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30 junio 2009

Mons. Urbanč: "Que los sacerdotes sean maestros con las palabras y con las obras"

Durante la misa oficiada el lunes 29 de junio por la noche, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Mons. Luis Urbanč, cerró oficialmente el Año Paulino en la Diócesis de Catamarca y marcó la apertura del Año Sacerdotal, lanzado por el Papa Benedicto XVI en todo el mundo. Ante una Catedral Basílica colmada de fieles, el Pastor Diocesano resaltó la importancia de estos tres acontecimientos concentrados en una misma celebración, que imprimen un carácter especial a la vida eclesial diocesana.
El Año Paulino, que concluyó con una serie de actividades organizadas por el Equipo de Animación Bíblica de la Pastoral, a cargo del Pbro. Oscar Tapia, ayudó a profundizar en la figura del llamado “Apóstol de los Gentiles”, constituido junto con Pedro en las columnas donde se cimenta la Iglesia de Cristo.
En 2009, la Santa Sede lanzó el Año Sacerdotal, convocando de esta manera a internalizar lo que significa el sacerdote, de allí que durante su homilía, Mons. Urbanč exhortó a rezar por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosa, especialmente en las familias, ya que “el sacerdote es vital para la vida de la Iglesia… Es un hombre elegido de entre los hombres para mostrar el camino de Dios a sus hermanos”, apuntó el Pastor Diocesano, remarcando que “como Iglesia de Catamarca vamos a promover la renovación de los sacerdotes. Es por ello que les pido fervientes plegarias por nosotros, los sacerdotes”.

Dejarse impregnar por la Palabra de Dios
En otro tramo de su predicación, el Obispo dijo a los fieles: “Ustedes tienen que hacer esta tarea en lo que les compete y nosotros tenemos que promoverlos, alentarlos, impulsarlos a que cumplan su deber como laicos católicos, miembros de la Iglesia, para que nuestros sacerdotes se dejen impregnar por la Palabra de Dios, convirtiéndose en heraldos del Evangelio con el esplendor de su testimonio personal, siendo maestros con las palabras y con las obras. Que ascienda al cielo la voz orante del pueblo fiel a favor de nuestros sacerdotes, obteniéndoles la gracia de zambullirse cotidianamente en el misterio pascual de una vívida celebración de la Eucaristía y de ser generosos administradores de la divina misericordia a través del Sacramento de la Reconciliación, erigiéndose en personeros de la confianza que sólo el Señor puede transmitir a quienes se sienten oprimidos por la tristeza, la exclusión, la soledad y la indiferencia. Por tanto, no cesen, ustedes, como pueblo creyente, de interceder por aquellos que interceden cada día por ustedes con el ofrecimiento de la propia vida, en la obra de la redención realizada por Jesús”.

Canales a favor de los más necesitados
Asimismo, Mons. Urbanč pidió que “que el común y piadoso anhelo de la comunidad se traduzca en espiritual ímpetu que ayude a nuestros sacerdotes a ser:
* desinteresados canales a favor de los más necesitados;
* puros con la castidad que conviene a quien debe tocar habitualmente con sus manos la Eucaristía, contemplarla con arrebatado corazón y distribuirla con paternal entusiasmo;
obedientes por la práctica de aquello que filial y santamente puede ser ofrecido al Padre Celestial;
* eclesiales, con el cultivo de un eficaz ministerio sacerdotal desplegado en plena comunión con todo el Presbiterio y con el Obispo”.
Finalizada la homilía, se dio lectura del decreto episcopal por el que se concede especiales indulgencias para este Año Sacerdotal.

Disertación sobre Pablo
Luego del oficio religioso, el Pbro. Lic. Oscar Tapia, a cargo de la Delegación Episcopal para la Animación Bíblica de la Pastoral, disertó sobre “Pablo y la solidaridad”, como corolario del año en que la figura del Apóstol fue el centro de la reflexión de la Iglesia en el mundo, y por tanto en nuestra Catamarca. Una importante cantidad de público ocupó el templo catedralicio para participar de la charla.