“Jesús nos abre su corazón" para hacernos ver que es una hoguera de amor que viene a sanarnos”
El viernes 11 de junio, la Iglesia celebró la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Debido a las restricciones por la pandemia, los fieles participaron de los actos litúrgicos desde sus hogares, a través de las transmisiones por las redes sociales. En algunos templos colocó la imagen del Corazón de Jesús para que las personas rezaran desde las veredas.
En el templo parroquial dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, la Misa central se llevó a cabo en horas de la mañana, y fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, quien hizo lo propio por la tarde en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra
Señora del Valle.
En su homilía, Mons. Urbanc dijo
que “la devoción al Sagrado Corazón de Jesús ya lleva al menos tres siglos, pero
el pueblo de Dios siempre la tuvo, porque confiar en un Dios misericordioso es
la esencia del cristianismo. No obstante, en tiempos difíciles Jesús mismo tomó
la iniciativa de manifestarse allá en el siglo XVIII a Santa Margarita María
Alacoque y hacerle percibir ese hontanar, esa fuente inagotable de amor
misericordioso que es Dios para con la humanidad”.
“El texto del Evangelio que acabamos de escuchar pone en clara evidencia cuán grande es el amor de Jesús, no sólo es Dios hecho hombre que vivió entre nosotros, que se compadeció de nosotros, de los pobres, los enfermos, los endemoniados y devolvió a la vida
a algunos que habían muerto, pasó haciendo el bien. Llegó a entregarse en la cruz por nuestra salvación obedeciendo al Padre; ahí vemos el gran amor de Jesús… amor misericordioso, que se da totalmente”, expresó. Y continuó: “Pero no satisfecho con esto permitió que cuando él ya estaba muerto, un soldado le atravesara el costado, el corazón, y ahí nace la Iglesia, con los sacramentos, el agua que representa el Bautismo, la sangre que representan a la Eucaristía, que son constitutivos de la Iglesia. Jesús no se reservó nada, abrió su corazón de par en par, para que nos podamos centrar en esta fuente de la misericordia que tanto la necesitamos”.
En otro tramo afirmó que Jesús “aprovecha nuestras necesidades para abrirnos su corazón y hacernos ver que es una hoguera de amor que viene a sanarnos de nuestro egoísmo, de nuestras mezquindades, tibiezas, miserias, y nos regala también tantos dones”, como “la vida”.
Más adelante, pidió al Señor
“que nos aumente la fe, la esperanza y
el amor. Son las tres virtudes que él ha infundido el día del bautismo en el
corazón de cada uno de nosotros, y tenemos que pedirle que siempre nos renueve
esa fe, esa esperanza, ese amor, que no claudiquemos, que no bajemos los
brazos, y que siempre miremos hacia la eternidad”.
“Que desde el Corazón de Jesús ingresemos al corazón misericordioso del Padre Eterno, Creador, Misericordioso, que todos los días viene a nuestro encuentro esperando que arrepentidos lleguemos a él… Imploremos que cese esta pandemia, pero que pongamos de nuestra parte un verdadero espíritu de conversión, de arrepentimiento, un cambio de mente, de corazón, de actitudes… tenemos que dejar que el Señor nos toque el corazón”, expresó.
“Le pidamos, le clamemos que
esta pandemia desaparezca, pero que nosotros hayamos aprendido, que hayamos
hecho penitencia no sólo personal sino comunitaria, con humildad, y nos dará su
bendición”, manifestó.
Antes de concluir la
celebración eucarística, se rezó la Oración de Consagración al Sagrado Corazón
de Jesús frente a la imagen ubicada en el Presbiterio del Santuario mariano.