Camino a la Beatificación

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26 julio 2016

Mons. Urbanc celebró un año más de vida con una misa en el Santuario de la Virgen del Valle

En la noche del lunes 25 de julio, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, dio gracias a Dios por un nuevo año de vida durante la Santa Misa que presidió en el altar mayor de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle. La Eucaristía de acción de gracias fue concelebrada por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino; el Rector del Santuario Mariano, Pbro. José Antonio Díaz; el Capellán de la Catedral Basílica, Pbro. Diego Manzaraz, y el Pbro. Francisco Urbanc, hermano menor del Señor Obispo, quien llegó desde la vecina provincia de Tucumán para participar de este feliz acontecimiento.
El Pastor Diocesano agradeció la presencia de los fieles que colmaron el templo catedralicio, entre ellos el Señor Intendente de Capital, Lic. Raúl Jalil, y su esposa, Dra.
Silvana Ginocchio, como también los saludos que le hicieron llegar en el día de su cumpleaños número 58.
El día 25 de julio, la Iglesia recuerda la memoria de Santiago Apóstol, el primero en recibir la corona del martirio por anunciar a Jesús. “Siempre se dice que los obispos son sucesores de los apóstoles, yo suelo decir que soy sucesor de Santiago, ya que nací en su día. Y le pido siempre a ese apóstol, uno de los testigos especiales de la vida de Jesús”, expresó Mons. Urbanc en parte de su homilía.
 “Qué hermoso que podamos llegar a dar testimonio de Cristo como Santiago, que llegó a dar la vida Él. Eso no se improvisa, es fruto de una profunda comunión, un amor entrañable al Señor, eso posible que cuando llega el momento tan difícil como el que te
puedan pedir la vida, estás dispuesto a darla porque sabes que no pierde, que se transforma. Eso lo sabe el creyente, y ésta es la esperanza cristiana. Por eso cuidamos tanto la vida, porque el ser humano tiene una vocación de eternidad”, manifestó el Pastor Diocesano. Y agregó que hoy “quiero dar gracias a Dios por la vida, porque el regalo más preciado que Dios nos da es la existencia, y esa vida siempre tiene una finalidad, lo importante es descubrirla”. 

Al concluir la ceremonia religiosa, el Obispo recibió el afecto de los fieles.