor Olivera.
Brochero, quien evangelizó a lomo
de mula a los paisanos de las sierras de Córdoba, fue proclamado beato el 14 de
septiembre de 2013 en una ceremonia multitudinaria efectuada en la localidad
cordobesa que lleva su nombre: Villa Cura Brochero. En aquella oportunidad, el
presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo,
leyó una carta en la que el papa Francisco destacó la figura del flamante beato
como “pastor con olor a oveja” y aseguró que Brochero fue un “pionero” de la
evangelización al llevar el mensaje de Cristo a las “periferias existenciales”
y al hacerse “pobre entre los pobres”.
El Cura Brochero
José Gabriel del Rosario Brochero
nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba. Entró al
Seminario Mayor “Nuestra Señora de Loreto”, de Córdoba, el 5 de marzo de 1856,
cuando tenía 16 años. Fue ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866 por el
obispo de Córdoba monseñor José Vicente Ramírez de Arellano.
Al inicio de su ministerio, el
cura Brochero, como le llamaban sus fieles, se destacó por su entrega para
socorrer a los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó en 1867
a la ciudad de Córdoba. El 24 de diciembre de 1869 deja la ciudad de Córdoba
para hacerse cargo del curato de San Alberto, actualmente conocido como el
valle de Traslasierra, instalado en la localidad de Villa del Tránsito.
Se lo recuerda como el "cura
gaucho" que asumió como suyas las necesidades de la gente. Con sus propias
manos y animando a los pobladores construyó iglesias y capillas, levantó
escuelas y abrió caminos entre las montañas. Por aquel tiempo el extenso Curato
de San Alberto (de 4.336 kilómetros cuadrados) contaba con poco más de 10.000
habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas,
desperdigados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. Era
triste el estado moral y la indigencia material de la gente. Brochero no se
desanima, sino que desde ese momento dedica su vida toda no sólo a llevar el
Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes.
Al año siguiente de su llegada,
comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios
Espirituales recorriendo unos 200 kilómetros a través de las sierras. La
travesía requería tres días a lomo de mula y las caravanas muchas veces
superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por
fuertes tormentas de nieve. Al regresar, tras nueve días de silencio, oración y
penitencia, sus feligreses cambiaban de vida, seguían el Evangelio y buscaban
el desarrollo económico de la zona.
En 1875, con la ayuda de sus
feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces
Villa del Tránsito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877
con tandas que superaron las 700 personas. Durante su ministerio parroquial
pasaron más 40.000 personas. También construyó la casa para las religiosas, el
colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.
Con sus feligreses construyó más
de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por
la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías,
oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que
atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a
sus queridos serranos de la pobreza en que se encontraban, “abandonados de
todos pero no por Dios”, como solía repetir.
En su vejez el padre Brochero
enfermó de lepra, al haber compartido el mate y la vida de enfermos de ese mal,
que lo dejó sordo y ciego. Debido a su enfermedad, renunció al Curato y vivió
unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud
de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Tránsito, muriendo
leproso y ciego el 26 de enero de 1914.