Este martes 1 de octubre, está cumpliendo sus 50 años de consagración a Dios Sor Teresita Florentín, monja dominica del Monasterio Inmaculada del Valle.
Esta mañana celebró la acción
de gracias por este gran acontecimiento en su vida de consagrada durante la Eucaristía
que tuvo lugar en la capilla del monasterio ubicado camino a El Jumeal, junto a
sus hermanas y amigos en el Señor que la acompañaron.
Su nombre es Ramona Florentín
Centurión y en la vida religiosa adoptó el nombre de Sor Teresita. Es oriunda
de Paraguay, aunque después de varios años se nacionalizó y ya es argentina. Es
una de las fundadoras que quedan en el Monasterio de Catamarca.
Sus hermanas recuerdan que “era
de la Congregación de las Hermanas Dominicas de Paraguay y después de haber
hecho la Profesión Solemne, a los 20 años pasó al Monasterio de las Monjas
Dominicas que estaban en Buenos Aires, que luego se trasladaron a San Justo. Y
cuando buscaban quien se ofreciera para venir a la fundación en Catamarca, ella
levantó la mano y se ofreció para venir a tocar el órgano. Estamos hablando de
1979”, expresan.
La describen como “una persona
muy sencilla, alegre y muy fraterna. El rato que puede se escapa para estar en
la capilla rezando con toda la gente que pide oración o sólo estar ahí ante el
Señor en la Eucaristía”.
Las monjas de la comunidad comentan
que “durante años acompañó la alabanza divina desde el órgano, teniendo
paciencia con todas las que teníamos que aprender a cantar. Es una persona muy
servicial, muy pronta para la alanzaba a Dios. Muchísima gente venía a dialogar
con ella, buscaba sus consejos, sus consuelos, y ella se mostró siempre muy
cercana con quienes más sufren”.
Saludamos de corazón a Sor Teresita en este día y la acompañamos con nuestra
oración y nuestra gratitud por su servicio en esta Iglesia particular,
poniéndola en las manos de Nuestra Madre del Valle.
Foto: facebook Prensa Iglesia Catamarca / @DiocesisCat