En la noche del miércoles 14
de febrero, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, presidió la Santa Misa del
Miércoles de Ceniza, dando inicio de la Cuaresma. La ceremonia se llevó a cabo
en el Altar Mayor de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del
Valle y fue concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio
Quiroga del Pino, con la participación de una gran cantidad de fieles.
Mons. Urbanc reflexionó a la
luz del Evangelio, invitando a transitar este tiempo penitencial de la Cuaresma,
que dio inicio el Miércoles de Ceniza, preparando el corazón
para la gran
fiesta de la Pascua. Explicó el verdadero sentido del ayuno que debemos vivir
cumpliendo las obras de misericordia y dejando las apariencias, el “maquillaje”
que a veces llevamos. Entre otros conceptos, apuntó que “con buenas intenciones
no se le llena la panza a un hambriento, sino que se necesita de actos
concretos y reales”. Asimismo, afirmó que la Cuaresma que comienza es un tiempo
de oración, penitencia y ayuno, que debemos aprovechar para nuestra renovación
interior.
Seguidamente el Obispo
bendijo las cenizas con las que luego marcó la frente de los presentes diciendo:
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
La misa continuó de la manera
acostumbrada, culminando con la bendición final.