Camino a la Beatificación

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07 abril 2018

Mons. Urbanc en el homenaje de los medios de comunicación


“Que María los motive a ser servidores de la verdad, el amor y el respeto”

En la primera jornada de las festividades, tributaron su homenaje representantes de los distintos medios de comunicación social, voluntarios de Radio María, Comunicadores de María, página web Morenita del Valle, programa radial Mateando con la Vida y miembros del Equipo de Pastoral de Comunicación Social. Lo hicieron durante la Santa Misa de las 21.00, presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Asesor de la Pastoral de Comunicación Social de la Diócesis, Pbro. Marcelo Amaya, y los Capellanes del Santuario Mariano, Pbros. Juan Orquera y Lucas Segura.
La participación de los alumbrantes se concretó a través de la guía de la celebración, la lectura de la Palabra de Dios, elevando la oración de los fieles y acercando las ofrendas particulares y del pan y el vino para preparar la mesa eucarística.
En el comienzo de su homilía, Mons. Urbanc dio la bienvenida a los alumbrantes y anheló “que la Humilde Servidora del Señor los motive a ser servidores de la verdad, el amor, el respeto y, por sobre todo, la discreción”. Asimismo, mencionó a Radio Nacional, que todas
las noches transmitirá esta celebración eucarística.
Al introducirse en la Palabra de Dios proclamada, expresó: “La primera lectura, del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos deja un testimonio elocuente de lo que produjo el acontecimiento de la Resurrección de Jesucristo en el corazón de los creyentes. Por cierto que, sólo algo tan extraordinario, inédito e inaudito podría provocar un giro copernicano en la vida de esos primeros discípulos: ‘pensaban y sentían lo mismo’, ‘todo lo ponían en común y nadie consideraba suyo propio nada’, ‘nadie pasaba necesidad’. Realmente algo fantástico e increíble”.

En otro tramo de su predicación, el Obispo dijo: “Que la Santa Madre de Dios nos ayude a hacer nuestra la convicción del salmista que proclama la eterna Misericordia del Señor para con su pobre y frágil criatura humana. Y digamos a viva voz: ‘Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo’. Sí, queridos hermanos, el Domingo es el día por excelencia, pues es el día del Triunfo de la Vida sobre la muerte, del Amor sobre el odio, de la libertad sobre la esclavitud, de la Gracia sobre el pecado. Esto confirmó la Resurrección de Jesucristo”.
Al dirigirse a los alumbrantes manifestó: “Ustedes, queridos trabajadores de los medios de comunicación social, aquí tienen la noticia de las noticias, la Gran Noticia que tienen la necesidad y el derecho de conocer todas las generaciones humanas, puesto que es la única que tiene el poder de transformar
profundamente toda vida personal y social, y otorgar la verdadera y definitiva felicidad a todo hombre. No se cansen de profundizar en ella y de proponerla para que inspire los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación (cf. Evangelii Nuntiandi, n° 19)”.
Continuando con su reflexión indicó: “Un interrogante que acucia a todo ser humano es saber si Dios estará complacido con el modo de vida que lleva. La respuesta la encontramos en el texto de la primera carta de san Juan: ‘En esto consiste el amor a Dios:
en que guardemos sus mandamientos, que no son pesados; y, sólo podrá vencer al mundo
quien crea que Jesús es el Hijo de Dios’. Cuánta tela tienen en esto, queridos periodistas, noteros o reporteros, para orientar y estimular la reflexión de la gente, de manera que vayan al fondo del sentido de sus vidas y opten por conductas que los dignifiquen y hagan apetecibles los valores evangélicos, que no oprimen, sino que liberan al hombre de sus instintos, caprichos y vanidades”.
Por último, afirmó: “¡Qué preciosa noticia nos da el Evangelio, que acabamos de escuchar! *En primer lugar, El Resucitado, instaura un nuevo modo de saludar: ‘La paz esté con ustedes’, puesto que eso ha venido a instaurar y lo instauró con su Pasión, Muerte y Resurrección. Ya no hay lugar para la tristeza, la angustia o la desesperación: ¡Él está vivo y vive para siempre!”.
“En segundo lugar, dona el Espíritu Santo para el perdón de los pecados. Instituye el sacramento de la Reconciliación para que cuantas veces sucumbamos bajo el peso de nuestra fragilidad, otras tantas nos levantemos para continuar el camino hasta el abrazo definitivo con el Padre Celestial”.
“En tercer lugar, la incredulidad de santo Tomás, tan caritativamente saneada por El Señor, nos deja una hermosa enseñanza: -por una parte, que no es fe lo que se conoce por evidencias; y -por otra parte, que necesitamos a los demás en el camino oscuro de la fe, es decir, que la fe tiene un componente eclesial fundamental. La fe, si bien es un don de Dios, lo recibimos en el seno de la Iglesia. La fe es un don de comunión, para la comunión. Todo intimismo y privatismo desnaturaliza la fe.
Toda la escena se cierra abruptamente con la lacónica sentencia de Jesús resucitado: ‘Dichosos los que crean sin haber visto’”.
Por último, exhortó a que “por amor a los hermanos trabajemos por la paz y que en esta Casa de Dios y Santuario de Nuestra Madre del Valle busquemos y hallemos la felicidad y sosiego del corazón”.