El miércoles 7 de diciembre, último día de la novena en honor a Nuestra Madre del Valle, rindieron su homenaje las familias, durante la Santa Misa de las 21.00, presidida por el Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Tucumán, Mons. Luis Villalba, y concelebrada por el Obispo Titular de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y sacerdotes del clero catamarqueño.
En el inicio de la celebración, Mons. Urbanc agradeció al prelado visitante “la deferencia de acompañarnos durante tres días del novenario”, incluyendo la Eucaristía en las vísperas de la fiesta de la Inmaculada Concepción.
En el inicio de la celebración, Mons. Urbanc agradeció al prelado visitante “la deferencia de acompañarnos durante tres días del novenario”, incluyendo la Eucaristía en las vísperas de la fiesta de la Inmaculada Concepción.
Durante la ceremonia una pareja contrajo matrimonio; en tanto varios matrimonios renovaron sus promesas matrimoniales.
Durante su homilía, Mons. Villalba expresó: “Llegamos peregrinando a este santuario, buscando la protección de la Santísima Virgen. Llegamos desde distintos lugares de Catamarca y de otras provincias vecinas. Queremos rendirle nuestro homenaje, decirle que la amamos y que queremos devolverle un poco del amor que Ella nos tiene a nosotros. Pero también venimos a aprender de Ella, porque la Virgen es modelo y maestra, Ella nos enseña a vivir como discípulos de su Hijo”. Y enfatizó que “nadie llega aquí por un interés mezquino, venimos a renovar nuestra vida cristiana con la ayuda de María Santísima”.
Al referirse al tema de este último día de la novena, referido a la familia, patrimonio de la humanidad, el Arzobispo Emérito de Tucumán manifestó que “la familia constituye uno de los bienes más preciosos de la humanidad. La familia, patrimonio de la humanidad, significa que la familia es la riqueza, el mayor bien de la humanidad. El Concilio Vaticano II nos dice que la familia es la célula primera y vital de la sociedad. Y por ello es fundamento y origen de toda sociedad humana y fuente de la vida social. Ciertamente, la familia es fuente de donde se deriva el tipo y la calidad de cultura y vida social de los pueblos... Por eso es un deber de todos los ciudadanos contribuir positivamente a sostener los valores permanentes de la familia y del matrimonio. Si queremos una sociedad sana, solidaria, fraterna, sostengamos a nuestras familias”.
En otro tramo indicó que “la familia es escuela de vida y formadora de personas. Nadie puede ignorar la capacidad formativa del hogar, en donde los padres con especial amor y dedicación inculcan a sus hijos la verdad y no la mentira, el bien y no el mal. Es en el hogar familiar donde se forman los hijos en los valores éticos, en la paz, en el diálogo, en la fraternidad social, en el compromiso y la ternura hacia los más débiles y los más pobres. Los hogares son la gran reserva de escuela de humanidad, que Dios ha establecido en la tierra”.
Respecto de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, dijo: “Creemos que María fue preservada por una gracia especial de toda mancha original, en virtud de que estaba llamada a ser la Madre del Salvador. Por eso la llamamos a la Virgen la llena de gracia, la purísima, la santísima, la inmaculada”. Por ello, consideró que “es un día de gran belleza, hoy es el comienzo de la máxima belleza... Este día es para nosotros una llamada a la santidad y la Virgen resplandece como modelo para nosotros”. Y resaltó que “la santidad no es para algunos sino para todos, ser cristiano es querer ser santo. No hay más que una vocación definitiva que ser santos… La santidad es decir sí a Dios, consiste en poner nuestro corazón bajo el influjo de Dios”.
Serenata a la Virgen
Finalizada la Santa Misa, los presentes compartieron la tradicional serenata a la Virgen, ofrecida por los folcloristas catamarqueños, como un sentido homenaje a la Patrona del Valle de Catamarca. El mismo se desarrolló en el Paseo de la Fe y constituyó un digno tributo en el que se amalgamaron el arte hecho canción y la fe a la Madre de Cristo en su advocación del Valle.
