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30 abril 2025

El Poder Ejecutivo provincial y municipal rindió su homenaje a la Virgen del Valle

“Una política inspirada en la fe busca el bien común, la justicia y la equidad para todos, especialmente para los más vulnerables”, dijo el vicario general de la Diócesis.

 

Durante la noche de este miércoles 30 de abril, cuarto día del Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle celebrando los 134 años de su Coronación Pontificia, rindieron su homenaje los miembros del Poder Ejecutivo provincial y municipal.

La Santa Misa fue presidida por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Murúa, y concelebrada por el Rector del Santuario Catedral, Pbro. Juan Ramón Cabrera.

Participaron de la Eucaristía el gobernador, Lic. Raúl Jalil, acompañado por el flamante ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia, Dr. Fernando Monguillot, y otros miembros de su gabinete; la intendenta de Fray Mamerto Esquiú, Prof. Alejandra Benavidez, entre otros funcionarios.

En el comienzo de su homilía, el padre Murúa agradeció la presencia de los alumbrantes, y comentó que “esta celebración habitualmente la preside nuestro obispo Luis, pero se encuentra preservando su salud para que, con la ayuda de Dios, pueda participar de los últimos días de esta festividad. Y agradece que sigan rezando por él”.

Luego se adentró en su reflexión afirmando que “como todos los años, las festividades en honor a Nuestra Madre, la Virgen María, tanto las de su Coronación en esta época del año como las de la Inmaculada Concepción en diciembre, nos convocan en este Santuario, donde todos buscamos encontrar luz en Jesucristo y su Palabra, para los complejos caminos que cada día se nos presentan”.

“Estamos aquí también como pueblo, expresión o categoría que no es simplemente la agregación de individuos aislados o de grupos particulares con intereses separados. Más bien se trata de una comunidad con un destino común, una historia compartida y un tejido social que trasciende las individualidades. En este sentido, todos nuestros cargos o títulos quedan relegados a un segundo lugar. Y es a este pueblo al que somos llamados para servirlo. Para un creyente, la fe, la esperanza y la caridad son pilares de los cuales no puede prescindir”.

 

La fe que ilumina la política

Centrándose en la Palabra de Dios proclamada, dijo: “Hemos escuchado en el Evangelio que ‘de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo el que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna’. Esta profunda declaración de amor es la base de nuestra fe. Creer en este amor incondicional de Dios por el mundo es el primer paso. En el ámbito de la política, esta fe nos llama a reconocer la dignidad inherente de cada ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios. Una política inspirada en la fe busca el bien común, la justicia y la equidad para todos, especialmente para los más vulnerables. No se deja llevar por intereses egoístas o por la búsqueda de poder por el poder mismo, sino que se fundamenta en la convicción de que cada persona es valiosa a los ojos de Dios”.

 

La esperanza que impulsa la acción política

Continuando con el texto sagrado manifestó que “la promesa expresada nos llena de esperanza. No una esperanza pasiva sino activa, que nos impulsa a trabajar por un mundo mejor. En la función pública, la esperanza nos permite creer en la posibilidad de construir sociedades más justas, fraternas y solidarias. Nos anima a no ceder ante la desesperanza o el cinismo, sino a ser agentes de cambio, trabajando con perseverancia por el Reino de Dios aquí, en la tierra. Esta esperanza nos da la fuerza para denunciar a la corrupción, la injusticia y toda forma de opresión, confiando en que la verdad y el amor triunfarán”

 

La caridad que da forma a la política

Siguiendo su predicación expresó que “el amor de Dios manifestado en la entrega de su Hijo es el modelo supremo de la caridad. Esta caridad no es sólo un sentimiento sino una acción concreta que se traduce en el servicio al prójimo. En el ámbito de la función pública, la caridad se manifiesta en la preocupación genuina por el bienestar de los demás, especialmente de aquellos que sufren”.

En este sentido, aseveró que “una política guiada por la caridad prioriza las necesidades de los pobres, los enfermos, los marginados. Busca soluciones compasivas y justas a los problemas sociales, promoviendo la inclusión y la solidaridad. La caridad nos impulsa a escuchar las voces de los que no son oídos y a trabajar incansablemente por una sociedad donde todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad”.

 

La luz y las tinieblas en la política

Más adelante señaló que “el Evangelio también nos dice: ‘Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios’".  

“Esta contraposición entre la luz y las tinieblas es profundamente relevante para la política. La luz representa la verdad, la justicia, la transparencia y el bien común. Las tinieblas representan la corrupción, el engaño, el egoísmo y la opresión. Como cristianos llamados a vivir en la fe, la esperanza y la caridad, estamos llamados a ser portadores de la luz en el ámbito político. Esto significa actuar con integridad, denunciar la injusticia y trabajar por un sistema que refleje los valores del Evangelio”, indicó.

Hacia el final, dijo que “nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad no son virtudes pasivas. Por el contrario, son fuerzas dinámicas y movilizadoras que deben transformar nuestra manera de vivir y de participar en la construcción de nuestra sociedad”.

Y rogó “que la luz del amor de Dios, revelado en Jesucristo, ilumine nuestras decisiones y nuestras acciones en la tarea de servidores públicos, para que podamos construir juntos un futuro más justo, fraterno y lleno de esperanza para todos”.

En el momento del ofertorio, los alumbrantes acercaron las ofrendas para preparar la mesa eucarística.

Antes de la bendición final, todos juntos saludaron a la Madre del Valle con el canto.

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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

Los jardines de infantes celebraron a la Virgen del Valle

En la tarde de este miércoles 30 de abril, se realizó el Vallecito, la ya tradicional manifestación con la cual los niños de los jardines de infantes de Capital le rinden homenaje a la Madre del Valle durante las festividades de abril.

Acompañados por sus docentes, directivos y familias, los pequeños se congregaron en el Paseo de la Fe, con sus coloridas porras y carteles identificatorios, para disfrutar de una fiesta junto a la Virgen Morenita, que fue llevada en andas hasta el escenario y hacia el final saludó a los participantes.

Todos juntos compartieron canciones y bailaron en un clima de mucha alegría; elevaron peticiones y acercaron alimentos no perecederos para compartir con los hermanos más necesitados.

El padre Lucas Segura, vicario episcopal de Educación, les impartió la bendición a todos los presentes.

También se contó con la participación de miembros de la Escuela de Cadetes de la Policía de Catamarca.

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Las Fuerzas de Seguridad tributaron honores a la Virgen

En la mañana de este miércoles 30 de abril, cuarto día del Septenario en honor de la Madre del Valle, rindieron su homenaje autoridades y empleados del Ministerio de Seguridad, Ejército Argentino, Policía Federal, Gendarmería Nacional, Policía de la Provincia de Catamarca, Servicio Penitenciario Provincial, Escuela de Cadetes, Centro de Excombatientes de Malvinas Catamarca, Agrupación 7 de Abril Excombatientes por Malvinas, Empresas de Seguridad Privada, Pastoral Penitenciaria, Capellanes y miembros de Banda de Música de la Policía de la Provincia.

La Santa Misa fue presidida por el padre Dardo Olivera y concelebrada por los presbíteros Héctor Salas, Reinaldo Oviedo y Guillermo Chanquía, capellanes de las distintas fuerzas de seguridad, en el altar mayor de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle.

La celebración eucarística contó con la participación del Subjefe de Policía, Crio. Gral. Lic. Omar Gustavo Seile; el Inspector General de Policía, Crio. Gral. Sebastián Eduardo Carrizo, integrantes de la Plana Mayor Policial, personal superior de la institución, oficiales jefes, subalternos, suboficiales, agentes, alumnos Cadetes y Aspirantes a Agentes, junto a jefes y representantes de la Agrupación VIII Catamarca de Gendarmería Nacional Argentina, del Ejército Argentino, Excombatientes de Malvinas, y del Servicio Penitenciario Provincial.

En su homilía, el padre Héctor Salas se refirió al “tiempo pascual donde celebramos el gozo de la Resurrección del Señor, y la Palabra de Dios ilumina el sentido de nuestro servicio dentro del sistema de seguridad porque estamos puestos para que la sociedad pueda gozar de todos sus derechos y cumplir con sus deberes, ése es el sentido del sistema de seguridad, que el ciudadano camine en la luz, como dice el Evangelio, y que no tengan miedo a que sus obras buenas sean según Dios y ofrecidas a Dios”.

“Que Dios nos conceda poder seguir adelante con nuestro servicio, que nuestra entrega sea fecunda en bien del ciudadano”, manifestó y luego saludó a la nueva conducción de la Policía de Catamarca, rogando “que Dios los acompañe a través de Nuestra Madre del Valle”.

Todos los cantos litúrgicos fueron interpretados por la Banda de Música de la Policía de la Provincia.

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Homenaje de los educadores a la Virgen del Valle

“El educador tiene que transmitir y testimoniar la esperanza”, dijo padre Lucas Segura, Vicario para la Educación.

 

El martes 29 de abril, tercer día del Septenario en honor de Nuestra Madre del Valle, durante la Santa Misa de las 20.00, se rezó especialmente por las autoridades y empleados del Ministerio de Educación, Educación estatal, Municipal, Privada, Social y Cooperativa, docentes en actividad, docentes jubilados, Docentes Jubilados Autoconvocados, gremios docentes, Vicaría Episcopal para la Educación y Centro Educativo y Cultural Diocesano (Ceculd) Virgen del Valle.

La Eucaristía fue presidida por el padre Lucas Segura, Vicario Episcopal para la Educación, y concelebrada por el padre Juan Ramón Cabrera, rector del Santuario Catedral.

Participaron representantes legales, directivos y docentes de las instituciones educativas y demás alumbrantes, quienes se dieron cita en el Santuario mariano para honrar a la Reina del Valle.

Al comienzo de su homilía, el padre Segura transmitió el saludo de nuestro obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien por razones de salud no pudo presidir esta celebración eucarística.

Luego se refirió a Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, a quien la Iglesia celebra en este día, afirmando que “providencialmente, hoy la Iglesia nos propone el ejemplo de esta santa y nos viene muy bien reflexionar sobre su vida, su ejemplo, dado que estamos rindiendo homenaje, el ámbito educativo. Lo llamativo de Santa Catalina de Siena es que no tenía una educación formal, era considerada en analfabeta. Sin embargo, tuvo un conocimiento de Dios muy especial, es un conocimiento místico que no se puede expresar con palabras, a veces con imágenes, con poesía. Es un tipo de conocimiento muy especial que Dios le concede a algunas personas. Si leemos sus obras y escritos, no nos podríamos imaginar que no tuvo una educación formal, sistemática. Sin embargo, la Iglesia la venera como doctora de la Iglesia y es precisamente por este don que Dios le ha concedido”.

Focalizando su reflexión en el tema de este tercer día del Septenario, referido a “que el primer signo de esperanza se concrete en paz para el mundo”, resaltó la esperanza “porque este Año Jubilar tiene como lema ‘Peregrinos de la esperanza’, y el Papa Francisco ha convocado a este Año Jubilar con una bula cuyo título es ‘Spes non confundit’ (La esperanza no nos defrauda), y Santa Catalina de Siena trabajó de un modo especial por la paz. En un tiempo en que el Papa no vivía en Roma, estaba en Aviñón, ella va como embajadora de la paz para que el Papa pueda volver a Roma. Un compromiso muy especial con la Iglesia, una gran influencia de una mujer en un contexto desfavorable para las mujeres, y con un gran conocimiento como don de Dios”.

 

El mensaje del Papa Francisco

Más adelante afirmó que “me parecía oportuno retomar lo que el Papa Francisco en un mensaje dirigido a una universidad hablaba del lenguaje de la cabeza, del corazón y de las manos, es decir que tiene que estar en armonía lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Sin embargo, nos tenemos que preguntar si realmente buscamos una educación integral, si nuestras instituciones educativas son centros de evangelización”.

“El Papa habla de que lo que pensamos tiene que estar en consonancia con lo que sentimos y con lo que hacemos, lo que sentimos con lo que pensamos y hacemos, y lo que hacemos con lo que pensamos y sentimos. Y dice que nuestras instituciones, refiriéndose a las universidad pero también la podemos hacer extensiva a nuestros centros educativos, tiene que estar presente la ciencia, es decir la inteligencia, la cabeza, la conciencia porque para el Papa Francisco, el corazón no es sólo lo emocional, lo sentimental sino también el centro de interioridad donde está lo más profundo de nuestro ser, por eso él habla del corazón también como la conciencia, entonces es la ciencia, la conciencia y el compromiso, cuánto nos comprometemos en la sociedad. Todo conocimiento tiene que ayudarnos a buscar una sociedad más justa donde se pueda vivir la caridad”.

 

Renovar la esperanza

Tomando el pasaje del Evangelio proclamado indicó que en el mismo “se habla del renacimiento, de renacer en el espíritu. Y esto nos viene muy bien para que sigamos reflexionando sobre la esperanza. Hay situaciones en la vida que nos devastan, hay situaciones muy complejas y necesitamos renacer, y es el Espíritu Santo el que nos ayuda a renacer a una nueva vida... Y quien tiene esperanza es la persona que, aún en las dificultades más grandes, siempre deja abierta la puerta para que pueda irrumpir Jesucristo en nuestras vidas. Entonces tenemos que pedirle a Él constantemente que nos renueve interiormente, que nos renueve la esperanza”.

En esta línea dijo que “uno de los objetivos de este Año Jubilar es que nuestra esperanza se reavive a partir de ese encuentro personal con Jesucristo. Y nosotros la tenemos aquí a Nuestra Madre, la Virgen; si ustedes ven el escudo dice Spes nostra, Esperanza nuestra, Ella es nuestra esperanza. En los albores de la evangelización en América, a la Virgen se la invocaba como Estrella de la Evangelización, y la esperanza mira siempre hacia el futuro, la esperanza es una luz que tenemos. Así como en la luz de una estrella nos puede guiar, así, María nos orienta, nos guía en esta vida, y así como Ella ha compartido los sufrimientos de Jesucristo, así comparte la Resurrección de su Hijo, y por eso le podemos decir Esperanza nuestra”.

 

“La educación es necesaria para vivir dignamente”

Respecto de la primera lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles, en la que se refiere a la primitiva comunidad cristiana en la que ponían todo en común y no les faltaban nada, reflexionó que “en el ámbito educativo nos toca poner de nuestra parte lo que hemos aprendido, pero no sólo a nivel de conocimiento sino de testimonio de vida, para que a nadie le falte o necesario para vivir dignamente, y cuando hablamos de lo necesario para vivir dignamente no tenemos que pensar solamente en el alimento que ingerimos sino también en educación. La educación es necesaria para que nosotros podamos vivir dignamente, sin educación es difícil que nosotros podamos trabajar por la paz. Necesitamos de la educación, como decía el Papa Francisco, porque nos hace tomar conciencia de quiénes somos y nos ayuda a reconocer quién es el otro”.

Finalmente, rogó “que Nuestra Madre, la Virgen María; Santa Catalina de Siena y el Beato Mamerto Esquiú, intercedan para que podamos seguir trabajando incansablemente en este ámbito educativo. Les pidamos la gracia que nos renueve cada vez que nos cansamos por las dificultades en los colegios, por los problemas, por las situaciones complejas que nos tocan enfrentar; y les pidamos la gracia de que nos renueve siempre la esperanza. Un educador sin esperanza, no podemos decir que sea un educador; el educador tiene que transmitir esperanza, tiene que testimoniar la esperanza”.

En el momento de las ofrendas los alumbrantes acercaron los dones del pan y del vino, y luego de la Comunión recibieron la bendición final, se consagraron a la Madre del Valle y la alabaron con el canto

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29 abril 2025

Cientos de niños homenajearon a la Virgen con la 3° Peregrinación Mariana Infantil

Animados por el lema “Con María, peregrinos de esperanza”, durante la tarde de este martes 29 de abril se llevó a cabo la 3° Peregrinación Mariana Infantil, en el marco del Septenario en honor de Nuestra Madre del Valle.

La convocatoria convocó a cientos de niños de 2° grado de escuelas públicas y colegios confesionales de Capital, acompañados por sus docentes, directivos y familias.

Portando globos, porras, ponchitos y vinchas, los pequeños iniciaron su caminata en la esquina de calles San Martín y Sarmiento y luego de bordear la plaza 25 de Mayo, llegaron al Paseo de la Fe.

Cadetes de la Escuela de Policía de Catamarca se sumaron a la fiesta llevando en andas la imagen de la Virgen Morena, a quien los niños celebraron con cantos y bailes.

También se destacó la representación de Luce, la mascota del Jubileo 2025, que fue el deleite de los chicos que disfrutaron con la animación del equipo de la Pastoral de la Niñez, organizador de la propuesta.

Con la presencia del padre Santiago Granillo, asesor de la Pastoral de la Niñez, los niños se consagraron a la Virgen María y recibieron la bendición final.

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El ámbito de la Salud honró a la Virgen y fueron bendecidas ambulancias

“Que la Virgen María, una especie de médica especialista en curar heridas, interceda por nuestros profesionales de la salud, que dedican y dan su vida para el cuidado y la atención de los enfermos”, rogó el padre Bustamante.

 

Durante la noche del lunes 28 de abril, segundo día del Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle, rindieron su homenaje el Ministerio de Salud: autoridades y empleados; Salud pública y privada: Sanatorios, Hospitales, Maternidad, Círculo Médico, Colegio de Profesionales en Psicomotricidad de Catamarca, Colegio Profesional de Enfermería, Farmacéuticos, Odontólogos, Kinesiólogos, Anestesistas, Psicólogos, Bioquímicos, SAME, ECA y EMICA, OSEP, Geriátricos, Liga de Lucha contra el Cáncer (Lalcec), Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones, ONG Corazón con Agujeritos y Soles.

La Santa Misa fue presidida por el Pbro. Alberto Bustamante, vicario general de la Diócesis de Villa María, Córdoba, y concelebrada por Pbros. Juan Ramón Cabrera y Ramón Carabajal, rector y capellán del Santuario Catedral, respectivamente; y fray Jorge Luis Lezcano, sacerdote franciscano.

Participaron la ministra de Salud, Dra. Johana Carrizo; la secretaria de Planificación y Gestión en Salud, Dra. Daniela Ayala; la directora del Hospital de Niños, Dra. Graciela Romero; el director de la OSEP, CPN Leopoldo Marchetti; la subsecretaria de Salud de la Municipalidad de la Capital, Dra. Ana Fernanda Lagoria, entre otras autoridades del sector.

En el inicio de su homilía, el padre Bustamante agradeció la invitación para presidir algunas de las celebraciones del Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle, “una devoción contagiada por mi papá a mi persona hace ya muchísimos años, desde mi niñez, que me llevó a celebrar la primera Misa después de ordenado, un 9 de diciembre de 1983, aquí, en el Camarín de la Virgen del Valle. Y desde esa época, excepto el tiempo de pandemia por las restricciones de ese momento, pude, por gracia de Dios, venir todos los años como peregrinos a darle una vueltita a la Virgen. Así que para mí es una alegría enorme, es la primera vez en mis 42 años de cura que puedo participar algún día de su Septenario”, comentó.

“Con mucho cariño, vamos a poner a todos aquellos que nos atienen, los que nos sirven, y a sus familias bajo el amparo, la protección de María”, dijo refiriéndose a quienes se desempeñan en el ámbito de la Salud.

 

La imagen del hospital de campaña del Papa Francisco

Luego reflexionó en torno a las palabras del Santo Padre Francisco tomadas de la primera entrevista que brindó al padre Antonio Spadaro, director de la revista de la Compañía de Jesús en Italia, La Civiltà Cattolica, a los pocos meses de haber sido elegido Papa en 2013.

Recordó que ante la pregunta “¿con qué imagen le parecía a él que se podía caracterizar la misión que la Iglesia tenía en este tiempo, en este siglo, en este nuevo milenio? Francisco utilizó una imagen conocida cuando le dice que estaba llamada a ser un gran hospital de campaña, y su misión es, y lo repite tres veces, curar heridas, curar heridas, curar heridas. Y dice que utiliza esta imagen del hospital de campaña porque a diferencia del hospital ya plantado en un lugar es móvil, se mueve, peregrina, camina entre la gente, se acerca; el hospital de campaña va a dónde está la gente. No espera sólo que la gente venga a donde está plantado, sino que va hacia donde está la gente herida. Y dice que los hospitales de campaña están después de donde termina el asfalto, es decir, no está en el centro sino en las periferias. Y llegan como en una batalla, los desangrados, los mutilados, y no se les pregunta, dice el Papa, cómo anda del ácido úrico, qué tal el colesterol, los triglicéridos; a esa persona lo primero que se le hace es pararle la hemorragia, atender su herida. Después, cuando se recomponga, habrá tiempo para hilar más fino en otras variables de su salud”.

En este sentido manifestó que “la Iglesia en este tiempo está llamada a eso, a atender a las personas heridas, heridas existenciales, heridas por su falta del sentido de la vida, herida por su marginación, herida por su pobreza. Y a esas personas no les podemos preguntar si va a Misa todos los domingos o está casada por la Iglesia. Primero atendamos al herido, recibimos a todos, acogemos a todos, con la actitud de Jesús. Su persona es un gran hospital de campaña, porque Jesús camina, cuando camina encuentra; cuando encuentra, habla; cuando habla, toca; cuando toca, cura; cuando cura, salva”.

 

Un hospital viviente

“Y va a continuar Francisco diciendo que, por lo tanto, la Iglesia está llamada también a ser un hospital viviente, a reapropiarse de los verbos, que el Verbo hecho carne, Jesucristo, utilizó para salvarnos, para rescatarnos. Y dice el Papa, una especie de gramática evangelizadora. Por lo tanto, lo que tendríamos que hacer, y le pedimos esa gracia a la Virgen, es recorrer las páginas del Evangelio, ver cuáles son los verbos que Jesús se apropia, para reapropiarnos de esos verbos y hacerlos carne, vida, palabra, gesto en nosotros. Si uno recorre las páginas del Evangelio, hay verbos como para hacer dulce, porque Jesús salió, caminó, encontró, tocó, miró, se cansó, lloró, se conmovió, se entregó, y nosotros tendríamos que incorporar los verbos de Jesucristo en nuestras vidas, para poder curar, curar y curar”, afirmó.

Y continuó reflexionando que “sin lugar a dudas, el complejo mundo de la salud humana con todas las dimensiones que abarca se focaliza en la persona. Los médicos, enfermeros, todo personal de salud, son aquellos que se encuentran, que tocan, que curan, que se cansan, que descubren que nunca tratan una enfermedad, porque la enfermedad en abstracto no existe, existe la persona enferma”.

 

Reflexión del Papa Francisco

Luego compartió “una bella reflexión de Francisco sobre lo que uno encuentra en los hospitales, en homenaje a nuestro querido Papa, que dice así: ‘Las paredes de los hospitales han escuchado más oraciones sinceras que muchas iglesias, han visto besos más sinceros que los de los aeropuertos. Es en el hospital donde se ve a un homófobo siendo salvado por un médico gay; es en los hospitales donde un médico de clase alta salva la vida de un mendigo, donde en terapia intensiva, un judío médico cuida de un paciente racista; es en los hospitales donde miles de esposos se perdonan mutuamente con la esperanza de una curación total. En los hospitales, un policía y un prisionero comparten la misma habitación y reciben las mismas atenciones. Es en estos momentos cuando el hospital toca las heridas de las personas, es en el hospital donde un paciente rico espera el trasplante de hígado de un donante pobre. Es ahí donde se curan las heridas, donde los universos se cruzan con un propósito divino. Y en esta comunión de destino, nos damos cuenta de que solos no somos nada… El hospital es un lugar donde los seres humanos se quitan la máscara y se muestran como son, en su verdadera esencia’”.

 

Valorar estos ámbitos de humanización

“Que el Señor nos dé la gracia por intercesión de María de valorar estos ámbitos de la salud, que son ámbitos de humanización y donde, en definitiva, como bellamente lo decía el Papa, en los hospitales ya no hay máscaras, esas máscaras que utilizamos en la cotidianeidad para disfrazar lo que no somos, para aparentar más de lo que somos, para pretender ser reconocidos., para ubicarnos en lugares de privilegio. En los hospitales sólo hay rostros con sus heridas a cuesta”, señaló.

Y rogó “que la Virgen María, una especie de médica especialista en curar heridas, por eso peregrinamos aquí, a su Santuario, adonde venimos con nuestras llagas para que ella las toque, interceda por nosotros, que nos ayude a aprovechar estos días del Septenario, y de un modo muy particular por nuestros profesionales de la salud, que dedican y dan su vida para el cuidado y la atención de los enfermos y sus familias”.

Luego de la oración en común, los alumbrantes acercaron al altar elementos necesarios para la atención de los hermanos peregrinos, y las ofrendas del pan y del vino.

Antes de la bendición final, le cantaron a la Reina del Valle.

Una vez concluida la celebración eucarística, fueron bendecidos los móviles sanitarios que sirven para el traslado de los pacientes, apostados en el Paseo de la Fe.

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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

Una gran cantidad de fieles celebró a Jesús de la Divina Misericordia

Con una gran participación de fieles, durante la tarde del domingo 27 de abril, se llevó a cabo el cierre del Septenario en honor de Jesús de la Divina Misericordia en la comunidad que lo tiene como su Santísimo Patrono, perteneciente a la parroquia Jesús Niño.

Las festividades se desarrollaron bajo el lema "Nuestro corazón, como el de Jesús, debe abrazar a todos", en el marco del Año Jubilar.

La sagrada imagen de Jesús de la Divina Misericordia fue trasladada hasta la Escuela de Cadetes, donde permaneció para su veneración y luego desde este punto se inició la procesión hasta el templo ubicado en el barrio 9 de Julio de Capital.

En el atrio se celebró la Santa Misa presidida por el párroco, padre Eugenio Pachado, con la participación de una gran cantidad de fieles de las comunidades que comprenden la parroquia Jesús Niño.

 

Misa de los niños

Por la mañana, los niños de la Sede parroquial y de la comunidad de Cristo Rey celebraron a Jesús de la Divina Misericordia con una alegre y colorida procesión llevando a sus respectivos santos patronos y acompañados por sus padres y catequistas. Luego compartieron la Santa Misa.

Más temprano, los adultos mayores, enfermos, ancianos e impedidos físicamente participaron de la celebración eucarística y recibieron el sacramento de la Unción de los Enfermos.

El párroco destacó y agradeció la tarea de quienes trabajaron en la organización de esta gran fiesta de la fe, entre ellos los miembros del Consejo de Pastoral, los catequistas y la comunidad en general.

Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

28 abril 2025

Invitan al Taller de Iniciación Misionera

El sábado 10 y el domingo 11 de mayo, desde las 8.30, se realizará el Taller de Iniciación Misionera, en la Casa de las Hermanas del Verbo Encarnado, ubicada en la jurisdicción de la parroquia San Isidro Labrador, departamento Valle Viejo.

El mismo está destinado a todos los bautizados a partir de los 17 años de edad.

Los interesados en el trabajo de la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) y tener grupo en su parroquia pueden comunicarse al 3835-403482, Victoria.

Link de inscripción: https://forms.gle/2W1RiLVWErV6YEsW7
Imagen: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

Tierno y alegre homenaje de las escuelas especiales

Durante el mediodía de este lunes 28 de abril, se vivió el homenaje de los niños, jóvenes y adultos de escuelas especiales a la Madre del Valle.

Acompañados de sus docentes y familias, le cantaron y le rezaron con mucha ternura y alegría. También se sumaron a esta fiesta algunos peregrinos que llegaron a honrar a la Patrona de Catamarca.

El padre Ramón Carabajal puso de realce este tiempo pascual que estamos transitando, los invitó a rezarle juntos un Ave María y les impartió la bendición.  

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 Fotos y videos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

 

Mañana se realiza la 3° Peregrinación Mariana Infantil

Este martes 29 de abril, se realizará la 3° Peregrinación Mariana Infantil para homenajear a Nuestra Madre del Valle, en el marco del Septenario en su honor, con la participación de los niños de 2° grado de las escuelas públicas y privadas.

La convocatoria lleva el lema “Con María, peregrinos de esperanza”, y está a cargo de la Pastoral de la Niñez de la Diócesis de Catamarca.

La concentración de los niños, junto con sus directivos, docentes y familiares que los acompañarán, será a las 15:00 en la intersección de las calles San Martín y Sarmiento.

Luego peregrinarán alrededor de la plaza 25 de Mayo para concluir en el Paseo de la Fe frente a la Catedral Basílica, donde compartirán momentos de oración, animación y se consagrarán a la Virgen del Valle.

Desde la organización se solicita que los niños asistan vestidos con remeras de color verde, que representa la esperanza en este Año Jubilar, y lleven elementos de cotillón y banderines con los colores y el logo del Jubileo.

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 Imágenes: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

Mons. Urbanč: “La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”

El domingo 27 de abril, día en que la Iglesia celebra a la Divina Misericordia, primer día del Septenario en honor de Nuestra Madre del Valle, rindieron su homenaje los miembros de la Pastoral Misionera.

La celebración eucarística fue presidida por nuestro obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, quien, en su homilía, luego de dar la bienvenida a los alumbrantes, pidió “que la Virgen Santa los siga cuidando, motivando y afianzando en este noble servicio eclesial, como es el de hacer tomar conciencia a todos, que todos los bautizados somos discípulos-misioneros”.

Luego reflexionó sobre la misericordia de Dios expresando: “Hoy es la memoria de la Divina Misericordia. Por tanto, todos debemos asumir esto de ser misioneros de la Misericordia por medio de obras concretas, a fin de despertar la esperanza en los corazones abatidos, turbados, descreídos y vacilantes”.

En otro tramo de su predicación afirmó que “la misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos relaciona con el judaísmo y el islam, religiones monoteístas. Las páginas del Antiguo Testamento están entretejidas de misericordia porque narran las obras que el Señor ha realizado en favor de su pueblo en los momentos más difíciles de su historia”.

Más adelante aseveró que “la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia. Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia”.

 

Palabras de misericordia

Centrándose en el texto del Evangelio proclamado, señaló que “Jesús Resucitado instituye el sacramento de la Misericordia cuando dice: ‘Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan’ (Jn 20,22b-23)”.

“Y corrobora esto -continuó- con un gesto sin precedentes cuando se dirige al Apóstol Tomás, el cual tendrá una experiencia inolvidable de la Misericordia de Dios. Él quiere ver y tocar. Y el Señor no se escandaliza de su incredulidad, sino que va a su encuentro: ‘Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado’ (Jn 20,27). No son palabras recriminatorias, sino de misericordia. Jesús comprende la dificultad de Tomás, no lo trata con dureza y el apóstol se conmueve interiormente ante tanta bondad. Y es así que, de incrédulo se vuelve creyente, y hace esta confesión de fe tan sencilla y hermosa: ‘¡Señor mío y Dios mío!’ (Jn 20,28). Es una linda invocación, que podemos hacer nuestra y repetirla durante el día, sobre todo cuando experimentamos dudas y oscuridad”.

En este sentido dijo que “en Tomás está la historia de todo creyente. Hay momentos difíciles, en los que parece que la vida desmiente a la fe, en los que estamos en crisis y necesitamos tocar y ver. Pero, como Tomás, es precisamente en esos momentos cuando redescubrimos el corazón del Señor, su misericordia. Jesús, en estas situaciones, no viene hacia nosotros de modo triunfante, no hace milagros llamativos, sino que ofrece cálidos signos de misericordia. Nos consuela ofreciéndonos sus llagas. No olvidemos esto, ante el pecado, el más escandaloso pecado nuestro o de los demás, está siempre la presencia del Señor que ofrece sus llagas”.

Finalmente, resaltó que “la finalidad de la liturgia al unir la devoción a Jesús Misericordioso con el segundo domingo de Pascua es mostrarnos cómo la Misericordia Divina es comunicada por Cristo muerto y resucitado, fuente del Espíritu que perdona los pecados y devuelve la alegría de la salvación”.

“¡Madre ayúdanos a creer como Tú y a proclamar la Misericordia!”, rogó.

Los misioneros participaron de la liturgia guiando la Santa Misa y proclamando la Palabra de Dios. También acercaron hasta el altar alimentos no perecederos para los hermanos peregrinos junto con las ofrendas del pan y del vino.

Como cierre de este homenaje alabaron a la Madre Morena con el canto.

 

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Hoy rinde su homenaje la pastoral misionera. Bienvenidos hermanos. Que la Virgen Santa los siga cuidando, motivando y afianzando en este noble servicio eclesial, como es el de hacer tomar conciencia a todos, que todos los bautizados somos discípulos-misioneros.

Hoy es la memoria de la Divina Misericordia. Por tanto, todos debemos asumir esto de ser misioneros de la Misericordia por medio de obras concretas, a fin de despertar la esperanza en los corazones abatidos, turbados, descreídos y vacilantes.

Afirmaba Juan XXIII: «En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad … La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella» (apertura C. E. Vat. II, 11-10-1962).

La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos relaciona con el judaísmo y el islam, religiones monoteístas. Las páginas del Antiguo Testamento están entretejidas de misericordia porque narran las obras que el Señor ha realizado en favor de su pueblo en los momentos más difíciles de su historia. El islam, por su parte, entre los nombres que le atribuye al Creador está el de Misericordioso y Clemente. Esta invocación aparece con frecuencia en los labios de los fieles musulmanes, que se sienten acompañados y sostenidos por la misericordia en su cotidiana debilidad. También ellos creen que nadie puede limitar la misericordia divina porque sus puertas están siempre abiertas.

Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá de la justicia con la misericordia y el perdón. Esto no significa restarle valor a la justicia o hacerla superflua. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Sólo que éste no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón. Dios no rechaza la justicia. «Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mt 9,13). Ante la visión de una justicia como mera observancia de la ley que juzga, dividiendo las personas en justos y pecadores, Jesús se inclina a mostrar el gran don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la salvación.

Por tanto, la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia. Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia.

Hoy, en el Evangelio, Jesús Resucitado instituye el sacramento de la Misericordia cuando dice: «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan» (Jn 20,22b-23).

Y corrobora esto con un gesto sin precedentes cuando se dirige al Apóstol Tomás, el cual tendrá una experiencia inolvidable de la Misericordia de Dios. Él quiere ver y tocar. Y el Señor no se escandaliza de su incredulidad, sino que va a su encuentro: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado» (Jn 20,27). No son palabras recriminatorias, sino de misericordia. Jesús comprende la dificultad de Tomás, no lo trata con dureza y el apóstol se conmueve interiormente ante tanta bondad. Y es así que, de incrédulo se vuelve creyente, y hace esta confesión de fe tan sencilla y hermosa: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20,28). Es una linda invocación, que podemos hacer nuestra y repetirla durante el día, sobre todo cuando experimentamos dudas y oscuridad. Porque en Tomás está la historia de todo creyente. Hay momentos difíciles, en los que parece que la vida desmiente a la fe, en los que estamos en crisis y necesitamos tocar y ver. Pero, como Tomás, es precisamente en esos momentos cuando redescubrimos el corazón del Señor, su misericordia. Jesús, en estas situaciones, no viene hacia nosotros de modo triunfante, no hace milagros llamativos, sino que ofrece cálidos signos de misericordia. Nos consuela ofreciéndonos sus llagas. No olvidemos esto, ante el pecado, el más escandaloso pecado nuestro o de los demás, está siempre la presencia del Señor que ofrece sus llagas. La finalidad de la liturgia al unir la devoción a Jesús Misericordioso con el segundo domingo de Pascua es mostrarnos cómo la Misericordia Divina es comunicada por Cristo muerto y resucitado, fuente del Espíritu que perdona los pecados y devuelve la alegría de la salvación.

¡Madre ayúdanos a creer como Tú y a proclamar la Misericordia!

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 Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

 

Culminaron las fiestas patronales en la parroquia San Jorge

Con la visita de la imagen réplica de la Virgen del Valle, el domingo 27 de abril, día de la Divina Misericordia, la comunidad parroquial de San Jorge vivió el cierre de las festividades en honor de sus mártires patronos San Jorge y San Expedito, con la procesión por las calles del sector sur de la ciudad capital, y la Santa Misa en el templo.

En este Jubileo de la Esperanza, los fieles y devotos se manifestaron como "Peregrinos de Esperanza", que con María quieren ser "Servidores de la Esperanza", y guiados por San Jorge y San Expedito ser "Testigos de la Esperanza".

La celebración eucarística fue presidida por el párroco, Pbro. Héctor Miguel Moreno, quien en su homilía expresó: "En este Domingo de la Misericordia nos reúne la alegría de la Resurrección de Jesucristo, nuestra Esperanza. Con su Resurrección le da sentido a la fe del pueblo que peregrina en la esperanza de compartir con Él su Resurrección y la Vida Eterna. Jesús, con su Pasión, Muerte y Resurrección, asegura nuestra esperanza porque destruido el pecado y la muerte estamos seguros que la esperanza no quedará defraudada".

Participaron fieles de todas las comunidades que integran la jurisdicción parroquial, destacándose la presencia de los niños de la Comunidad de la Virgen de la Medalla Milagrosa con un sentido homenaje al Papa Francisco, para lo cual confeccionaron carteles con mensajes del Santo Padre.

En esta Eucaristía se impartió la bendición a Inés y Carlos, quienes dieron gracias a Dios por los 41 años de matrimonio.

Al finalizar la liturgia, acompañados de la Banda de Música de la Policía de Catamarca, se entonaron el Himno Nacional y el Himno a Catamarca.

También el marco de las fiestas patronales, recibieron el sacramento del Bautismo de Miqueas Valentín y Ambar Lucía, a quienes la Iglesia los recibe con alegría como nuevos hijos de Dios y miembros de la comunidad eclesial.

La comunidad seguirá de fiesta por la presencia de la imagen réplica de la Virgen del Valle que los acompañará hasta el próximo sábado 3 de mayo, segundo sábado de Pascua, Solemnidad de Nuestra Señora del Valle.

 Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat

 

 

Ciclistas peregrinan desde Valle Viejo para honrar a la Virgen del Valle

El domingo 27 de abril, se concretó la biciperegrinación en honor de la Virgen del Valle, llamada “Bajo tu manto pedaleamos”, que desde hace 19 años organiza el grupo de ciclistas aficionados Bikers Maníacos, en el marco del Septenario.

En horas de la tarde, los biciperegrinos se concentraron en el Monumento a la Virgen sobre ruta nacional N° 38 en el ingreso a la localidad de Santa Cruz, departamento Valle Viejo. Desde este punto partieron transitado luego Av. Felipe Varela, Tomás A. Vergara y Ramírez de Velasco.

La primera parada se realizó en la Ermita de San Isidro, donde fueron recibidos por servidores de este lugar sagrado, en el primer día del Septenario.

La marcha continuó por el Camino de la Virgen, pasando por el puente sobre el Río del Valle, Av. 34 Juan Carrizo, Av. Presidente Castillo, rotonda del Monumento a Felipe Varela, Gdor. Emilio Castro y Av. Ramón Recalde.

Se detuvieron por unos minutos en el Estadio Bicentenario, para reagrupamiento e hidratación, y siguieron por las avenidas México, República Argentina, Choya, Los Terebintos y Virgen del Valle Norte.

En el Santuario de la Gruta de la Virgen del Valle fueron recibidos por los Servidores de la Virgen y recibieron la bendición del padre Santiago Granillo, rector del Santuario.

Luego retornaron por Av. Virgen del Valle Norte hasta La Alameda, donde realizaron la última parada frente a la Corona, continuando después por Camilo Melet, Mariano Moreno, Av. Ocampo, San Martin, Rivadavia, República, hasta el Paseo de la Fe. Allí fueron recibidos y bendecidos por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, minutos antes de presidir la Santa Misa en la Catedral.

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27 abril 2025

Bajo una copiosa lluvia, los comunicadores sociales hicieron su peregrinación Jubilar

“Quiera el Señor y la Madre del Valle que logren operar cambios profundos en sus mentes y corazones, particularmente motivados en el día de las exequias del Papa Francisco, quien no escatimó precisiones sobre la tarea del auténtico comunicador social”, dijo el Obispo en su homilía.

 

Durante la lluviosa tarde del sábado 26 de abril, en el inicio de las festividades marianas, los Comunicadores Sociales de Catamarca, tanto de Capital como algunos que llegaron del interior diocesano, celebraron su Jubileo en este año de gracia y conversión propuesto por nuestro querido Papa Francisco, quien recibió el último adiós en horas de la mañana y estuvo presente en esta Eucaristía de manera especial.

Después de la Bajada de la imagen de Nuestra Madre del Valle, las actividades de esta jornada especial se concentraron en el convento franciscano, donde el historiador Mario Vera ofreció una amena charla sobre “El Beato Esquiú y la vigencia de su legado como comunicador”, destacando la faceta de periodista, profesión que desempeñó primero en su tierra natal y luego en Bolivia, dejando una huella que aún permanece vigente en nuestros días.

Concluido este espacio de reflexión en torno a figura del Beato Esquiú, bajo la copiosa lluvia que caía en la noche sabatina, los peregrinos junto con el padre Marcelo Amaya, asesor de la Pastoral de Comunicación Social, comenzaron su caminar por calle Esquiú, Rivadavia y República, llevando antorchas y carteles alusivos, entre los que se observaba una imagen del Papa Francisco con una cinta de luto, como signo de este momento de tristeza por su partida, pero con la esperanza cristiana que nos anima particularmente en este tiempo pascual.

Así, rezando y cantando atravesaron la Puerta Santa del Año Jubilar en el Santuario de la Virgen del Valle y Catedral Basílica, donde participaron de la Santa Misa, presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el rector del Santuario Catedral, P. Juan Ramón Cabrera; el responsable de la Pastoral de Comunicación Social, P. Marcelo Amaya, entre otros sacerdotes.

Durante la Santa Misa, los Comunicadores participaron guiando la ceremonia litúrgica, proclamando la Palabra de Dios, elevando las peticiones y acercando al altar las ofrendas del pan y del vino.

 

“Debemos recuperar la escuela del ejemplo en el hogar”

En el inicio de su homilía, nuestro Obispo, quien a pesar de la indisposición que sufrió durante la Bajada de la Virgen quiso celebrar esta Eucaristía, expresó: “Sé que han estado hoy, en la Iglesia de San Francisco, reflexionando sobre el rol, la misión del comunicador a la luz de la figura de Esquiú, que ha sido también un gran comunicador”.

Y confió que “ciertamente, no me encuentro bien, estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para estar acá, estoy débil, pero, lo he dicho en la Bajada de la Virgen, que me he emocionado, lo hago en honor a mis padres, porque me han educado en la escuela del ejemplo. Dios siempre está primero. He visto a mi madre y a mi padre levantarse de la cama, he íbamos a Misa, porque ellos tenían una misión con nosotros, con Francisco y conmigo. Y hoy digo, tengo la oportunidad de hacerlo. Me recomendaron que no viniera, pero son los ejemplos, como el Papa Francisco con muchos de sus gestos nos enseñó, y esa escuela es la que debemos recuperar, la escuela del ejemplo en el hogar”.

Destacó la importancia del hogar como “lugar de cariño, de ternura, de diálogo, de esa paciencia para ir haciendo procesos con los hijos. Por eso estoy acá, para decirles que si quieren recibir gracias de Dios tienen que trabajarlas. Mis padres la han trabajado desde que fui bautizado, por lo menos hasta los diez años cuando fui al Seminario Menor, siempre, todos los días, rezar el Rosario a Nuestra Madre del Valle. Eso da fruto, mi hermano es sacerdote y yo también. Soy sacerdote, porque Dios se ha metido en lo más profundo de mi ser. Por eso muchas veces hablo con pasión, porque lo que está arraigado profundamente en tu vida no es superficial, no es negociable. Por eso estoy aquí con ustedes”.

 

Estar al servicio de la Verdad animada por la Caridad

Luego dio la bienvenida a los comunicadores sociales de los distintos medios y dijo que “es importante destacar que hoy están haciendo su peregrinación jubilar. Quiera el Señor y la Madre del Valle que logren operar cambios profundos en sus mentes y corazones, particularmente motivados en el día de las exequias del Papa Francisco, quien no escatimó precisiones sobre la tarea del auténtico comunicador social: No está al servicio de una corporación, sino de la Verdad, animada por la Caridad. No hay ninguna Verdad que justifique una falta de Caridad, decía san Agustín”.

En otro tramo les pidió en nombre de María del Valle que “indaguen sobre la Verdad con Caridad, sabiendo que las cosas del interior del ser humano no son medibles cuantitativamente, sino que exceden la mera apariencia. Que, aunque no sean creyentes, transmitan el mensaje de Jesucristo por honestidad profesional, porque la religión cristiana marca los tiempos del mundo desde el nacimiento de Jesús, misterio que estamos celebrando en este Año Jubilar 2025”.

Y continuó: “Jesús es el Príncipe de la Paz, por esto bregó el Papa Francisco. En el Evangelio que escuchamos, Jesús inaugura el saludo ‘La paz esté con ustedes’ y es el que se utiliza en la Liturgia. Sólo asumiendo los valores enseñados y vividos por Jesucristo, como la fraternidad, la amistad social, el respeto por la dignidad del otro, el servicio, el amor verdadero por el más necesitado, el perdón ofrecido sin vueltas y el diálogo respetuoso, será posible un mundo inclusivo, próspero y en paz”.

Luego de reflexionar sobre los textos bíblicos proclamados, rogó: “Tú, Madre Santísima, ayúdanos a ser auténticos creyentes y testigos de Jesucristo Resucitado”.

Luego de la bendición final, nuestro Obispo junto con toda la asamblea saludaron a la Madre Morena con el canto.

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Fotos: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat