Mediante ordenanza N°
454/2014, el Concejo Deliberante de Fiambalá declara a San Pedro “Patrono de la
Fe y el Turismo” en todo el distrito tinogasteño, “como humilde y sincero
reconocimiento de amor y fe de la feligresía fiambalense, debiéndose incluir en
los registros, cartelería turística y en las páginas doradas de la historia de
Fiambalá”, según reza el artículo 1° del instrumento legal rubricado por Carlos
Mamaní y Rolando Diego Barrionuevo, presidente y prosecretario del cuerpo
colegiado, respectivamente.
La extensa fundamentación de
la ordenanza contiene una serie de datos históricos y anecdóticos en torno a la
imagen del Santo Patrono, cuya fiesta se celebra el 29 de junio, de la que
compartimos algunos extractos.
“Se afirma que el santo
guardador de las llaves del cielo llegó a estos rincones montañosos mientras
era trasladado por las huestes de Domingo Carrizo y se negó misteriosamente a
seguir viaje. Según relatos, el animal que lo transportaba cayó a tierra y se
negó a proseguir camino; dicen que se empacó y no hubo manera de seguir camino.
Según reza la historia, fue aquella la razón por la que don Domingo Carrizo
decidió, finalmente, hacer caso a lo que le sugería sin dudas el santo y sentar
la fundación en los restos del antiguo “Fiambalao”, ya que allí cerca se
encontraba la comandancia y el resto de la población, moradores del antiguo
chañar blanquito sito en la zona baja de la región que por un alud se trasladan
a la zona más elevada para mayor seguridad, al resguardo de las corrientes
provenientes del río Abaucán.
En aquel lugar elegido es
realizada la construcción de una capilla donde mora su imagen, coronada como el
Patrono del pueblo de Fiambalá, a partir del año 1770 hasta la actualidad”.
La
imagen
“Su imagen pulcra y muy bien
preservada, de fina moldura articulada, sentada en un sillón colonial tallado
en madera, traído con él desde Bolivia. Nuestro santo viste la gala del Sumo
Pontífice: túnica blanca (alba), casulla y capa bordada con hilos de oro, tiene
corona de plata o tiara del color de la vestimenta, báculo (bastón), zapatos
con hebilla de oro y calza del N°22, en sus manos también lleva tres llaves de
plata y pectoral (Cruz de oro con piedras verdes). Su vestimenta se presenta en
diferentes colores: rojo, verde, morado y blanco, según el tiempo litúrgico. Su
rostro refleja a un hombre recio, trabajador, sufrido, que el tiempo ha dejado
con su paso las cicatrices de los años, su mirada cansada pero firme refleja la
personalidad fuerte y pujante que da a sus fieles seguridad, confianza y una
gran fe a la hora de realizar sus promesas. Los fiambalenses no en vano lo
llaman el Santo caminador, porque se le ha encontrado los zapatos gastados, que
le son cambiados durante las fiestas patronales; lo mismo puede ser verificado
en alguno de los pares que se encuentran en exposición, también en sus ropas se
han podido observar distintas especies de espinas que se encuentran en los
viñedos de la zona (abrojos, rosetas, cadillos, etc.) por lo que se presume sale
del templo para recorrer y bendecir las cosechas”.
La
capilla, Monumento Histórico Nacional
“En el año 1941, la Capilla
de San Pedro fue declarada Monumento Histórico Nacional, debido a su relevancia
histórica para Catamarca y el país, hecho que abrió una nueva página de oro en
el frondoso libro del numen de estos pueblos del noroeste argentino. Desde
entonces, la mirada de visitantes comenzó a centrarse en nuestros pueblos, al
amparo del antiguo edificio, cuya presencia fue creciendo notablemente en las
últimas décadas y consta en los libros de registro que posee la sagrada casa,
siendo en la actualidad, el lugar histórico obligado de visita para cualquier
habitante del planeta que incursione en el distrito”.