Camino a la Beatificación

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08 abril 2018

Miles de peregrinos caminaron junto a la Madre reeditando su paso de hace 323


Cuando el sol de la tarde aún bañaba el Valle de Catamarca, la Imagen Morena venerada desde hace cuatro centurias en estas tierras atravesó el río del Valle, tal como sucedió hace exactamente 323 años, cuando salió desde la Ermita de Valle Viejo hacia el lugar que luego se convertiría en la capital de Catamarca.
Tras la Eucarística, celebrada en la otra orilla del río, miles de peregrinos con los pies cansados, pero el corazón henchido de amor y alegría por el encuentro con la Madre, marcharon reeditando aquel 7 de abril de 1695. Acontecimiento cuyo
aniversario hoy se inscribe en el contexto del Año Diocesano de la Piedad Popular, tema de este segundo año del trienio de preparación para el Jubileo del año 2020, con ocasión de los 400 años del hallazgo de la prodigiosa Imagen en la Gruta de Choya.
Todos dispusieron su cuerpo y su espíritu para decir presente en este hecho extraordinario, que contó con la participación del Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, sacerdotes, religiosos, autoridades civiles, miembros de las fuerzas de seguridad, gauchos, escuelas, organismos e instituciones de distintos ámbitos de la sociedad. En fin, nadie quiso perderse esta expresión de profunda devoción.

Los gestos de amor y fe se sucedieron a lo largo de los 7 kilómetros del recorrido, engalanado con gallardetes y globos celestes, blancos y amarillos por los propios vecinos. En algunos tramos, el Obispo se acercó y bendijo a enfermos y ancianos que esperaban el paso de la Madrecita Morena.
Fue proclamada como Patrona del Noroeste Argentino, Patrona de Catamarca, Patrona de la Diócesis de Añatuya, Protectora de la Diócesis de La Rioja, Patrona Nacional del Turismo, Patrona Nacional del Paracaidismo, Patrona de los Algodoneros del Chaco, Patrona de la Feria Internacional
de Turismo, Patrona del Festival de Cosquín.
En el Parque de los Niños recibió el homenaje de los más pequeños, mientras que sobre calle República en la explanada del antiguo Hospital San Juan Bautista, los jóvenes cantaron, bailaron y encendieron las candelas para acompañarla en este año en que Su Santidad Francisco les dedica una especial atención para reflexionar sobre su realidad.
Ya en el Paseo de la Fe, el sonido de las campanas anunció su arribo y la multitud de peregrinos estalló de emoción y la saludó mientras ingresaba al Santuario desde donde presidirá el Septenario en su honor.
El Obispo agradeció a los que participaron y a quienes ayudaron a conservar el orden durante el trayecto de la peregrinación, e impartió la bendición a todos los presentes.
El domingo 15 será otra oportunidad para estar más cerca de su presencia, cuando nuevamente salga para recorrer junto a sus hijos las calles de la ciudad en la Solemne Procesión.